2/2
¿Donde estoy?
Ángela:
Escucho ruido, gritos y llantos; trato de abrir los ojos Pero se me es difícil, cuando por fin logro mantener los ojos por una fracción de segundos abiertos, un repentino dolor aparece haciendome cerrar los ojos con fuerza; tomo mi cabeza entre mis manos y tras unos minutos el dolor cesa dejando un mareo con náuseas; intento abrir nuevamente los ojos y mi vista esta nublada Pero se va aclarando poco a poco y observo a muchas personas caminando y guardias golpenadolas y de ahí provienen los fuertes gritos y llantos; aún tirada en el suelo lodoso, sigo observando a un guardia que se acerca a un hombre tirado en el barro.
—¡Levántate y camina! ¡sigue caminado, no deben detenerse!
Le gritó el guardia al hombre y justo uno se dió cuenta de mi posición.
«Mierda estamos jodidas An»
Rápidamente me levanto y empiezo a caminar, frenando la caminata del guardia que se devuelve a su sitio; solo se ve un espeso bosque tenebroso, repleto con árboles inmensos r y los gritos en el lugar dan escalofríos, puedo observar que en la parte izquierda frente a mí muy a lo lejos se ve un lugar rojo y anaranjado y de allí también provienen gritos, llantos y lamentos; al oro lado frente a mí muy a lo lejos, se ve todo blanco y tenebroso un bosque y los árboles cubiertos de lo que parece ser nieve, observo mi aspecto dándome cuenta que solo llevo puesta una bata blanca que llega a mis tobillos, los pies los llevo descansos y el cabello suelto, cubriendo toda mi espalda y mitad de mi trasero, paso más de una hora caminando, mis pies descalzos duelen y empiezan a salirme ampohas haciendo que el dolor sea más fuerte, me volteo cuando escucho un grito cercano.
—¡No, no quiero estar aquí!
Grita una mujer en dirección a un guardia.
—¡Siga caminado en esa dirección y no le pasará nada, obedezca!
Le grita el guardia.
Sigo mi camino.
—¡No!
Grita la mujer que sale corriendo, haciendome tropezar y caer al barro de bruces, he intento levantarme Pero mi rodilla duele al igual que mi muñeca derecha y un guardia llega a mi y sin preguntar saca su fusta y me propina 3 latigazos en la espalda haciendo que pegue varios gritos, logro levantarme con las pocas fuerzas que tengo, siento la sangre caliente recorrer toda mi espalda, lo que era una bata blanca, pasa a ser carmesi por mi sangre; miro al guardia grabando su rostro en mente; al rededor de dos horas más escucho que un guardia dice que sigamos caminando que solo faltan treinta minutos para llegar no se a donde.
—¡Caminen!
Van gritando los guardias.
Hace muchísimo frío y mi respiración bota el humo frío haciéndo que me de escalofríos y titiritear los dientes, me abrazo a mi misma buscando el calor que no encuentro, las heridas arden y duelen al igual que mi rodilla y muñeca, Pero sigo caminado, al pasar quince minutos y el frío va cesando; dándole paso a un inmenso calor que pareciera que el sol estubiera pegado a mí, Lugo de unos minutos frente a mí el camino empieza a cambiar, ya no es barro ahora son piedras negras redondas muy bonitas, al rededor del sendero hay arbustos de rosas rojas que se ven bellísimos y los árboles tenebroso he inmensos paran a ser de cerezo y pino, el ambiente cambia y ya no hace frío ni calor, es cálido, Pero he de admitir que si hace un poco más de frío.
«¿Estamos soñando?»
No, No lo creo así, esto es muy real para ser un sueño el dolor de los latigazos fue real al igual que el dolor de mis pies y muñeca, frente a mí campo de visión, aparece un enorme castillo antiguo y por las grandes puestas principales del castillo entran las personas que van llegando, pero aguardan a una distancia esperando que kos guardias les indiquen pasar.
—¡Se inclinan ante él y mantendrán la mirada en el piso con la cabeza agachada, lo llamarán señor o principe si les pide contestar una pregunta!
Vocifera un guardia.
La fila sigue, Pero avanza un poco más rápido que antes, me parece curioso que las personas entren a ese lugar y no salgan.
«Los están asesinando »
Eso sería aterrador más que este lugar, ¿Dónde estoy? no lo sé, Pero quiero averiguarlo, pasan unos minutos y ya casi llega mi turno, estoy nerviosa muerta del miedo no se que me espera del otro lado de esas grandes puestas, tampoco me explico como estoy aquí, si hace unas horas fui apuñalada por alguien que se hizo pasar por mi amiga, ¿Han pasado años? ¿O solo estoy en coma? El dolor y el miedo es tan real que no se si créer que es un sueño o es real.
— Avance, cabeza y miradas abajo.
Hice lo que el guardia me indico cuando ya fue momento de que yo pasara por las grandes puestas de mandara.
—¿Que hago aquí? — le pregunto al guardia. — ¿me puede decir al menos eso?
—Solo siga adelante.
Es lo que responde.
Las gigantes puestas se abren ante mi, dejando frente a mí un pasillo un poco largo, con guardia armados y muy diferentes a los que están afuera, la puerta al otro lado es más pequeña que la anterior
—Siga adelante.
Dice un guardia, y eso hago; camino.
Las puestas se abren para mí y una gran sala parece en mi campo de visión, es marrón con blanco y muy limpia hay unos escalones con una silla la cual está ocupada por alguien al cual no se quién es , solo observo toda su ropa negra y su manta de cabello oscuro como la noche, me está dando la espalda, hay una puesta con continuas blancas y guardia vestidos con armaduras de metal pulido que llegan a parecer espejos, en frente de la silla una gran mesa con varias cosas.
—Señor, ya está aquí la siguiente persona que será juzgada.
Un hombre con traje y una gran lista en mano interrumpe mi escaneo de la sala.
—Dime, dime todo lo correspondiente al acusado.
El hombre procede a buscar en la lista.
—Acusada de vandalismo, bombardeo, amenaza y agresión agravada.
Dice el hombre.