El corazón del ángel

Capitulo 6; Abaddon

(Bella POV)

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En cuanto llegamos a América, nuestros amigos se despidieron de nosotros, cada uno volvió al lugar donde estaba antes de llamarlos alegando que dejaron asuntos inconclusos que debían terminar.

 

Antoine dijo que era divertido jugar a ser humano de nuevo, pero que eso no era para él, los demás están más acostumbrados por su naturaleza pero aun así no nos podían acompañar.

Santiago fue el único que nos acompañó hasta las vegas, en el departamento de Raz me entregó la meam y se despidió diciendo que nos veríamos pronto. 

 

Han pasado cerca de tres semanas desde el baile de los Vulturis y con nosotros tres no ha pasado mucho, decidimos simplemente disfrutar de la ciudad, los casinos y los eventos que cada noche de ofrecían nos creaban una distracción de nuestros problemas.

 

Dicen que las vegas es el refugio para todos los seres malignos que buscan la perdición de las almas humanas a través del vicio, el alcohol y el sexo. Pero la verdad es que, los que son vienen, son personas que saben cómo divertirse, y que tienen los fondos económicos para hacerlo.

 

—¿Podemos quedarnos aquí para siempre? —la entusiasta voz de mi hermano entro al departamento. Su silueta apareció entre la puerta y la sonrisa en su rostro era imborrable. Detrás de él, apareció Raz sonriendo pero con la misma emoción que mi hermano.

 

Mi hermano ha pasado la mayor parte de su vida con nuestros padres, y su actitud es una mezcla de ambos, el entusiasmo por la vida que caracteriza a Esme y lo riguroso y apegado a las leyes que es Gabriel. Raz en cambio, es la copia de su padre, Rafael, ambos han sido siempre unos espíritus libres, por lo que conocen la diversión y los pequeños placeres que nos podemos dar. Mi hermano en cambio, cuando toca un trozo de libertad aún no sabe cómo manejarlo.

 

—Vamos a ir con los Cullen —los mire, ambos me regresaron la mirada como si tuviera tres cabezas.

 

—¿Qué? ¿Porque? —mi hermano me preguntó entre asustado e inconforme.

 

—Es por lo que te dijo Marcus —Raz se sentó a mi lado— ¿Verdad?

 

Ninguno me había cuestionado sobre lo que pasó en Volterra y yo no había hecho el esfuerzo por contarles, pero sin duda era algo que me estaba carcomiendo por dentro.

 

—Abaddon me está buscando —solté sin pensar. Mi hermano abrió los ojos con sorpresa y se dejó caer en el sofá, a mi lado Raz se froto la cara con ambas manos, una señal de desesperación.

 

—El baile fue una distracción —expliqué—Teniendo a todos en un solo lugar, Abaddon no iba a encontrar a nadie a quien preguntarle sobre mí.

 

—Bueno —la voz de Raz tembló un poco— Parece que por primera vez los Vulturis hicieron algo bien.

 

—¿Porque te busca? —Zack me miro preocupado— ¿Crees que sepa de Tony?

 

—Eso es lo que temo —le dije agachando mi cabeza.

 

—Sabe que no vas a dejar que lastime a Esme —Raz tenía una mueca pensativa— es a la única que se le va a acercar.

 

—No quiero que los vea a ustedes —los miré—que piense que estoy sola.

 

Ellos me miran no muy convencidos. Ambos estaban dispuestos a ayudarme a proteger a Esme y a Carlisle, pero sé que a los demás preferían mantenerlos lejos. Muy a su pesar, asintieron convencidos de actuar conforme al plan y acordamos mañana partir hacia Alaska.

 

Raz y mi hermano se perdieron cada uno por la ciudad. Querían que aprovecháramos la última noche que pasaríamos en la ciudad, bueno, no estábamos seguros si sería la última noche que pasaríamos en vivos. Trataron de convencerme pero yo me negué y solo me dediqué a recorrer las calles viendo a las personas pasar junto a mí. Quería tranquilidad.

 

El vuelo hacia Alaska fue tranquilo, mi hermano había comprado los boletos en cuanto acordamos venir, después de la última noche en las vegas quedamos de vernos en el aeropuerto para abordar juntos.

Pasé la mayor parte de las 7 horas de viaje dormida, mi mente trataba de evitar pensar demasiado en el tema. Mi cabeza estaba sufriendo una jaqueca constante.

 

Cuando llegamos buscamos un auto y pasamos otras tres horas de camino a la Reserva Denalí, el caminó pareció eterno, todo el tiempo estuvimos escuchando las quejas de mi hermano sobre el último año que pasó con los Cullen.

 

La Reserva Denali era algo hermoso, las grandes montañas cubiertas de nieve hacían un hermoso contraste con el atardecer que se avecinaba. Entre la nieve y el bosque se podían ver la casa de los Cullen.

 

Raz paró el auto faltando casi medio kilómetro antes de la casa. Escondimos el auto entre ramas y cuidadosamente nos acercamos a la casa caminando.

 

—¿Y ahora qué? —Raz me miró levantando una ceja. Me senté en la fría nieve y les hice una seña para que me imitaran, ellos obedecieron sin decir ninguna palabra. Cerré mis ojos y traté de concentrarme en los sonidos a mí alrededor. Los animales moviéndose por los alrededores, la suave brisa de nieve tocando el suelo, los vampiros cerca de nosotros haciendo tranquilamente distintas actividades.

 

—Esme está terminando de recoger las cosas de su jardín. —les dije sin abrir mis ojos. —Alice acaba de tener una visión sobre la llegada de Abaddon.

 

—Ya está cerca —habló mi hermano mirando a su alrededor con cautela. Asentí y me levanté sacudiendo la nieve de mis jeans.

 

—Hay que darnos prisa —caminé hacia la casa tratando de hacer el menor ruido posible.

 

Rodeamos el área para llegar por la puerta trasera. Les hice una seña a mis acompañantes para detenernos en cuanto vimos a Esme, ella notó nuestra presencia y se enderezo con una sonrisa que se le borro al ver nuestros rostros preocupados. Mi hermano le señalo un pequeño claro cubierto de nieve que estaba detrás de nosotros, mi madre asintió entendiendo nuestras intenciones.




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