Vivimos de sueños

Capítulo 8

VASTI

-por favor, te juro que no es lo que parece – suplico, mientras mi corazón late rápidamente.

-está bien, voy a creerte.

-¿no le dirás a papá entonces? – pregunto con una enorme sonrisa.

-no te preocupes, pero no quiero volver a ver a ese chico cerca de ti – Asiento varias veces, a pesar de todo, no negaré que al igual que Valentín, estoy muy emocionada – así que no le diré nada a tu padre ¿ok?

-gracias, tío – respondo y lo abrazo. – no lo volverás a ver. En serio.

-eso espero, fresita.

-¡no!, ya no me digas así, por favor, es muy vergonzoso – digo tomando mi cabello, para hacerme un moño desaliñado.

-pero si así te he dicho desde que eras una niña, así de pequeña – dice colocando sus manos al nivel de su rodilla – y recuerdo, que tú misma me lo pedías.

-dice ella, que ya creció, y es muuuy madura – opina mi hermano en tono burlesco, observando el nuevo video juego que nuestro tío le ha traído. – ¡está genial tío! ¡Era el que le iba a pedir a papá!

-sabía que te gustaría, y a ti espero que te guste y te quede muy bien el vestido, no sé mucho de chicas, así que espero poder haber hecho una buena compra. – dice rascando su cuello.

-seguro que sí. – suelto una pequeña risa y tomo la bolsa – de hecho, iré a mi habitación, y me lo probaré ya mismo.

-está bien, por cierto, cuando venía mire un enorme cartel con esos cantantes que tanto te gustan – dice cruzándose de brazos.

-¡si! ¡vendrán! – exclamo cubriendo mi boca emocionada – ¡estoy muy feliz por eso! ¡no tienes idea cuánto!

-tan feliz, pero papá no la dejará ir – se burla mi hermano.

-¡cállate, Valentín! Papá me dejará, ya hablé con él, igual. – miento para que deje de burlarse de mí.

-bueno, esperemos que si puedas ir, fresita

-si, debo ir, así sea lo último que haga.

-seguro que sí, ve a probarte el vestido – asiento emocionada, le doy un beso en la mejilla para correr hacia mi habitación.

Claro que tengo que ir, no todos los días vienen al país.

Rápidamente llego a mi habitación, para probarme el atuendo que espero sea bonito, digamos que el tío Arthur, no tiene tan buen gusto en cuanto a ropa femenina se trata.

Arthur, es cuatro años mayor que papá. Desde que tengo memoria, siempre ha estado con nosotros, sirvió un tiempo al ejército, es el sargento Deming. Al ser mi padre, la única familia cercana, nos visitaba seguido, e incluso vivía un tiempo en casa.

Fue de mucha ayuda cuando nos quedamos solos, por unos años, él cuidaba de Valentín y de mí, hasta que tuvo que irse a otro país. Personalmente lo quiero mucho, me consiente en todo, y me agrada que hayan bromas entre nosotros, claro, todo con respeto, Arthur es capaz de contradecir a papá para que me salga con la mía, siempre y cuando no sea nada malo, ni que me vaya a perjudicar.

A veces no me gusta discutir con Valentín, porque quiero que nuestra relación sea como la de papá y el tío Arthur, se llevan increíblemente bien, si uno de ellos enferma, el otro busca la manera de ayudarlo y verlo, siempre han sido muy unidos, generosos entre ellos.

Hace un par de años, no nos visitaba, solo nos comunicábamos con él, por las redes sociales, pero hoy ha decidido venir y estoy muy contenta. Al verme con Darel, me puse nerviosa, él y papá son muy celosos, por supuesto Darel no le agradó para nada, al igual que ninguno de los demás, me preguntó qué porqué Darel tenía mi mano entre la suya, le expliqué, y le dije que no volvería a pasar, con tal que no le diga a papá, soy capaz de decir que no veré más a Darel.

Arthur estuvo casado, pero la chica lo engañó, escuché que papá lo regañó porque, él fue el primero en fallar, pero al final regresaron y dos meses después, se divorciaron. Aunque sé que no le afectó, a las dos semanas tenía una chica nueva. Y no tiene hijos, lo cual le parece muy raro.

Mi tío no niega que es todo un mujeriego, las chicas caen en sus encantos, seamos honestos, Arthur es atractivo, se parece mucho a papá, a pesar de tener sus añitos, no los aparentan. Tés blanca, ojos azules, cabello rubio platinado, son estúpidamente altos, y tiene muy buena complexión física. A veces, cuando veo a papá, siento que veo a Chris Evans, y mi tío se parece a mi papá, entiendo que las chicas no se resistan.

Llego a mi habitación, emocionada saco el vestido de la bolsa, sorprendida porque el atuendo es hermoso, sin perder más tiempo, me quito el uniforme y prosigo a probarme dicho atuendo. Camino hacia el espejo, para verme a través del objeto, y admito que lo que veo me gusta, el vestido en sí, es muy hermoso, aunque para mi gusto muy revelador, es de tirantes muy delgados, ceñido, hasta la mitad de mis piernas, con un detalle como arrugado en la parte de la falda. Me pongo de perfil, Hera viene a mi mente, le gusta molestarme por como es mi cuerpo, a veces me da pena, es por eso que camino con esos pans enormes, ellos no revelan nada. Tomo mi celular para llamar a la teñida, sé que se volverá loca.

Rápidamente, alguien llama a la puerta, interrumpiéndome, por lo que dejo el celular a un lado y me dirijo a esta.

-toma – me encuentro con Valentín, quien rápidamente me tiende la barra de chocolate, el que le dio Darel por mí, lo miro con una ceja arqueada un tanto desconfiada – vamos, come un poco... para que después no digas que soy egoísta contigo.

-¿bien? – sin más, lo tomo y muerdo un trozo, arrepintiéndome de habérselo rechazado a Darel, está delicioso.

-te queda muy bien, por cierto, te ves bonita, hasta pareces mi hermana – dice burlonamente, quitándome el chocolate.

-ahhh... tonto. – ruedo mis ojos, y sigo masticando el trozo de chocolate.

-si, y la verdad es que te di porque si trae algo, no voy a intoxicarme primero, te vas solita, hermanita. – sus palabras me hacen fruncir mi ceño, y tragar de golpe.

-¡¿Qué?! ¡eres un...! - no termino de decir nada ya que, el pequeño tonto, corre hasta su habitación. – ¡si, es mejor que corras, enano!