El Delirio

Segunda parte

La sensación de estabilidad, todos los oros. La mañana es nublada, fresca, energética. Solo respirar esa serenidad. Nos hemos graduado. La fiesta fue un éxito. La rectora nos engulló con sus palabras inspiradoras e intelectuales. Eva se distingúía, tiene una hermosa sonrisa. Matías iba envuelto en un frac. Greta y Malik parecían dos artistas. Elsa parecía distante, alarmada pero brillante. Yo soy Pascal, hoy termina una etapa de mi vida y empieza otra. Mi padre es el ministro Leopardi, me hará su brazo derecho.

Al parecer las investigaciones no se han dirigido a Malik, es un estudiante modelo. Siempre se sale con la suya. Greta en su interior sabe que fue él, que es implacable. Pero aún así sigue con él. Son parecidos. Dos maníacos. Eva se nos va lejos, es su sueño y lo ha cristalizado. Es una viajera. No se irá con Matías, el trabajará aquí en la ciudad. No tiene los medios de Eva. Esta es imparable. Greta y Malik ya los veo casados, seguramente tendrán dos años de dicha, después empezaran los alegatos por sus infidelidades y diferencia de caracteres. No sé que pasara con Elsa, es incierto su destino.

Correré hasta el final del tiempo, sin detenerme. Tengo mucha ansiedad acumulada, yo Elsa. No tengo gran entusiasmo por la vida, por el crujir del tiempo. Hay días que solo los vivo por inercia. Como una máquina que tiene que funcionar, solo por eso. Pero esa máquina puede explotar. Y será un cataclismo que arrasará con todo a su alcance, una bomba atómica. La gente me teme, lo puedo ver en sus ojos. Quisiera poder apaciguarme un rato, para estar entre la gente, sin regateos, ni alteraciones. Encuentro un barranco en la montaña más cercana, ahí me debato entre seguir el devenir de la vida o perecer. Si la Plath lo hizo, igual la Pizarnik o Quiroga. La vida está sobrevalorada. Entonces todo se nubla en mi interior y ¡plas! caes al abismo. El telón se cierra.

 

No hemos vuelto a ver a Elsa, nuestra Elsa, porque nos pertenecía. Yo Eva, su mejor amiga, he telefoneado a su familia. La policía la está buscando lleva 72 hrs. perdida. Me alarmo, estoy asuatada, Elsa es impulsiva, aherrojada. Siento que tengo la culpa, si hubiese estado con ella más tiempo, temo por su estabilidad. Pascal ha movido todos sus medios para encontarla, ha salido la foto de Elsa en televisión. Malik la ha buscado con banda de motocicilistas acompañado de Greta, que ha puesto anuncios por todos lados. Matías ha estado conmigo en la comisaría. Nos sentimos avergonzados, ella siempre nos ha cuidado, era el músculo de la pandilla. Nos sobrecogía con sus historias delirantes. Se llegó a decir que Elsa y yo Eva teníamos una relación, un par de lesbianas. Pasan 48 hrs. más. Encuentran el cuerpo de Elsa, tendido. Ha muerto. Ya no contaremos más con su esencia. La rudeza.

Se elimina la posibilidad de asesinato. Se declara suicidio. ¡Elsa! La más fuerte. ¡No es posible! Solo vivía para los demás. Los cinco que quedamos nos sentamos para meditar lo sucedido, Greta está impávida, temblorosa, habla con Malik: puedo ver sus ojos salirse de sus órbitas, está desvalido. Pasacal solo da vueltas por la habitación pareciera que palidece. Matías me abraza no paro de llorar, llorar es para los fuertes. Nuestra cereza del pastel se ha ido, para siempre. Vaya que cumplía sus promesas. Estoy adolorida, me siento responsable. Pero Matías me dice que fue su decisión. Su familia está hecha añicos. Aurora mando el título a la familia. Es una graduada. Fue una gladiadora, tenía que morir en el campo de batalla. Tuvo que morir para que los cinco nos reafirmáramos en la vida. Todos aprtimos hacia nuestros diferentes caminos. No nos volveremos a ver en mucho tiempo. Y a otra cosa mariposa.



#17387 en Novela romántica
#3291 en Joven Adulto

En el texto hay: poesia, romance, drama

Editado: 02.04.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.