El reloj del señor Grullón marcó la hora de salida y Liliana y su mejor amiga Jessica salieron de clases mientras terminaban de entablar un chisme de pasillo y se encaminaban hasta la cafetería de la facultad.
-Las clases de la universidad son super difíciles, por lo menos nos tocó juntas para poder conversar- se quejó Jessica con un hilo de voz irritante.
Liliana rodó los ojos para visualizar el suéter de rayas negras y la boina de Jessica una amante fashionista y muy mala estudiante.
-Si Jessica, pero deja de quejarte tanto, si sigues así no podré aguantarte hasta cuando lleguemos a cuarto semestres, eso es si llegas amiga-
Bufo observando el color de su esmalte de uñas.
La verdad es que Jessica no le agradaba estudiar, veía la universidad como una obligación hasta conseguir un hombre millonario y así no tener que volver a sacrificar sus pequeñas neuronas en parciales y algunos quiz que los maestros solían preparar la segunda o tercera semana de clases.
-Pues ojalá que para ese entonces haya encontrado a mi príncipe azul millonario, que me saque de estudiar y cumpla cada uno de sus deseos, la verdad es que estoy aquí hasta que me casé-
¿Y si el príncipe azul de Jessica nunca llegaba?
Viviría en la facultad por toda la vida
Liliana arrugó el rostro ante el comentario de su mejor y futura mantenida amiga. En sus planes no estaba ser una mantenida, Liliana anhelaba tener sus propios sueños, sus coches, targetas de créditos, poder viajar con su propio dinero sin tener que vivir de los millones de su madre.
La chica giro la cabeza al escuchar la voz de su novio Roberto a unas cuantas esquinas de donde se encontraban Jessica y ella.
Dió un leve respiró enojada y se encaminó hasta la mesa donde estaba ese Patán y creído que tenía por novio.
Roberto y Liliana eran novios desde la secundaria sus familias eran cómplices en los negocios y pues esperaban con ansias el que Roberto y ella anunciarán su compromiso matrimonial sin embargo después de lo que vio no creo que su relación perdure.
-¡Roberto!- gritó llamando su atención, todos los presentes en la facultad de quedaron a la expectativa ante lo que podía suceder, conociendo a Liliana tenían certeza de que se exaltaria y de paso haría un escándalo en la universidad completa.
---Estas ligando a estas estúpida en mi cara?-
La chica que le acompañaba a Roberto se paró de la butaca y se marchó como una cobarde ante la situación, Liliana le observó y por arte de magia dejo pasar desapercibida.
Su problema por el momento era con Roberto, él era su novio debía de respetar su relación y no estar invitando a las chica de la facultad a su casa de verano en Veracruz. Le disgusto tanto su comportamiento, la hacía quedar en ridículo delante de todos.
Al día siguiente sería el hazme reír de la universidad por cuernuda pensó Liliana rebuscando las palabras adecuadas para seguir reclamando a Roberto sus acciones.
No le amaba, jamás había sentido mariposas cuando la besaba a nerviosa cuando solía hablarle, su relación no era de amor era más bien por costumbre.
---No es lo que te imaginas mi amor, era ella la que se me estaba resbalando-
Explicó con cara de inocente mientras no dejaba de ver a los presentes cuchichear sobre ellos
-¿Que culpa te lo yo sé que enamoren de mí? -
Era el colmo del psiquismo hecho hombre, estaba invitando a una chica a pasar las vacaciones en la casa de sus padres y ahora era hecha la que estaba locamente enamorada de él. Roberto la solía buscar a escondidas, su relación con Liliana era por el que dirán y la estabilidad social que podía generar.
Lili le observó y luego frunció el ceño, este sería el último cuento que le va a contar se dijo a su misma mientras veía a su amiga Jessica repellar y decir que está mejor soltera y que con su Patán mujeriego millonario. Quería un príncipe azul millonario pero fiel.
-No es para tanto Lili, ni si quiera la besé, bajale dos rayitas
---No la besaste por que llegue antes idiota-
Estaba enojada, no le vería la cara de cuernuda y de tonta.
No podía engañar lo que había visto, Roberto le estaba siendo infiel a la luz del sol en pleno día en la facultad donde ambos estudian.
-Me avergüenza, lo mejor es que tú y yo dejemos esto aquí, me tienes harta, la universidad entera ve como me pones los cuernos y tú qué no tienes culpa que las arpías se enamoren de tí. Como no le pones un Stock a esos buitres aquí lo dejamos, no pasaré toda la vida con los cuernos encima de la cabeza-
Gritó en un hilo de voz enojada y luego se encaminó a la salida de la cafetería, no podía seguir allí siendo la burla de todos.
Liliana Griego la chica envidiada por todas, la fashionista, fina y mala educada millonaria de Santa Fe era la cuernuda de la facultad se repitió observando los rostro y cuchicheos de los presentes.
Roberto seguía sus pasos mientras gritaba su nombre y algunas súplicas por desesperación.
Estaba desesperado por volver a recuperar a su flamante novia.