El corazón del ángel

Capitulo 16; Isabella

"De la luz y la oscuridad va a nacer un corazón, hecho de bondad y maldad; de fuerza y debilidad. Un corazón capaz de destruir y de crear; capaz de sufrir y de amar. Muchos lo van a seguir, pero muchos lo van a desear y quien sea capaz de poseerlo obtendrá la recompensa final."

Profecía del corazón del ángel

-Female Dark

(Bella POV)

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—Creo que… quieren conocerme —todos me miraron extrañados— Bueno, lo que no saben de mí —les dije con un suspiro. Todos asintieron cuando comprendieron hacia donde iba la conversación.

—Voy a preparar las cosas —Ángela habló en un susurro, como temiendo interrumpir —Debemos adelantarnos a todo —asentí.

—Esme —la llamé, los ojos dorados de mi madre me miraron atentos —¿Hay alguna habitación que podamos usar?

—Hay tres habitaciones desocupadas en el tercer piso— le señaló la escalera a mi amiga— Puedes tomar la que desees.

Ángela le sonrió y desapareció subiendo por las escaleras. Tomé una profunda respiración y regrese mi vista a los presentes.

Miré sus rostros, mis hermanos me daban una mirada de compasión, pero a la vez me mostraban valentía para que siguiera; Mi madre junto a Carlisle tenían una mirada de ternura y preocupación; Rafael me miraba temeroso y de vez en cuando miraba nervioso a su hermano.

Gabriel me miraba cauteloso, podía ver el debate que tenía en su interior. No estaba seguro si quería escuchar todas las decisiones que me llevaron a este momento o si era mejor simplemente salir de la casa hasta que terminara yo de hablar.

Los hermanos Cullen me miraban curiosos y ansiosos por finalmente entender mi vida. Y Jasper, mi fiel amigo, tenía su mirada concentrada en mí, podía sentir el coctel de emociones positivas que trataba de proyectarme y lo único que pude hacer fue suspirar agradecida.

—Mi verdadero nombre es Isabella St. Engel —dije saliendo de mi cabeza. —Soy hija de él segundo arcángel más poderoso, el arcángel Gabriel —lo señalé, él me miró intensamente.

»Mi madre fue una de las principales Virtudes del Caelum. Ustedes la conocen cómo Esme. —mi madre me sonrío, esa sonrisa me recordó a cuando era niña y me lastimaba en los entrenamientos. Esa sonrisa me tranquilizaba y me daba fuerzas de seguir.

»Y también soy hermana menor de Zackiel —lo señalé mientras él me respondía con una mueca divertida y me sacaba la lengua en un gesto infantil.

—No sé cuántos años tengo exactamente, pero sé que son muchos. —mi voz salió llena de diversión —Soy mucho más antigua que Carlisle.

—¡Wow! Eddy, saliste con una anciana! —me interrumpió la burla de Emmett. Edward y yo lo miramos con molestia.

—Emm, dijimos que sin interrupciones —le recordé. Rose le dio un golpe y yo le sonreí agradecida. Se escuchó un ligero "lo siento".

—Soy un ángel, nací con el rango de Principado. —susurré nostálgica.

—Bella —Alice tenía su mano levantada cómo en el jardín de infantes, esperando a que le autorizaran hablar. Le di un leve asentimiento— ¿Ustedes, nacen… ya sabes… con alas?

Todos los celestiales soltamos unas risitas. ¿Nacer con alas? Eso sería doloroso para el bebé y para la madre.

—Nuestras alas funcionan cómo los dientes —comencé a explicar— Naces sin ellas, pero con el tiempo, van creciendo y tú las vas fortaleciendo.

Todos me miraban atentos, y asintieron sin decir ninguna palabra. Hasta el momento sus expresiones se mantenían tranquilas, y creo que eso era algo bueno.

—La vida en el Caelum no es cómo en las películas de Hollywood. No es blanco, no está lleno de nubes que parecen algodón, no estamos siempre cantando y orando, no hay puertas gigantes de oro. —Soné irónica— tampoco usamos blancas túnicas todo el tiempo.

Los de mi raza sonreímos burlones al recordar los clichés que los humanos están convencidos de que son reales.

—Es extraño describirlo —dije pensativa— Quizás si es blanco y si tiene esa ligera niebla blanca, pero es más complicado que eso.

»Hay calles que parecen estar hechas de arena blanca y suave pero a la vez firme cómo concreto. Los rangos… digo, las familias, todos tienen sus casas propias, pero mantienen los adornos con colores neutros. Los edificios parecen estar hechos de cristal, son altos y bajos, anchos y angostos dependiendo de para qué se vayan a destinar. —la tristeza me comenzó a embriagar— Nosotros podemos usar ropa cómoda, casual, formal, pero con la condición que sea neutra. Sólo cuando la ocasión lo amerita usamos un uniforme especial según nuestro rango.

—Cómo nos vieron en la iglesia —Raz me interrumpió pero todos asintieron recordándolo— Hay muchas cosas más importantes que estar cantando todo el tiempo; Simplemente todos trabajamos para que funcione.

—No estoy segura de cómo ellos se conocieron y se casaron —dije señalando a mis padres —Nunca nos han contado y no quiero entrometerme mucho en su vida —me encogí de hombros— pero bueno, cómo era de esperarse, tuvieron a su primer hijo, Zackiel.

—Él era, obviamente, su adoración, era el orgullo de Gabriel —sin quererlo mi voz sonó rencorosa— había nacido su sucesor. Su deber era entrenar a Zack a su imagen y semejanza para que en un determinado momento lo supliera. —me reí sin humor— Según me contó Esme, desde que Zack estaba pequeño, Gabriel se lo llevaba a su oficina y pasaba horas con él.

—Tiempo después Rafael recibió a su primer y único hijo, Raziel, —susurre recordando el dolor de ambos. —Y a la vez perdió a su esposa, Hadasah. —se me quebró un poco la voz —Según me han contado, era hermosa, muy amorosa, pero valiente, osada y entregada.

Miré a Rafael, su mirada cristalina estaba agachada. Sé que le dolía recordar a su esposa, y sé lo duro que fue criar a Raziel. Mi mentor decía que Raz es la copia de su madre, y también es el constante recuerdo de que su esposa ya no está junto a él.




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