Luis... Alto, su tono de piel clara, pelo largo, ondulado de color negro, se mira que había tomado unos cuantos tragos, pero seguía en sus cinco sentidos, el mismo chico que se dio cuenta que estaba hablando con Steven y se despidió de mí de una forma muy amable. Mi corazón empezó a palpitar rápido de los nervios, él voltea a verme y me da una pequeña sonrisa, su mirada se dirige nuevamente a Josh y camina para donde estoy, me mira a los ojos, los nervios me invaden, de reojo puedo ver la reacción de Josh de confusión.
—¿Marihan? —dice Luis
—Si
—Melanie te está buscando, dice que es urgente y te necesita, está un poco alterada —argumenta bajando la voz en las últimas palabras
—¿Dónde está?
—Debe de estar en la habitación obscura —dice Josh recostado en el marco de la puerta
—¿Habitación obscura? ¿Qué clase de antro es este? —ellos dos responden con una risa
—Yo te llevo —Luis empieza a caminar y yo lo sigo
Me despido de Josh y le dibujo una sonrisa en mis labios y el me responde de la misma forma, me dice algo y trato de leer sus labios
—Cuídate, cualquier cosa me llamas —es lo único que pude llegar a leer
Salí del lugar y volvimos a entrar a la Disco, bueno, digámosle Antro, me siento muy pero muy anticuada diciendo eso de esa manera, el punto es que volvimos a entrar, no caminamos mucho hasta que llegamos al área VIP, antes de entrar a ese sector, había un guardia, mira a Luis y sin dudarlo lo deja pasar, Luis me extiende su mano dudo por un nos segundos y la tomo, subimos las escaleras, habían varias sillones de piel, mesas de madera muy conservadas, sentí un mirada muy potente como si me estuviera quemando con ella, dirigí mi mirada y veo en una de las mesas a Steven, estaba recostado, con una mano sobre el respaldo del sillón, su mirada baja a mi mano la cual aún seguía tomada de la mano de Luis, yo solo bajé la cabeza y miro de reojo la reacción de Luis, él estaba normal con una pequeña sonrisa, él se da cuenta que lo estoy viendo y gira su mirada para toparse con la mía, le hago una sonrisa de boca cerrada haciendo que elimine la suya y mira a su alrededor, hasta toparse con la de Steven.
—¿Estas bien? ¿Te incomoda algo? —dice haciendo que me voltee a verlo
—Todo bien, no hay nada que me incomoda, no te preocupes
—Si él te molesta o te hace sentir incomoda, dime
—Está bien, no me incomoda ni me molesta, gracias, no te preocupes además...
—Además él es mi primo —me interrumpe —Soy Luis, Luis Catalán
Tratando de analizar lo que me dijo logré decir unas cuantas palabras —Mucho gusto Luis
Luis me sonríe y agarra mi mano entrelazando nuestros dedos, se acerca a mi —. Ven, por aquí, y no te preocupes hablaré con Steven si quieres para que haya malentendidos—susurra en mi oído
—No te preocupes, no tienes por qué hacer eso, no somos nada, no le tengo que dar explicaciones —al decir eso él me da una sonrisa, empieza a caminar llevándome a una especie de habitación
—Pasa, ella está aquí, esta pasada de copas, pero está bien, si necesitas algo estaré afuera en la mesa —al decir eso se da la vuelta y se va
Entro a la habitación, hay iluminación por toda la habitación, en una mesa hay chocolates, uno que otro dulce un poco raro. Empecé a caminar vi una cama enorme, Melanie estaba tirada en ella, profundamente dormida, me acerco a ella y me di cuenta que había una caja abierta, agarro la tapadera y era de chocolate, se había comido un poco más de la mitad del contenido, agarro uno, muerdo un pedazo pequeño y siento un ligero sabor a alcohol, dejo el chocolate en la caja y la pongo en una mesa que está cerca, camino dando media vuelta a la cama para poder ver a Melanie, ella esta acostada bocabajo, con la cabeza para lado derecho, su pelo le tapaba la cara, le quito el pelo de la cara pasándolo atrás de su oreja, agarro una sábana y la tapo, ella se acomoda y sigue durmiendo, me acosté en un sillón que estaba cerca de la cama para poder controlarla, me arden los ojos y decido cerrarlos un rato, al volverlos a abrir me doy cuenta que tenía una sábana encima, tapándome, mi mirada se dirige a la par mía, vi a Melanie sentada viendo al fuego de la chimenea con una botella de alcohol a la mitad.
—Deberías de dejar tomar, luego ya no te recuerdas de nada
—Sabías que en el mismo sillón que estamos, han tenido sexo más 30 personas —me mira de reojo esperando mi reacción
—Y… bueno... —miro para los lados mientras me siento sin tocar nada a mi alrededor
Ella se ríe, su risa es de esa tan liberadora, que se siente tan plena y feliz —Tengo que decirte algo, me iré —su expresión de felicidad cambia en su totalidad, su mirada se ve triste, me quedo viendo su mirada y esperé a que ella continuara —Mi madre acepto un trabajo en el extranjero, nos vamos en una semana, y no sé si ya te lo dije, como siempre que tomo se me suelta la lengua y no paro de hablar, lo peor es que no me acuerdo ni que fue lo que pasó por lo mismo que tomo mucho pero... —ella voltea a verme, baja la mirada, yo trato de buscarla para que me mire, al lograr que su mira se fije otra vez en mí.
La veo unos minutos y pude deducir lo que me quería decir —Te gusto
—¿Cómo? Es decir, tú...
—Me lo dijiste la semana pasada, cuando te emborrachaste en tu casa
—Yo... Tú... ¿por qué no me dejas de hablar? —dice arrestando las palabras por el estado que se encontraba
—No veo el motivo de dejarte de hablar, estamos juntas desde niñas, eres unas de las pocas personas que son Importantes para mi
—¿Cómo fue que pasó?
—Pues...
***
—Melanie deja ya de tomar, después no vas a recordar ni cómo te llamas —digo tratando de quitarle la botella
—No, de-deja, no me la vas quitar, dejo de to-tomar cuando me vaya de este pueblo —dice escondiendo la botella entre sus brazos
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Editado: 03.08.2022