Capítulo 10
La casa de la que nadie habla
Los primeros dos meses con Wolfgang fueron bastante tranquilos, yo me encargaba de las tareas, el salía durante el día, mientras él no estaba yo salía a una montaña cercana a Merks, la subía a pie todos los días, aunque los primeros días fueron completamente duros y no llegaba ni a la mitad del trayecto, pronto pude subir y bajar sin cansarme. Otro actividad que hacia al bajar era ir a las paralelas de un parque, hacia las series que podía
Ejercitaba constantemente, ¿para qué?, no lo sé, sentía que debía distraerme, había empezado a tener pesadillas, alucinaciones, necesitaba algo para apagar esas voces en mi mente, hace falta un poco de paz interior
Buscaba cambiar mi apariencia, además del claro cambio físico por el ejercicio; también comencé a dejarme crecer el cabello y a llevar un bigote tupido, quería cambiar mi apariencia para que no me reconocieran y sinceramente comencé a asimilar la idea de que tal vez si quería vivir aquí
Pero aun habían cosas que me hacían dudar, Merks era un lugar claramente desolado, la calles muchas veces estaban solas, si paseabas por los callejones podías encontrar meretrices con menos de catorce años, chicas de probablemente origen rumano que escapando de las terribles realidades de su país vienen a este a empezar de nuevo y terminaban siendo trabajadoras de la calle en manos de hombres enfermos. Como si no fuera poco había un asesino en el pueblo
Cuando volvía de hacer ejercicio, encontraba en el buzón el periódico, con titulares que decían que la policía estaba desconcertada, dos chicas habían desaparecido, no, más bien que se habían desvanecido como la niebla, ambas con un perfil similar, chicas muy jóvenes, probablemente estudiantes que habían salido de fiesta, se separaron de sus grupos para nunca más ser encontradas
Este era un lugar con sus propios problemas, a veces cuando uno deja su hogar, siente que ira al mismo pero con otro nombre, esto es una mentira, los simples detalles cambian completamente los lugares, Merks no era Folkcop, era distinto, tenía su propio sabor, su propio ambiente, sus propios problemas
Debía adaptarme a estos cambios y mi nuevo aspecto físico daba en el clavo, creo que nadie me reconocía, trataba de no llamar la atención, por las noches o iba al bar de Wolfgang o me quedaba en casa, para que este no sospechase nada, escribía, lo hacía a mano en hojas amarillas, quería anotar supuestas ideas para una nueva historia, pero no podía. Una vez más volvía a escribir la última aventura del detetive Chambers, ni que me haya cambiado de ambiente hacia que pudiese dejar ir al pobre detective, ya comenzaba a odiar mis propias ideas, además me la pasaba viendo ese viejo programa de entrevistas de Hanz para ver si salía yo en el programa, era como ser un niño esperando tu programa favorito por las noches
Muchas mañanas que regresaba de ejercitar terminaba pasando por esa extraña casa, abandonada por el tiempo, la gente y todo; pero siempre me atraía, tenía esa aura de misterio digna de mansión embrujada
Un día me aventure dentro de ella, la reja de la entrada estaba abierta y la puerta de la casa también, pise la cinta de no pase. La casa apenas estabas tenía unas escaleras, de un lado había una pequeña sala con muebles envueltos en plástico que el polvo había terminado de camuflajear, la cocina era la peor tratada por el tiempo, era pequeña tenía la nevera llena de óxido, la estufa y los lava manos no se quedaban atrás, algunas paredes estaban desconchadas, habían constantes telarañas en los techos; aunque la casa estaba deteriorada no sentía nada extraño
Lo verdaderamente escalofriante estaba arriba, iba por los escalones los cuales chirriaban con cada paso que daba, esos peldaños tenían mucho tiempo sin usarse y de pronto uno se rompe hundiendo mi pie, me reincorpore rápido
Al terminar de subir la escalera vi un detalle que simplemente me puso nervioso, había un solitario clavo en la pared, pero, ¿Por qué?, era un simple clavo, algún cuadro con forma de escudo iba posado ahí, eso lo supe porque había menos polvo con respecto a la pared, gire la cabeza a la derecha encontrándome con una puerta entre abierta
Trague saliva y con paso lento pero firme iba para esa habitación, ¿Qué había ahí?, no lo sé, pero algo me llamaba, recuerdo esa noche, las verdes paredes pulcras, pasar la mano por el negro barandal y al abrir la puerta; no recuerdo, maldita sea mi memoria y la capacidad de bloquear cosas importantes, abriendo la puerta solo veo una cama doble con una gran mancha de sangre en el centro de la parte superior, es decir entre las dos almohadas
Vagando por el resto de la casa no encontré otra cosa importante, saliendo de ella me quede un tanto en la puerta; recordaba las patrullas, haberme colado, esos dos lugares eran importantes, pero había algo más, otro elemento faltante, sin embargo era diferente a la casa era una persona, podía recordar ligeramente que hable con alguien, efectivamente hable con alguien