El corazón de un demonio

SEGUNDO CAPITULO: ¿conoces a la reencarnación de la muerte?, Un Libro con Historias del Pasado

Yaret tomo la espada –no sé qué debo hacer realmente- dijo todavía más confundido que nosotros –Yaret la espada te dirá que hacer solo debes escucharla, por eso son legendarias, antiguamente guiaban a los guerreros más valientes y de noble corazón a la victoria, no cualquiera posee una, ya te lo mencionamos antes, la espada elige a su portador- dijo Larsson mientras se encontraba recargado en la pared, Yaret tomo la espada y la examino minuciosamente mientras tanto el capitán larsson y yo buscábamos información que pudiera ayudar, buscamos desde historias de la antigua Grecia hasta cultos oscuros en latino américa, había más información de nosotros de la creía, al parecer en este mundo sabían quiénes éramos.

-lo tengo- dijo yaret en voz alta mientras le quitaba un pedazo de tierra pegado a la espada, el capitán y yo lo miramos –pero no sé qué dice:

“Iam enim actiones animae celerem iudicio breviore itinere accipit”

 

-es latín, dice que un alma que ya acepta sus actos tiene un juicio más rápido y un camino más corto, ah sigue leyendo- dijo larsson mientras escuchaba atentamente

 

“perdidit in Limbo puerorum non accipere ea quae sunt conscientiae, quae fecerunt in mundo vivorum cum fit, indicant tempus initium viarum suarum”

 

-cuando una conciencia no acepta sus actos esta destinada a un camino que no tendrá fin, es como un laberinto, el limbo tiene criaturas con la capacidad de crear o más bien de recrear por medio de la memoria tus miedos, si te niegas lo que fuiste o lo que hiciste, te estas condenando a ser perseguido por ellos hasta el fin- dije mientras razonaba lo que había leído –pero menciona que la muerte es la única que puede traspasar el mundo a su antojo, por eso solo existe una puerta y no hay más, es un mundo protegido por ser un atajo, solo entre reinos existen los atajo una puerta conecta a los cuatro reinos, como un circulo pero no cualquiera puede pasar por ellas- dijo el capitán larsson –entonces debemos esperar a que alguien muera para poder toparnos con la muerte?- pregunto Yaret –este mundo está plagado de muertes, los humanos toman vidas día a día, inocentes que pagan por deudas que tal vez era o no suyas si algo se es que son iguales a un demonio, tienen sed de poder y están dispuestos a todo con tal de conseguirlo- dije levantándome y caminando a la puerta al paso que me seguían –solo debemos esperar el momento adecuado en el que se presente el motivo y el momento- dije mientras caminábamos por la calle en el sereno de la noche –pero un demonio es peligroso también- dijo Yaret, y larsson negó con la cabeza al tiempo que me detenía dando la espalda a ellos

–escucha, hasta nosotros tenemos limites, la historia puede no estar equivocada, cada quien tomó la decisión que mejor le convenga en su momento, es igual o no que un ladrón o asesino, ellos no nacieron siendo así, nunca te preguntas te porque existe no uno sino 4 reinos?, al principio no lo entendía pero ahora sí que si lo comprendo, piénsalo adónde van las almas que no hicieron nada más que llevar una vida llena de tranquilidad, son premiadas y que pasa con un alma que ha sido mala y corrompida, bueno pues son castigadas- dije al tiempo que señalaba a una persona que estaba siendo asaltada –observa, te puedo apostar que no necesita lo que se va a llevar- el ladrón corrió sin notarnos, puesto que sus ojos humanos no eran capaces de ver más de lo que no necesitaban –por qué no lo ayudamos!?- dijo Yaret al ver al hombre mal herido –por qué nosotros no podemos intervenir a menos que ellos no lo quieran así, y eso solo a través de una invocación, mientras tanto solo somos observadores, nosotros no influimos en sus decisiones ni en sus acciones- en eso se escucharon susurros –está aquí…- se acercó y con su mano blanca y fría tomo la del hombre mientras los susurro no cesaban, ayudo al hombre a levantarse y con la otra mano señalo que siguiera derecho al tiempo que este se perdía en la penumbra nosotros nos acercamos.

Aquella impotente figura que portaba una oz y un manto negro que cubría su rostro nos observaba, hasta un demonio más cruel y despiadado le tenía miedo, su silencio era abrumador, al notar la espada legendaria y a su portador, se abrió paso y con sus manos señalo el mismo camino que había señalado al hombre.

Haciendo una pequeña reverencia con la cabeza nos abrimos camino, y entonces una luz nos dio la bienvenida a otro mundo –estamos donde comenzamos- dijo Yaret al ver el mismo callejón –no, estas en el limbo querido amigo- dijo larsson, era un lugar muy frio, no había hay aire y el cielo parecía que fuera a caer una tormenta –princesa Saitan…- una voz de mujer se escuchó a nuestras espaldas, ya la había oído antes era la princesa Siricia –sabes bien que los demonios tienen prohibido estar aquí, solo el dios puede estar- dijo ella con seriedad –princesa nosotros…- -se aquel vienen síganme- dijo ella interrumpiendo a larsson.

Nos llevó hasta la cueva donde habitaba –¿una princesa que habita una cueva? - dijo Yaret observando –no es una cueva solamente está sobre un gran risco es una cueva sagrada donde puedo observar al mundo humano- dijo ella –por qué menciono que Saitan no puede estar aquí? - pregunto Yaret a siricia –porque son reglas divinas ni si quiera los ángeles pueden estar aquí- decía al mismo tiempo que la cueva comenzaba a brillar –la espada legendaria, esa espada es de este mundo ahora entiendo cómo es que pudieron pasar al morador de la puerta- dijo ella –morador…- balbuceo Yaret




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