El Deceso de Nuestro Arranque

*43*

ADVERTENCIA

El capítulo contiene escenas fuertes de depresión y suicidio, con incesto, esta bajo tu decisión leer o no el capítulo, aparte, gracias por tu apoyo, no olviden votar y comentar.

 

Quiero que seas fuerte por ti y por mí, lucha, por un nosotros.

 

Recuerdo sus palabras en mi mente tantas veces y es mi motivo principal para sonreír, siendo la extrañeza de las personas del lugar quiénes me ven feliz, caminando a todos lados luciendo sin temor mis brazos y piernas, tapando las heridas gracias al maquillaje que me regalaron.

 

Por segunda vez, deseando que Hades me vea así, libre.

 

-¿Dasha?-Me paralizo en mi lugar y veo a mi padre, observando mis ropas y mi piel, frunciendo el ceño, para nada feliz, sino espantado. Viendo mi rostro y cerrar sus ojos con fuerza, negando con su cabeza.

 

-¿Estás bien?-Le pregunto preocupada.

 

-Te pareces...-Traga duro.-no, vete, no quiero verte.

 

Mi corazón se estruja y formo mis manos en puños, siendo ignorada por el día más importante del año y ahora, que por mis supuestos errores no quiere ni verme de lejos. ¿Acaso no puede estar feliz por mi al por fin ponerme lo que deseo? Pensé que había pospuesto su viaje a causa mía, en mi cumpleaños, pero empiezo a dudarlo.

 

Se adentra a su oficina, huyendo de mí pero le sigo, adentrándome a ella también.

 

-Te odio.-Suelto mis palabras sin medir en las consecuencias y él eleva su mirada, asombrado, teniendo toda su atención.-Si no me quieres ¿Por qué me tienes aquí?-Mi voz suena quebrada, herida notablemente.-¡Te odio tanto que el día que muera por fin seré libre!-Muerdo con furor mi labio inferior, consumida por la irá.

 

No soporto un sólo día más este lugar, pero de ver su rostro, la tortura es mayor. De pronto truena mi rostro al sentir su mano impactar contra mi mejilla, girando por completo mi rostro y el ardor extenderse por mi rostro, justo siento las punzadas dolorosas que se clavan en mi corazón al captar la atención de las personas.

 

-No vuelvas a decir que morirás.-Dice furioso.

 

Las palabras son incapaces de salir de mi garganta, quien se consume con un nudo doloroso y las punzadas de mi corazón lo abandonan, recorriendo mis parpados, hirviendo mi rostro de la pena tras ser el espectacúlo de las personas de mi alrededor.

 

-No puedo parar la realidad.-Murmuro y él tensa su mandíbula.-Porque una vez que eso pase, podré ser libre, ¡Deseo tanto el día que eso suceda! Al menos que lo adelante, porque no soporto un segundo más en esta cárcel.

 

-¿Quieres regresar a ese lugar Dasha?-Amenaza y mi cuerpo tiembla por completo.

 

-Nada detendrá que muera,-Suelto sin censurar nada.-¡Porque no existe un motivo para que continué!

 

Su paciencia se retira, elevando su voz también y notando las profundas ojeras bajo sus ojos, la palidez y lo demacrado que está, ¿Qué le esta ocurriendo? Jamás lo he visto así, de pronto sale una lágrima de su ojo derecho, aturdiéndome por completo, tornando su voz ronca y meláncolica.

 

Siendo la primera vez que le veo llorar.

 

-¡No soportaré verla morir dos veces!-Solloza y se inclina, dejando salir todo el dolor, mientras frunzo mi ceño y dejo escapar un jadeo al verlo tan mal, ¿Por mi culpa, de quién habla? Dejando fluir ese nudo que crece en mi garganta, cerrando la puerta tras mío al notar lo íntimo que se ha vuelto esto.-Eres lo único que me recuerda a ella, eres idéntica y le prometí cuidarte. 

 

¿Mamá, esta hablando de mamá?

 

-No entiendo, yo...

 

Eleva su mirada hacia mí, estremeciendo mi piel por su expresión tan triste en su rostro.

 

-Lo lamento tanto hija.-Mi pecho se comprime y tapo mis labios sorprendida, sin poder creer escuchar que me llame así y aún peor, que se disculpe.-Por todo, por herirte y hacerte daño, tal vez no lo recuerdes, pero yo sí cada momento.-La melancolía en su voz me afecta de sobremanera.-Cuando te veo, la veo a ella y temía tanto que por eso me odies.

 

-¿Odiarte por encerrarme aquí?

 

Frunce su ceño no entendiendo.

 

-¿No te dijo Hades nada?

 

-¿Qué tendría que decirme?-Ahora mi voz es de molestia, ¿Qué me están ocultando?

 

-...-Comprende al instante y limpia sus lágrimas, poniéndose de pie y todavía mal, me ve por última vez, notando un leve olor a alcohol en él. Suspirando, tranquilo al ver qué no sé, ahora con la pregunta en la lengua carcomiendo, ¿Qué estaba hablando de Hades? Quizás de mi padre no lo pueda sacar pero de Hades si.

 

¿Qué exactamente sucedio entre ellos ese día que se encontraron?

 

-Padre...-Insisto.

 

-¿Quieres tanto tu libertad?-Su voz es fría, totalmente distinta a cómo era antes, borrando toda tristeza, preguntándome si sufre de bipolaridad.

 

No dudo en responder.

 

-Por supuesto.

 

-Si me perdonas, te la concederé.-Su trato es sencillo, claro, nada de esto es su culpa, sólo intentaba ayudarme, de una forma mala pero su fin era bueno. No quiero llevarme una carga sabiendo lo mal que he dejado a mi padre atrás, dejando cómo pruebas mis cartas.

 

-Claro, lo hago.-Añado sin esperar.

 

-Si te lo digo y me perdonas hasta con eso, te prometo dejarte ir este mismo día con Hades.-Mi pecho late con furor ante la oferta y asiento sin dudar, emocionada por verle después de un día muy largo, aunque las palabras de mi padre suenan muy tentadoras, me cuesta creer que acceda con facilidad.

 

En cambio veo qué él suda notablemente nervioso, esquivando mi mirada y tomando de su botella de alcohol, dando varios tragos luego de largos minutos incómodos esperando de su respuesta, viendo cómo su vista se refleja cada vez más cansada y cómo traga amargamente, cómo si se estuviera preparando para hablar.




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