Por las calles de ciudad Origen caminaban cuatro "jóvenes" mujeres, listas para distraer a la del grupo que acababa de perder a su héroe y tomó la difícil decisión de dejar de ser una supervillana.
Seguro las personas de ciudad Real extrañarian a su amada supervillana, atormentadolos y haciendo sus vidas miserable, pero era su decisión.
-Por cierto, ¿qué eres tu con Vi?- preguntó la ex Yerba Siniestra, mejor conocida como Karen ahora que iba de civil, mirando a la más joven de ellas, Camila.
La mujer al recibir ésa pregunta se puso algo nerviosa, estaba nerviosa.
No podía creer que estaba por pasar una noche de chicas con las amigas de Victoria y una de ellas era la inigualable líder de los héroes.
Tenía que hacer lo posible para no avergonzarse frente a su líder como heroína.
-Yo soy su mejor amiga.- respondió la de cabello castaño, con una gran sonrisa.
Ésa respuesta seguro era más que suficiente para no meter la pata.
-¡Pff! No digas tonterías amiga, mi mejor amiga solo tiene una mejor amiga y ésa mejor amiga soy yo, así que tu no puedes ser su mejor amiga, ¿quedó claro, amiga?
Y Karen se puso delante de ella para verla de manera desafiante mientras Victoria comenzaba a sentir que algo molestó estaba por comenzar y Amelia, dándose cuenta de todo éso, sonrió mientras asentía.
-De hecho, su mejor amiga soy yo.- dijo la líder de los héroes.
Quería ver sangre y no le importaba sí algo de ésa sangre era suya.
¡Noche de chicas!
Victoria al oír a la hermana del tonto héroe decir éso, la miró de manera amenazante.
-¿Qué?- preguntó Amelia, de manera tranquila.
¿Qué una no puede buscar algo de bronca de vez en cuando?
-¡¿Cuál es tu mejor amiga?!
Y las dos que se proclamaron mejores amigas de Victoria primero, miraron a está, haciendo que retroceda con cara de fastidio.
¿Por qué siempre se tenía que meter en ésas tonterías?
-Bueno... a Karen la conozco desde niña ya que fuimos a la misma escuela y desde ése entonces somos amigas.- dijo la pelimorado, mirando a su amiga de la infancia.
-¡Ja!
Y la pelirroja se puso alegré al tener un punto a su favor.
-Pero como vivimos en diferentes ciudades, ya casi no nos vemos y como Camila es mi compañera de trabajo, sí la veo todos los días y podemos conocernos más.- explicó Victoria.
-¡Ja!
Y ahora Camila fue quien festejó.
Ella sí consideraba a Victoria su mejor amiga pero no sabía sí era algo mutuo, y quizás pueda que sí lo sea.
-¿Y qué hay de mi, cuñadita?- preguntó el mal tercio, levantando una mano para ser vista mientras sonreía.
-Tu eres alguien que desearía no conocer.
¡¿Y qué haces aquí?!- preguntó la villana en ése momento civil.
¿Quién invitó a la chusma a la fiesta?
-¡Ja! Les estoy ganando.
Festejo Amelia, ignorando a la de cabello morado.
Ella sólo quería reír un poco de la desgracia de su posible futura cuñada.
-Sólo puedes elegir a una.- dijo Karen, mirando a su mejor amiga.
-Ésa será tu mejor amiga.- dijo Camila, mirando a su mejor amiga.
La mujer al no resistir la presión, se aburrió de éso.
-¡Vamos! Se supone que teníamos que divertirnos, no pelear por algo ridículo.- dijo, intentando que todo vuelva a la normalidad.
-¿Así qué tu mejor amiga para ti es algo ridículo?- preguntó Amelia mientras se cruzaba de brazos y negaba con la cabeza.
-¡Tu cállate y pudrete!- gritó Victoria, enojada.
Ya tenía las cosas difíciles y ésa tipa lo empeoraba.
-Victoria tiene razón, nos venimos a divertir, a despedirnos de una supervillana, no a pelear por... me disculpo por la palabrota, pero no venimos a pelear por algo tan tonto.- dijo Camila, mirando hacía todos lados por la palabrota que dijo en público.
Se sentía toda una rebelde por decir algo tan grosero; adrenalina pura.
-¿Éso es una palabrota para ti?
Un día con mi madre y terminas traumada, y ni hablar de mi abuela.- dijo Amelia, con una sonrisa burlona.
Antes de que su conversación siga, tres hombres altos y músculos se acercaron a ellas, con sonrisas coquetas.
-Hola nenas, con mis amigos salimos a ver sí había algo interesante para comer y afortunadamente vimos a... cuatro piesas increíbles de carné.
¿Qué dicen? ¿Vienen con nosotros o le temen al éxito?- preguntó uno de los hombres, señalando a sus amigos.
Cuatro damas tan bonitas no debían salir por la noche o se convertiría en un juego de lobos y ovejas.
Las dulces e inocentes damas, sonrieron de manera dulce, pensando en cómo harían llorar a ésos tipos.
Por ésa noche, los lobos que cazaron a las ovejas, descubrieron muy tarde que las ovejas eran leonas disfrazadas.
Nadie los olvidará, personajes de rellenos sin descripción.