Los cinco estaban rodeando el espejo circular posado sobre el piso de piedra negra, Sara había ido con Orión quien le encargo que al instante que las runas en la piel del cristal empezaran a brillar le avisara de inmediato, el nuevo portal fue construido para resistir más que el anterior ahora debía transportar a 4 personas y mantener la prisión cerrada mientras el conteo comenzaba, si el rescate de su hija salía mal, Orión había instruido al portal para que activara la piedra negra que rodeaba la ciudad y la destruyera por completo sin dejar rastro alguno de vida, eso incluía la suya y la de su hija, por lo que tenía apenas unas horas antes de que eso sucediera.
Sara tenía la ropa rasgada y magullada por el entrenamiento, la ropa de Júpiter le había alcanzado hasta cierto punto y ahora que volviera a la ciudad encontraría nueva ropa antes de emprender el viaje en búsqueda de sus padres de los cuales no tuvo respuesta alguna en estos días, el pequeño espejo que le entrego Orión del anterior portal siempre estaba cerca de ella en la espera de señal alguna de sus padres cosa que no ocurrió, ahora portaba una espada de oricalco atada junto a su cintura, Orión la había modificado un poco para adaptarse al cuerpo de Sara que apenas aprendía a blandirla.
En su mirada se veía la determinación, no perdería un solo segundo en la búsqueda de sus padres y de las respuestas que necesitaba, giro su cabeza en dirección de Raquel mirándola con un cambio muy notable en su actitud.
Raquel vestía las mismas ropas con los que había llegado era lo único que se quedaba de su antiguo yo, cargaba con una pequeña daga atada al muslo de su pierna, cosa que fue difícil de cambiar por el arco, se sentía cómoda con el arco y flecha quería aprender a manejarla con soltura, pero aquello le tomaría mucho más tiempo del que disponían y si quería proteger a su amiga en el mundo real, debía de tener las armas a su alcance lo suficientemente prácticas para hacerlo, por lo que el arco quedo de lado por ahora. La conversación con Sara tomaba puntos importantes desde lo que debían hacer una vez regresasen hasta las que implicaban evitar toda lucha, de paso comunicarse con sus padres de los cuales no sabía nada desde hace varios días.
Géminis en cambio, mantenía su porte inamovible, durante los entrenamientos su soltura al igual que su actitud habían cambiado un poco, esta vez expresaba un poco sus sentimientos y su glosario de palabras se extendía en frases y oraciones completas, al igual que Sebastian, ayudaría en la búsqueda de los padres de Sara y el cuidado de ellas, la explicación jamás lo sabrían, lo decidió como última palabra.
En tanto Sebastian respiraba profundamente algo inquieto algo lo molestaba, algo en su ser era como un alfiler perforando el centro de su estabilidad que no lo dejaba en paz, si de por sí era inquieto ahora era mucho peor, frotaba sus manos, miraba a todos en especial a Sara quien le devolvió la mirada, pero al cruzarse ambas miradas él la desviaba de inmediato hacia otra parte.
Orión mantenía su postura colosal en el extremo angular del espejo, sus ropas cambiaron a unas prendas de épocas pasadas manteniendo el porte en su presencia se podría decir que estaba preparado para una lucha y no era más lejano de la verdad, algo que resalto sobre todo era la espada de cristal que sostenía por la empuñadura, la misma que había forjado todos estos días y que Sara como Raquel sabían su propósito.
‒¿Están listos?‒ pregunto Orión que se arrodilló apoyado sobre una de sus piernas.
‒Gracias‒ dijo Raquel ‒Gracias por todo‒ se dirigió a Orión.
‒Sé que podrás salvar a tu hija‒ añadió Sara con una suave sonrisa.
‒Estaremos bien‒ dijo Orión con su voz profunda que transmitía paz y tranquilidad ‒es mejor que guarden aquella buenaventura para ustedes en especial estando junto a él‒ señalo a Sebastian con la mirada ‒¿Tú no tienes nada que decir?‒ añadió.
Sebastian sonrió mostrando un rostro alegre lleno de vida que parecía descubrir una aventura.
‒Sara‒ dijo colocándose frente a ella
Sara lo miro confundida, que sería tan importante a estas alturas para que no permitiera proceder con el portal.
‒Dime Sebastian, ¿Qué sucede?‒ dijo confundida.
Sebastian suspiro profundamente listo para soltar aquello que guardaba en lo más profundo de su ser ‒Hay algo tengo algo que decirles antes de regresar. Sé exactamente por qué tus padres no se han comunicado contigo‒
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Editado: 05.12.2021