El Demonio entre las páginas

Capítulo 19

Capítulo 19

Diario de Klaus parte 6

Ya estábamos en el sitio, el plan con Rob era pasar de apercibidos, si alguien se acercaba a Rob o lo apartaba de la multitud, es hora de actuar. El teniente Gustav había reclinado dn el asiento se notaba a leguas que no se sentía bien

-¿se siente bien?

-para nada, este trabajo no me gusta- dice muy angustiado

-creo que podemos por una vez olvidar las reglas- digo algo molesto

-no, no es eso- lleva su mano entre los dos ojos- es necesario hacer esto, pero me hace recordar ese día

-¿ese día?

-Cuando yo era un novato, tuvimos una situación muy delicada, un demente secuestro a su mujer y a su hijo con una escopeta los tenía retenidos en un almacén, yo era joven y poco paciente

>>Yo sugerí ir por la parte trasera que los ventanas estaban rotas, el plan era muy simple que los de adelante lo mantuvieran ocupado y lo atacaran por detrás, era simple y aprueba de tontos pero mi superior me dijo que me quedara en la patrulla y estuviese callado, la rabia que despertó en mí me consumió, veía desde ahí como ese psicópata en la puerta disparaba al aire; mientras esa señora y su hijo tenían el peor momento de su vida

>>el colmo fue cuando mi superior dijo, “esperaremos a que llegue el equipo de negociación, simplemente seguiremos las reglas”, yo no podía soportarlo, así que me escape sin que nadie me viese. Salte la reja del almacén y entre por la ventana, fue muy fácil, sin embrago lo peor estaba por venir. Yo estaba aterrorizado, el pulso me temblaba, pero sabía que podía hacerlo, era un simple un tiro – me puso los dedos como pistola - y bang ese bastardo se moriría y no había ni negociación o alguna mierda de esas

>>Entonces llegue, el demente estaba en la puerta gritando algo, la madre abrazaba a su hijo ambos muertos de miedo y dirigieron su mirada a mí, yo les hice una señal de silencio, ellos hicieron caso, pero AH el desastre, el demente se volteo y me miro, era una mirada punzocortante, en sus ojos veía ira, veía locura, veía miedo y levanto el arma frente a mi

-¿Quién eres?- me decía, yo me quede callado- ¿Quién coño eres?

-oficial Gustav

-¡les dije que no pasaran!, se los dije- el hombre estaba completamente fuera de si

-por favor calma-deje el arma en el suelo y levante las manos- el loco se me quedo viendo y yo daba pasos cortos- ves, calma, nadie te hará daño, todo va a estar bien

>>Yo me acercaba lentamente, nunca dejo de apuntar, su pulso temblaba y cuando estuve lo más cerca posible, trate de atacarlos, forcejeamos con el arma, pero con el cañón me dio en la cabeza y me derribo

-Mentiroso, mentiroso- decía mientras peleábamos y en el trayecto entre el golpe y yo cayendo al suelo, se escuchó un disparo, yo estaba fuera de mí, tenía sangre en la frente por el golpe y cuando me di cuenta, el disparo le voló la cabeza al chico

>>vi horrorizado la desfigurada cara del niño y como su madre lloraba de la desesperación, el demente comenzó a gritar y salió corriendo por la puerta principal, se puso delante de la policía gritando y simplemente se voló la cabeza

Hubo un silencio espectral entre ambos y vi rodar una lágrima por la mejilla del teniente

-ese chico, el que mataron esa noche, tendría la edad que hoy tiene mi hijo, poco después la madre se suicidó. Luego de eso, me entere de dos cosas; el plan del grupo de negociación era para que saliera, había un francotirador en una posición estratégica y cuando hubiese mira disparar e inmovilizar, el protocolo era justo para capturarlo sino hubiese sido tan impulsivo dos vidas se hubiesen salvado, además el perfil del psicópata estaba en mi oficina junto con el plan, como mi escritorio estaba tan desordenado nunca leí ese expediente

>>mi mente fue controlada por mis emociones ese día, si hubiese seguido el plan…, ya no importa lamentarse, una vida no cambia a otra, por eso debemos atraparlo con vida y llevarlo a juicio, hacerlo confesar será fácil, pero no pienso matarlo la violencia solo trae más violencia, para eso existen los protocolos - sin decir nada salió del auto y se sentó en el capo

Nadie nunca me había contado esa historia, el departamento nunca me hizo el comentario. Esta era su faceta más vulnerable, la humana, no era el teniente de la policía, no era un padre de familia, era otro ser humano

Me bajo y me puse delante de él y le dije:

-no creo que debas castigarte por lo que paso, cometiste un error- dije con la voz más tranquila que pude- pero has hecho de todo para remediarlo, eres un miembro respetado del departamento, puede que yo sea joven y no lo entienda pero sentirte culpable por ese pequeño no lo hará volver

-nada que haga lo hará volver, absolutamente nada, pero puedo hacer todo lo que está a mi disposición para no volver a cometer ese error, nadie morirá por mi imprudencia

-¿y esta noche?-tardo unos segundos en contestar

-no será la excepción

 

 



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En el texto hay: misterio suspense

Editado: 01.11.2018

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