(Alice POV)
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—Así que, Edward, ¿por fin decidiste dar la cara?— la voz de Zack resonó en el living.
Mi hermano levantó la mirada confundido, buscando a su alrededor.
Por supuesto no conocía esa voz, y menos se esperaba que la persona estuviera familiarizada con su nombre.
— ¿Quién es? —Edward lanzó la pregunta al aire esperando que alguien de nosotros respondiera. Nosotros solo nos miramos esperando que alguno se animara a explicarle.
—Lo lamento —Zack apareció en la mitad de la escalera — ¿Dónde quedaron mis modales?
Edward se giró para mirarlo, sus ojos mostraron asombro y tristeza al ver al desconocido de ojos castaños y cabello chocolate. Sé exactamente a quien le recordó.
Zack no le tomó importancia a la fija mirada que se le brindaba y bajó los últimos escalones con elegancia mientras se acercaba despacio a mi hermano.
—Por favor, permítanme presentarme —Zack nos miró cómo esperando que le otorgáramos permiso, todos asentimos sin decir una palabra.
—Soy Zackiel —estiró su mano hacia mi hermano esperando que éste la tomara— soy hijo biológico de Esmeralda.
El rostro de Edward fue todo un poema, asombro, extrañeza, duda, eran solo pocas emociones que se notaban en su rostro. Conozco el sentimiento, nosotros habíamos pasado por ese mismo shock cuando apareció Zack en nuestras vidas.
Recién que nos habíamos cambiado a la casa en Alaska y al poco tiempo que Edward decidiera irse. En la puerta de la casa apareció un humano con una sonrisa encantadora en el rosto, por la remota ubicación creí que era un excursionista que se había perdido entre la densidad del bosque, pero cuando me preguntó si se encontraba Esme no supe que decir.
Con mi don, estoy acostumbrada a saber las cosas antes de que pasen, pero no había tenido ninguna visión antes de eso. Carlisle se acercó juntó a mí a la puerta y sonriendo saludó al humano y lo arrastro dentro de la casa mientras llamaba a Esme.
Ella llegó sollozando hasta él y lo abrazo. El humano se dejó hacer sin quejarse mientras trataba de calmarla. Cuando pudo contener su emoción y hablar, nos explicó que Zack es su hijo biológico, de la vida que tuvo antes de que Carlisle la convirtiera, esa fue toda la información que nos dio.
Al principio no le creímos, incluso nos reímos. No era posible que un joven humano de apariencia de aproximadamente 23 años fuera hijo de una vampira de 125 años.
Zackiel solo se limitó a decir que no era humano, Esme solo asintió dándole la razón y nos pidió que lo dejáramos el tema pues no íbamos a obtener más información.
Con el pasar de los días, nos acostumbramos a la presciencia de Zack, y al olor de comida cuando Esme le preparaba para que se alimentara.
Su personalidad y su humor se notaban en la casa, era alguien que increíblemente sabía muchas cosas sobre hechos históricos, sobre fenómenos que sucedieron y por supuesto, sabia de nosotros a la perfección.
Podíamos pasar horas hablando con él y te hipnotizaba con su voz, hacía que le prestaras atención. Jasper y Carlisle sin duda eran los que pasaban más tiempo con él. Emmett estaba encantado de tener a alguien que jugara video jugos con él y Rosalie a veces lo invitaba al garaje a que la ayudara con los autos.
A pesar de que teníamos renuentemente a Zack para que nos ayudara a distraernos, no dejábamos de pensar en Forks, mucho menos dejábamos de pensar en Bella.
—Eso no es posible —cuando reacciono, la voz de mi hermano estaba cargada de negación y un poco de diversión.
—Ambos sabemos que Esme tuvo una vida antes de conocer a Carlisle —Zack se encogió de hombros. —No es tan sorprendente.
—De ser su hijo tendrías casi 100 años. Y no eres vampiro —Edward razonó.
—Gracias al cielo, no lo soy —Zack forzó una sonrisa— Pero no soy humano.
—¿Qué eres? —Me animé a preguntarle, si estaba dispuesto a hablar tenía que improvisar.
—Un ángel —Me respondió cuadrando los hombros. Todos abrimos exageradamente los ojos ante su respuesta, detrás de mí Emmett soltó una carcajada
—No existen los ángeles —Edward habló receloso. Zack soltó una grave carcajada y negó divertido.
—No existen los demonios —sus labios de mostraban una risa burlona— No existen los licántropos. No existen los vampiros.
—Para los humanos, no existe otra raza más que ellos—levantó una ceja de manera despectiva— Y resulta que estoy en una habitación rodeado de siete seres mitológicos.
—Hay un mundo de secretos detrás del mundo que conocemos —terminó con voz grave.
—Podrías explicarnos todo esto —Emmett hizoun puchero suplicante a Esme— no estoy entendiendo nada.
—Cuando Carlisle me encontró en ese acantilado —ella comenzó a contar— no me había tirado para matarme. En realidad esa fue la versión que se me permitió contar.
—Yo también era un ángel, Nací siendo una virtud, es algo así como el rango o la jerarquía en la que naces y cada rango tiene un propósito en particular. Yo debía ser un soporte para que el caelum funcionara. Tenía un esposo, dos hijos y una vida de la cual estaba satisfecha.
—Un día en una de las pocas misiones en la tierra que se me encomendaban, encontré a Carlisle, recuerdo que estaba casi recién convertido, se rechazaba a sí mismo —miró tiernamente a su esposo-— así que decidí ayudarle un poco a que comprendiera su nueva vida en su nueva vida.
—Después volví para otra misión y me lastimé la pierna, él ya trabajaba cómo medico en un hospital y le tocó atenderme. Pero obviamente debía regresar al Caelum, pero no podía evitar anhelar estar en la tierra con él —sonrió triste — mi hija se dio cuenta y decidió ayudarme.