Durante la tarde, no sabíamos a donde teníamos que ir, o que hacer para poder encontrar ayuda para derrotar a los demonios, Aradne se acerco a mi, y me dijo que ella estaba dispuesta a luchar con nosotros para salvar a este mundo, pensé que era muy peligroso para ella. No quería que su vida estuviera en peligro.
Pasamos nuestra segunda noche en Sainac, durante esa noche, nuevamente aquellos sueños extraños regresaron, había alguien que me decía que había algo dentro de mi, que podría ayudar a los otros, debía ser valiente y aprender a luchar, no todo el tiempo estaría alguien para protegerme. Entre sueños, escuche la voz de aquella chica que me había guiado en el bosque, me desperté, por un momento pensé que había sido un sueño, pero nuevamente escuchaba la voz de la chica, me levante y decidí seguirla, cada vez escuchaba la voz mas y mas cerca, Salí de la casa de Romira y siguiendo la voz llegue a la iglesia donde habíamos conocido por primera vez a Aradne, ahí estaba ella. Me acerque, le pregunte que hacia en ese lugar.
Sin decir una palabra, tomo una espada y me la dio, tome la espada con ambas manos, Aradne saco otra espada y me dijo que me defendiera, lanzo una estocada hacia mi que por poco y me atraviesa el corazón, nuevamente me ataco pero esta vez, utilice la espada que tenia en mi mano para detener el ataque, en ese momento pensé que Aradne quería matarme, pero cuando realizo su segundo ataque fue mucho mas lento, y me di cuenta que lo único que estaba haciendo, era enseñarme a luchar.
Estuvimos practicando por varias horas, hasta que los primeros rayos del sol aparecieron, se escuchaba el cantar de las aves, el ruido del viento al mecer los árboles, de repente, fue como si este mundo hubiera sido silenciado. El cielo se tiño de rojo y solo pude sentir el ataque de algo en mi espalda, en ese momento me desperté de la pesadilla, cuando abrí los ojos Aradne estaba frente a mi y aun conservaba la espada que Aradne me había dado en el sueño.
Toma, sabiendo que yo no era un guerrero, me pregunto acerca de la espada que tenia en mis manos, intente explicarle, pero no sabia que decirle, de pronto, Aradne pareció reconocer la espada que tenia en mis manos, me pidió que la acompañara a la iglesia, al llegar, pudimos notar que parecía que había ocurrido una batalla dentro del edificio. En el fondo de la iglesia se encontraba un viejo escudo que tenia dos espadas detrás, hacia falta una de las espadas, que era la que yo tenia en mis manos.
Se me hizo extraño, y en ese momento no sabía que pensar, quizá me había levantado dormido y la había tomado, pero con que objeto, quizá esa era la primera vez que tomaba una espada. Hasta ese momento no sabia que pensar, todas aquellas cosas que me estaban sucediendo. Los sueños, era algo muy extraño, es como si la vida se hubiera ensañado conmigo. Desde el momento que llegue a Idalis todo había comenzado a cambiar para mí. Aun con tantas dudas en mi cabeza, me quede unos instantes parado frente al escudo, Aradne se me acerco, y tomo la otra espada, salió de la iglesia y me quede solo unos instantes, una extraña sensación recorrió mi cuerpo, sentía que algo estuviera a punto de suceder.
Nos fuimos a la casa de Romira, ahí desayunamos y comenzamos a planear que haríamos, no habíamos encontrado nada en este pueblo, Daimari, el pueblo más cercano, había sido arrasado y no tenía sentido regresar a Idalis. Sin saber que hacer o a donde dirigirnos, comenzamos a prepararnos para el viaje, no tardamos en decidir mucho hacia donde dirigirnos, ya que, los lugares mas cercanos eran Babiroca hacia el oeste tras el monte Friya o Takinaa hacia el norte, sin embargo Takinaa estaba cruzando el desierto, y quizá solo serian ruinas, así que decidimos ir a Babiroca.
Era medio día cuando estábamos listos para salir, nos dirigimos a la salida del pueblo y en ese momento mi pesadilla se volvió realidad, todo quedo en un silencio casi sepulcral, el cielo que estaba completamente despejado, comenzó a teñirse de rojo, en pocos segundos estábamos rodeados de demonios, sin decir una palabra Osric comenzó el ataque, pero sabíamos que no podía derrotar a todos, algunos de los demonios se separaron del grupo y nos atacaron, Toma era muy viejo para luchar, lo único que pude hacer fue empuñar la espada que había tomado de la iglesia e intentar defendernos.
Uno de los demonios se lanzó contra mi, sin pensarlo cerré los ojos y lance una estocada, que el demonio pudo evadir fácilmente, abrí los ojos y el demonio estaba justo frente a mi, pensé que ese seria mi final, pero de repente el demonio cayo fulminado con uno de los ataques de Osric, aun con miedo, comencé a atacar a los demonios, pero fallaba la mayoría de mis ataques.
Osric había comenzado a despertar a los esqueletos de algunos de los demonios caídos, pero aun así, quedaban muchos demonios, poco a poco mis ataques eran mas eficaces y quizá por suerte logre derrotar a uno de los demonios, pero aun faltaban muchísimos, apenas habían pasado unos cuantos minutos pero para mi me parecieron horas.
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Editado: 23.01.2019