Adriel
—No todos tenemos la oportunidad de estar en esa posición. —comento el forense mientras anotaba en su libreta algo.
Lo mire raro antes de volver a poner mi mirada en la escena asquerosa.
— ¿Qué? ¿Morí en una orgía asfixiado todos?—pregunte asqueado.
Él solo me miro mal antes de señal toda la suite.
—Ser famoso y tener mucho dinero hasta los cojones. —contesto él dando a lo obvio.
—Aaah y yo pensando que era morir feliz en una orgia.
Di un solo paso al frente de la cama y vi algo que me llamo la atención que reflejaba un destello que le daba la luz que provenía de afuera. La escena era esta: Un cantante quiso vivir su mejor noche de orgia con cuatro prostitutas en una suite de alto lujos que muchos tenían acceso. Había por todo el lugar desorden de ropas, champa, mucho alcohol y droga por lo que mire en la mesita de la sala. En la cama solo estaba el cantante todo morado por falta de aire con dos chicas a su lado.
Murieron mientras dormía.
La segunda escena, era que una de la chica estaba en el baño haciendo sus necesidades y murió en el retrete, la otra fue el mini bar encima de su propio vomito. Todo daba asco y repulsión, todavía se podía oler en el aire lo que quedaba del gas, me imagino que estarían pasado de drogas y alcohol que no se dieron cuenta lo que pasaba a su alrededor.
—La causa de la muerte fue por asfixia, en el aire todavía se olía el gas propano que tuvieron que venir los bomberos pensando que era una fuga en las tuberias.—comenzó él a narrar lo que estaba viendo y yo solo asentía mientras seguía viendo a mí alrededor.—Revisaron toda la habitación y las otras también por si acaso y no encontraron fuga, solo una manguera que provenía de la azotea conectada a una bombona de 40 kg.
Camine hasta el sitio que el señalaba y silbe cuando mire hacia abajo.
<<Mierda, estábamos como en el piso 40.>>
Prácticamente como que es el último piso o algo así, mire el lugar donde estaba horas antes la bombona conectada en un rincón que llevaba exclusivamente una manguera hacia los conducto de ventilación de toda la habitación. Y después volví a mirar hacia abajo.
—Por aquí no bajaron.—señale ya obvio mirando que una caída sería muy dolorosa.
El forense solo me ignoro y siguió en lo suyo.
<<Uff que sensible estaba hoy él.>>
—Las cámara de seguridad no muestras que nadie haya entrado o salido en todo este momento, no hay muestra de forcejeo o indicio que hayan entrado o salido del lugar... así que por eso buscamos a un homicida muy calificado en esta área, porque no hay huellas por ningún lado además de los de ellos.—sentencio López el forense escribiendo en su reporte.
Yo por mi parte mire toda la escena una última vez más y volví a donde había visto la pista que estaba esperando que él nombrara pero no dijo nada.
<<Y se hacen llamar lo mejor de lo mejor.>>
Pensé agachándome en el acto pero me detuve por unos minutos, enfocando mi mirada en el cadáver. Esto a mí me fascinaba a tal punto de descubrir quién podía ser el asesino, ya que al entrar en su vida personal puedo averiguar, cuan hijos de puta fueron en la vida.
Sí, yo no era normal por encantarme mucho averiguar la vida de la gente muerta. Pero es que eran más fascinante que la vida de los vivos, de saber por qué fueron asesinado, ¿Por qué en ese momento?, ¿Que lo provoco y por qué de esa manera? Eran preguntas que llegaban a mi mente desde la primera vez que tuve mi primer caso cuando me gradué, la primera vez que me dijeron:
—¡Miller hay un cuerpo sin rostro, es todo tuyo!
Es como si me dieran el permiso de averiguar la vida entera de esa persona, quería saber por qué no tenía rostro. ¿Que llevo a la persona a quitárselo? Y en el proceso que iba investigando también fui estudiando la conducta humana y muchas otras cosas más, creo que mi pasión por esto comenzó desde ese día y supe en ese momento que aunque todas las personas tenemos un instinto asesino por dentro que está apagado, siempre estará el detonador que lo encienda aunque nosotros no nos demos cuenta en el momento.
—¿Qué miras?—pregunto López sacándome de mi inspección ocular y pensamientos
Solo puse los ojos en blanco antes de volver agacharme.
—Dame unos guantes.—le pedí a lo que él me los tendió y me los puse.
Agarre el pequeño gancho de metal entre mi dedo ya cubierto para no dañar la evidencia y la traje hacia mí. El pequeño gancho era de mujer y si no mal recuerdo, a ninguna de las victimas usaba gancho.
—Debe ser de una de las prostitutas y...—López comento agachándose también y tuve que interrumpirlo al escuchar decir aquellas palabras.
—De las cuatros victimas López, no prostituta. —lo mire mal cuando el solo se encogió de hombros y me quito la evidencia de la mano para meterlo en una bolsita de evidencia.
—Son prostituta te guste o no, puedes llamarla victima en esto momento pero toda su vida fueron prostituta y así se quedó su título en esta sociedad.
Ok, no me estaba gustando por donde iba.
—No toda su vida fueron prostituta, otra cosa que la sociedad le dio ese título porque tuvieron que vender su cuerpo no sabemos desde que edad para el sustento de su casa. Por no haber alguien que le dé aunque sea el trabajo de bolsera en los supermercado.—le hable molesto porque en verdad sus comentarios los podía hacer fuera de mi alcance.
Pero eso no justifica que ya la humanidad se ha perdido y que por eso tenemos que usar a las mujeres como un objeto sexual, o darle un título porque le guste acostarse con muchos hombres o que no tenga nada que comer y esa sea la única salida que le toca.
Él me ignoro y siguió en lo suyo, yo por mi parte seguí merodeando la escena mientras que los forenses hacían su trabajo. Después que salí de ahí me fui a la oficina para ponerme al tanto de todo, y seguir haciendo el trabajo de oficina a la vez.