El Corazón Quiere Lo Que Quiere

Parte 2) Desamparado por mi chófer

Kelvin el presidente de la empresa constructora como de costumbre se encontraba de camino a su empresa cuando se percató que el neumático derecho de la parte delantera se había desinflado.

El joven maldijo entre labios y luego abrió el vidrio del piloto para ver lo grabe que podía llegar a ser.

Desquitó su furia con el volante del auto como si éste tuviese culpa de lo que le había sucedido, se puso la mano rodeando la cabeza y comenzó a meditar en lo que haría.

Tomó el móvil y marcó a su secretaria diciendo que removerá las actividades a primera hora de mañana y por supuesto como era de esperarse llegaría pasado de hora, tendría que esperar a que su chófer llegará y lo recogiera y luego lo encaminará a su empresa. Descolgó la llamada y marcó el número telefónico de la casa, a esta hora de la mañana su madre debía de estar cerca y así escuchar el sónido y tomar la llamada enviar al chófer a la dirección que le daría y luego todo estaba resuelto pensó mientras esperaba a que descolgaran al otro lado de la línea.

-Gabino, el neumático se desinfló ven a la dirección que te mandé por MS-
Comentó caminando de un lado a otro, la verdad era que no le gustaba llegar tarde a la empresa aunque no tuviera nada que hacer, anhleba llegar temprano recorrer sus alrededores y ver a sus empleados llegar nerviosos al ver que falta un minuto para llegar tarde.

-Esta bien señor llevo a su mamá al gimnasio y luego pasó por usted- escuchó decir y el alma volvió a salir de su cuerpo por un segundo.

No le agradó la idea de tener que esperar las vueltas que le haría dar su madre, debía de ir a llevarlo a la empresa y luego a su madre al gym.

-Estoy lista Gabino, vámonos al Gym, Rosa me llamó y voy tarde para nuestra sección de abdomen y glúteos- se escuchó decir como su madre sosocaba al chófer

-Lo siento Don Kevin tendré que ir primero a llamar a su madre sabe cómo es y peor como se pone y la hago esperar- dijo una vez colgó la llamada.

Kelvin observó la pantalla del móvil y la llamada se había cortado.

Genial estaba en medio de la calle con el coche averiado y su chófer no estaba precisamente disponible para llevarlo a la empresa, la única opción era un..... taxi.

Puso seguro a su auto y por arte de magia sus ojos vieron un taxi y el alma y la motivación volvieron a florecer.

Paró el coche y una vez se adentró en el, el chofer puso el vehículo en marcha y las cosas comenzaron a encajar.

El chofer era un señor de edad que conducía como ir caminando así que que Kelvin se desespero un poco, veía la hora en su reloj, no estaba tarde pero aún así el señor lo estaba poniendo altivo y algo nervioso, sacó dos mil pesos del bolsillo para que esté lo dejará conducir.

El hombre acepto y una vez tomó el dinero se aparco a un lado y ambos cambiaron de lugares.

Kelvin se posicionó de piloto y el taxista de copiloto.

Arrancó el auto y el hombre sostuvo  su mano de la agarradera seguido de presignarse.

Si este era el camino para llegar algún día a la empresa tenía que recorrerlo aunque nunca se imaginó pasar por ello.

 




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