Se dice que el amor no se puede mantener entre un ángel y un demonio, pero si un demonio en su pasado fue ángel, quiere decir que aún en el fondo queda un poco de ese ángel
Shiara Chacón
.
.
.
Bella (POV)
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
—¡Edward! —grité mientras trataba de hacer que mi cuerpo respondiera para correr detrás de él. —¡Espera!
—¡No te vayas! —traté de correr. Sentí que el pánico me abrazaba. —¡Espera! —seguía gritando en su dirección, pero lo ultimó que se vio fue su silueta corriendo sobre la nieve perdiéndose en el bosque
No podía dejar que se fuera. No otra vez. Mis manos temblaban a causa del miedo que estaba recorriendo mis venas, mis piernas temblaban y no me respondían. Edward debe escuchar toda la historia, debe de entender porque lo hice, porque estamos en esta situación.
—Tranquila, Bella —Alice me detuvo —Estará bien, va a volver. —echó una mirada rápida al bosque que mostraba el atardecer. —Sólo necesita tiempo para pensar.
Asentí no muy convencida y deje que me arrastrara al sofá donde antes había estado sentada. Su fría mano daba suaves masajes en mi espalda.
—¡Basta! —El gritó de Esme nos paralizó— Ustedes dos se van a calmar —miró con molestia a Gabriel y a Raz
—Le prometimos a Bella que íbamos a escuchar todo antes de actuar —Charlie estaba igual de molesto que mi madre.
—Llevamos casi 24 horas hablando —la voz de Esme sonaba tensa— Lo menos que tenemos es tiempo —los miró con dureza— Y lo menos que quiero es que ustedes lo desperdicien peleándose.
Raz y Gabriel murmuraron un "lo siento" avergonzados. En mi rango de visión entró Rosalie que traía la botella medio vacía que hace rato tenía en mis manos. Sonriendo le tomó un buen trago y me la ofreció. A pesar del dolor y el miedo que me ahogaban, se me escaparon unas cuantas risas.
— Vamos a dejar que Bella termine de hablar— Charlie dijo serio —Edwin se puede poner al corriente luego —solté una risa nerviosa por el apodo que le puso a Edward, sé que lo hacía a propósito para molestarme.
—Por cierto —Rafael habló soltando su agarre — Gabriel le debes a Esme una casa nueva —dijo mientras apuntaba la grieta que se había formado, el arcángel se encogió avergonzado.
Un silencio incomodo nos envolvió. Sé que presenciar los berrinches de Gabriel no era algo agradable, pero mirarlo avergonzado era divertido.
—Así que… —Alice habló dudosa, todos nuestros ojos se posaron en ella. —¿Dejaste que se casara? —preguntó mirando a Raz.
Los labios de Raz se estiraron para formar una sonrisa.—La ayudé, de echo —dijo orgulloso ganándose varias miradas de confusión.
—Dijiste que la amabas —Rosalie le recordó. Su voz sonaba en un tono similar a cuando un adulto atrapa a un niño diciendo una mentira.
—Lo hago —respondió Raz mirándome intensamente. Yo sentí un sonrojo cubriéndome el rostro.
—Pero… —la rubia nos miraba confundida— Si la amas, ¿Por qué dejaste que lo hiciera? —su confusión hizo que Raz se riera entre dientes. Pero Rose volvió a contratacar,—Quiero decir, ¿Por qué ayudarla? No te costaba nada ser egoísta e impedirlo.
—No, no me resultaba difícil impedirlo. —la voz de Raz sonaba casual— Las cosas serían muy diferentes si esa boda no se hubiera realizado —.´
La mente de Raziel me mostraba imágenes que yo ya me había imaginado, de él y yo juntos. —Pero —sus ojos se mantenían sobre mí mientras hablaba. — Sí fui egoísta.
Todos lo miraron sin comprender, todos excepto yo. Hace mucho tiempo, Raz y yo tuvimos una muy seria conversación al respecto, ambos tenemos nuestros sentimientos muy en claro.
—No estaba en mis planes, hacerle lo mismo que Gabriel le hizo a Esme —los aludidos lo miraron ofendidos, pero él los ignoró y siguió hablando.— Prefiero verla viva, feliz y enamorada —suspiró— Aunque ese amor no sea para mí.
»Fui egoísta —su voz se quebró— pero conmigo mismo, porque decidí dejar de lado mis sentimientos y ayudarla —me sonrió con sinceridad. —Al final de todo, resulta que de alguna manera, soy suyo, y ella es mía. —nos sonreímos mutuamente. Después se aclaró la garganta y miró a los demás —No traten de comprender nuestra relación, porque no lo harán —se rio de su propia broma— solo no la cuestionen, acóplense y diviértanse viéndonos.
Los Cullen asintieron, las sonrisas en sus rostros me demostraban que ahora podrían ser capaces de aceptar un poco más esta extraña situación.
—No me caes tan mal después de todo —fue lo que comentó la rubia y me arrebató de nuevo la botella. Rafael la miró divertido a lo que ella le respondio sonriendo— ¿Qué? No es como si fuera a emborracharme.
—Aun no cantes victoria —Rafael le dio una larga mirada de advertencia. Pero Rosalie lo ignoró y bebió el contenido de la botella.
—¿Un mortal, Bella? —Emmett me cuestionó burlón —Tus gustos son… exóticos.
Su carcajada aligeró aún más el ambiente.
—En ese entonces eso era —dije sin pensar. Me maldije al ver que sus risas cesaron, todos tenían los ojos alarmados y abiertos cómo platos. Traté de desviar un poco el tema, —Tienen que entender que el Hieros gamos no es una boda pagana cómo la conocemos actualmente. —me miraron curiosos.
—Es algo así como una boda santa, pero no por la manera en que se hace, si no por el significado que tiene. —Raz trató de explicar mejor— Es un ritual espiritual pero para los seres de luz tiene bastante valor.
—Es un ritual sagrado y muy respetado —Esme habló— Además es imposible de anular. —miró con disculpa a Carlisle. Ese era otro de los lazos que mi madre seguía teniendo con Gabriel, aparte de nosotros, sus hijos. — O por lo menos esa es la mentalidad que se tiene en el Caelum.