El corazón del ángel

Capitulo 3; Volterra

(Alice POV)

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—Pasajeros del vuelo 298910 hemos llegado a su destino, la ciudad de Pisa en Italia. Agradecemos su preferencia y les recuerdo asegurarse de tener todas sus pertenencias y cuidado al descender del avión.

 

—¡Por fin! —Jasper gritó con bastante alegría, yo solo respiré con alivio.

 

Pasamos cerca de 20 horas escuchando gritos y reclamos de Rosalie, regaños de Esme, disculpas de Carlisle y bastantes burlas de Zack hacia Edward. Aunque solo estábamos nosotros a bordo del avión y podíamos estar con libertad, creo que mi familia se lo tomó bastante enserio y no hicieron el esfuerzo de guardar la compostura.

 

Jasper y yo fuimos los primeros en bajar del avión, la noche y el clima de Italia hacen una combinación ideal para nosotros. La familia nos siguió y en cuanto entramos a las salas la azafata nos guio para firmar los documentos  y recoger nuestro equipaje.

 

—No estamos solos —Edward habló por lo bajo. Seguimos su mirada y en las puertas del aeropuerto estaba Demetri con otros dos guardias. Tranquilamente salimos del aeropuerto y nos acercamos a los escoltas que nos esperaban.

 

—Familia Cullen —fue el saludo que nos brindó Demetri cuando llegamos frente a él.

 

Se giró y nos hizo una señal para que lo siguiéramos hacia tres autos negros y polarizados.

 

—Vámonos —dio una orden fría y todos obedecimos. Nos distribuimos en los automóviles mientras los guardias subían nuestro equipaje y avanzamos rumbo a Volterra.

 

No puedo decir que fue un viaje tranquilo pero para suerte nuestra y debido al horario,  la ciudad estaba libre de residentes y turistas por lo que en poco tiempo nos encontramos frente a las grandes puertas del castillo. Las puertas de los automóviles se abrieron y pude notar la silueta de Heidi que surgió de las sombras con esa sonrisa macabra tan característica de un Vulturi.

 

Demetri y los guardias se llevaron nuestro equipaje y su compañera nos guio con calma a través de los lúgubres pasillos. De vez en cuando nos cruzábamos con algunos miembros de la guardia que solo nos observaban o nos regalaban una bienvenida protocolaria que nosotros nos limitábamos a responder con un pequeño gesto con la cabeza.

 

Finalmente llegamos a un pasillo donde al fondo había dos grandes puertas de madera con detalles en oro, si no me equivoco esa es la sala del trono. Disminuimos nuestros pasos, pero cuando estuvimos frente a las puertas Heidi las empujó para abrirlas y mostrarnos un gran salón con tres tronos en el centro.   

 

—Amo, llegaron —nos introdujo nuestra guía mientras terminaba de atravesar las grandes puertas.

 

Aro, Marcus y Ciaus estaban en sus respectivos tronos, detrás estaba su guardia personal, Renata, Alec y Jane. 

 

—Familia Cullen —Aro habló en cuanto nos divisó en la entrada del salón— Bienvenidos. 

 

—Aro —habló Carlisle— un placer verlos.

 

Marcus solo nos brindó una media sonrisa y Ciaus nos miró despectivamente. Edward dio un vistazo rápido por la habitación para analizar un poco la situación en la que nos encontrábamos.

 

—Esme —habló Aro— Tan encantadora como siempre.  

 

—Gracias Aro —Esme sonrió ladinamente mientras seguía tomada de la mano por su esposo.

 

—Me alegra que aceptarán honrarnos con su presencia —Aro habló con cierto veneno en su voz. Nosotros embozamos una pequeña sonrisa sin saber realmente que decir.

 

—Veo que tienen un nuevo miembro —hizo notar Jane mirando intensamente al ángel con apariencia de humano que nos acompañaba.

 

—Mucho gusto —el aludido avanzó hasta quedar delante de Carlisle y estirando la mano se presentó— soy Zack. 

 

El joven con ojos marrones y piel ligeramente rosada  que había bajado del avión fue remplazado por un vampiro con piel resplandeciente y ojos dorados como los de mi familia. Nosotros tratamos de mantener nuestro semblante inexpresivo a pesar de la ligera sorpresa que se sintió en el ambiente.

 

Aro se acercó a él analizándolo con sus ojos rojos, estrechó la mano que se le ofrecía para después poner ambas manos y cerrar sus ojos, siempre usaba ese clásico gesto para leer tus pensamientos. Zack permaneció en su lugar con la mirada fija en Aro. Segundos después el antiguo vampiro se separó satisfecho con lo que había visto y nos dio una sonrisa, miré a Edward, él sólo negó con la cabeza. Mi hermano no puede leer la mente de Zack y cuando Aro lo tocó tampoco pudo leer la suya.  

 

—¡Bien! —el aplauso eufórico que dio Aro nos sobresaltó un poco.  

 

—Heidi acompaña a la familia Cullen a sus habitaciones. —la aludida asintió y avanzó hacia nuestra dirección— Aun hay varios invitados que recibir. 

 

—Sí, amo —Heidi hizo una reverencia y nos hizo señas para seguirla.  

 

—Disfruten su estadía mis amigos, nos veremos en el baile —Aro se despidió de mientras salíamos por una puerta lateral. 

 

Seguimos a Heidi por el castillo, subimos unos pisos en el elevador y llegamos a un pasillo lleno de habitaciones, del lado derecho había una placa en la que se podía leer "Cullen" en letras rojas. Heidi nos indicó nuestras habitaciones y se retiró sin decir palabra alguna.

 

—¿Alice? —la voz de Esme me sacó de mis pensamientos, su mirada tierna estaba concentrada en mí.

 

—Mañana es el baile —respondí. Sin darme cuenta estábamos en la habitación de nuestros padres, haciendo una reunión familiar "privada", con más de 80  vampiros escuchándonos. Mis hermanos tenían una postura rígida y tenían sus sentidos alertas a cualquier peligro que nos pudiera acechar.

 

—Hay miedo, excitación y preocupación en el ambiente —mencionó Jasper— No saben que sentir exactamente.




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