En el castillo real, justo en una gran habitación está sentada en un sillón rojo y de seda una relajada Kyara, quien suspira dejando salir todo su cansancio después de haber tomado un relajante baño. Justo ahora trae puesto un hermoso vestido rojo que combina con sus ojos, el cual está incrustado con joyas preciosas y sirve como atuendo informal para disfrutar de la cena.
Claro que la Princesa Kyara está disfrutando la cena dentro de su habitación, varios platillos exquisitos con carne y productos frescos del mar, preparados únicamente para ella. Esto lo hace porque no quiere encontrarse a su hermano o a los otros miembros del castillo, personas que su madre le dijo que debe de alejarse a toda costa. Aunque ahora está compartiendo la cena con dos aventureros, Jessamine y Ban.
El rostro de Zephyro se está contorsionado en una expresión de odio, su frente se está arrugando tanto como la de un anciano, y todo porque Ban no tiene modales a la hora de comer, está agarrando el pedazo de carne con las manos y bebé vino desde la botella. Simplemente en su mente piensa diversos motivos para echar a este par de aventureros fuera del castillo.
—Por cierto Zephyro, ¿pudiste conseguir lo que te pedí? —La Princesa se limpia la boca con una servilleta de tela blanca que tiene bordado su nombre con letras doradas, antes de preguntar eso.
—Por supuesto Princesa, aquí tiene. —Zephyro inclina la mitad de su cuerpo al hablar para hacer una pequeña reverencia, para después tomar un sobre color púrpura que estaban en un pequeño buró al lado de la cama y se lo entrega a Kyara. Este sobre contiene varios documentos, los cuales Kyara lee con mucha atención.
—Así que Ban Stardust y Jessamine Joyle. Ambos son aventureros notables. No sé iniciaron en este Reino, pero si se han establecido. —Lo comenta Kyara mientras lee los papeles en sus manos.
—Así que nos mandaste a investigar. —Los labios de Jessamine tiemblan mientras se fuerza a sonreír, mientras que sus manos se cierran en puños.
—Así es. Aunque no entiendo que ve el Gremio de Aventureros en ustedes para no querer soltar la información, a pesar de que les dije que venía de parte de la princesa. —Zephyro aprieta los dientes mientras dice eso, sin poder mirar a ambos aventureros. Simplemente para él, ambos aventureros no deben de ser tan impresionante como para no compartir información de ellos tan fácilmente.
—No tienes que enfadarte Jess, era de esperarse que la Princesa de este Reino quiera cerciorarse a quien está contratando. —Ban dice eso estando bastante tranquilo mientras se toma el resto de alcohol de la botella. Para después moverla en el aire esperando que le den otra, pero es ignorado.
—Puede que tengas razón. —Los músculos de Jessamine dejan de estar rígidos, sus hombros caen relajándose notablemente. —Pero espero que la Princesa cumpla con la parte de su trato. —Aunque su mirada sigue estando tan filosa y llena de desconfianza como antes.
Poniendo los papeles en la mesa, la Princesa aclara su garganta antes de poder responder a todas las preguntas de este par de aventureros.
—Se exactamente lo que quieren saber, así que escúchenme con atención. El anterior año mis padres murieron de una enfermedad desconocida, o eso es lo que dicen todos los médicos. —La mirada de Kyara desciende y sus ojos se cristalizan con la llegada de sus lágrimas. —Mi hermano tomó la corona y se convirtió en el nuevo Rey. Sin embargo, es un idiota que se deja manipular fácilmente por el Duque Prescott Ashford. —Y las manos de la Princesa aprietan su vestido con furia, arrugándolo con desesperación.
—Pero ¿eso que tiene que ver con que el país se prepare para una guerra?, hay demasiados soldados en las calles. —Interrumpe Jessamine para preguntar eso.
—Es por el Duque. Desde que tengo memoria ha estado obsesionado con la guerra, siempre ha pedido la militarización del país y que fortalezcamos nuestro ejército, pero mi madre, la anterior Reina, siempre ha sabido cómo pararle los pies. Hasta que mis padres murieron y él se convirtió en el concejal y mano derecha de mi estúpido hermano.
—Pero se me hace raro que aún no haya comenzado ninguna guerra si tiene tanto poder. —Comenta Ban.
—Hay varios nobles que se han opuesto a las acciones del Duque, pero esa oposición poco a poco se ha debilitado estos días. Aunque, tengo la teoría que aún no va a comenzar ninguna guerra hasta que obtenga la reliquia del Reino.
—Esta segura de lo que les va a contar, Princesa Kyara. —Esta vez interrumpe Zephyro para hablar. —Son solo un par de aventureros vulgares, no creo que sean de mucha confianza para este encargo. —La mirada de Zephyro, la cual se postran en Ban y Jessamine, es la típica mirada de un noble a un plebeyo, una mirada cargada de desprecio que parece mirarlos cómo si fueran solo una plaga, mientras su frente se arruga y sus labios se tuercen con asco.
—Ya no tenemos mucha influencia, los nobles se están acobardando y si queremos detener al Duque y cumplir con el encargo que me pidió mi madre, tendremos que hacerlo. Además, no solo los documentos indican lo poderosos que son, yo misma lo vi con mis propios ojos. —Comenta la Princesa.
—De acuerdo, pero si necesita a hombres de confianza, ya he preparado una lista. —Comenta Zephyro volteando a ver a otra parte, tratando de no mirar directamente a los ojos a los aventureros, como si la sola presencia de Jessamine y Ban arruinaran su día.
—Así que el Duque busca la reliquia que usted obtuvo hoy y es muy seguro que halla otras igual, por lo que nos pedirá nuestra ayuda para reunirlas. —El comentario que hace Jessamine hace que Kyara abra los ojos de la impresión.
—Exactamente. No puedo contarles mucho sobre estás reliquias, pero mi madre me insistió que sin importar cuánto del Reino tome el Duque, no puedo permitir que la reliquia caiga en sus manos. Me dijo que otra Gran Guerra podría comenzar.
El comentario de la Gran Guerra deja sin palabras a Jessamine, quien traga saliva con dificultad, como si tratara de tragar la posible aventura llena de peligros que está a punto de comenzar.