Sus pensamientos viajaron al pasado pensando y meditando cuantos corazones rotos no habían quedado en el camino cuantas personas se habían destruido por el bendito trato que hasta el día de hoy seguía vigente y que ahora le iba a arruinar la vida, con quien pensaban casarla, con que ser repugnante tendría que pasar el resto de su vida para que su familia siguiera conservando su dinero y su poder y quizás incluso aumentarlo, y ella que ganaba con todo esto, una vida sin amor una vida aburrida y monótona como todas las mujeres de York.
Rubí se paró de su asiento y con una mirada fría carente de cualquier emoción hablo.
- ¿Supongo padre que esto me lo cuentas por que ya sabes con quien me casaras no es así?
- No querida mía no te equivocas ya sabemos quién será tu futuro marido, pero Uds. lo sabrán el mismo día que se celebre su compromiso es decir el día de tu cumpleaños.
Rubí comenzó a asimilar la información dada y se dio cuenta que solo faltaban 1 mes para su cumpleaños.
- Padre ¿esto es una broma verdad? Solo queda un mes para mi cumpleaños ¡un mes!
El grito de Rubí provoco que su padre saltara de su propio asiento.
- Hija calma, todo estará bien, él es un hombre de buena familia y de buen título tu futuro estará asegurado.
- Que no entiendes padre que eso es lo de menos ¿Cómo puedes hacerme esto? Quitarme la libertad el día de mi cumpleaños se supone que es un día feliz no uno horrible.
- ¿Por qué madre no sabe que ya tengo marido asegurado?
Rubí intento calmarse ya que si seguía de ese modo no saldría nada bueno. Tenía que pensar con la cabeza fría y analizar la situación ver quien sería su pretendiente, y si se calmaba tenía la vaga esperanza de que su padre le dijera quien era y no se enterara el mismo día de su cumpleaños
- Tu madre no lo sabe por qué es muy chismosa y si sabe de nuestro secreto se enteraran todos es peor que el periódico de chismes, por eso cueando me case con ella, se pensó que todo fue de manera formal para no levantar sorpresas ya que tu abuelo no confiaba en ella.
- Pero padre por lo menos ¿puedo saber su nombre?
- No tesoro lo siento pero ya te dije que lo sabrás en tu cumpleaños, al igual que él.
Rubí salió enfadada del despacho de su padre, ya que este no le quiso decir nada más, como era posible todo esto, se iba a casar y no tenía ni la más remota idea de quien podría ser la persona, solo pedía que no fuera un viejo huraño e insensible, quería hablar con él y llegar a un acuerdo era bien sabido que los hombres casados tenían amantes, y si se cansaban si amor ella tenía claro que sería lo mismo en su vida así que le propondría que realizaran sus vidas por separado pero delante de la sociedad se presentaran como la pareja perfecta.
Subió a su cuarto y se recostó un momento quería desaparecer, nacer en otro tiempo uno en donde las mujeres decidieran con quien quieran estar, uno en el que no dependieran de los hombres en todo momento y ocasión uno donde fueran independientes y se tomaran en cuenta. Pero no eso solo eran sueños e ilusiones que nunca pasarían, sin darse cuenta callo en un profundo sueño.
Al entrar su doncella para informarle que la comida estaba servida se dio cuenta que su niña dormía plácidamente y no quiso despertarla, pero eso bien poco le importaba a su madre quien subió y la despertó sin ningún remordimiento.
Rubí se despertó con peor animo que antes y bajo a cenar con su madre, luego de eso fueron al salón de te donde su madre comenzó a bordar mientras Rubí tocaba su violín embriagando a todo aquel que se encontraba cerca con una melodía algo nostálgica
En el despacho su padre escuchaba la melodía de su hija y se le partía el corazón por lo que estaba sucediendo pero no podía hacer nada más, ya que esta tradición se había llevado a cabo desde hace mucho, él sabía lo que se sentía estar casado con alguien a quien no se ama y él no quería eso para su hija, pero al no tener heredero no quedaba de otra