Poema

Les dejo un pequeño “poema”, que escribí, para todos aquellos que se sientan identificados:

Soy esclava de mi mente, prisionera de mi cuerpo,                                 

 Mi mente, mi peor enemiga; mi cuerpo,

la cárcel que atrapa mi ser.

Si el vivir, el respirar, el simple hecho de existir duele,

¿Por qué el destino sigue queriéndome con vida?

Cada mañana es un tormento, esa voz torturante,

Suplico en silencio que se calle, pero persiste, implacable.

Las cuatro paredes de mi cuarto son testigos mudos

De cómo muero día a día, en soledad me consumo.

Grité por ayuda, perdí mi dignidad en súplicas ignoradas,

Hoy es tarde, nadie puede salvarme.

Las pastillas se volvieron mis aliadas,

Pues el Pepe grillo persiste en mi cabeza, no cesa de atormentarme.

Estoy en el punto que mi mantra favorito es:

“Anhelo que hoy sea el día en que mi alma sea libre”

Que pueda abandonar este cuerpo que he odiado tanto,

Y dejar atrás a quienes hicieron mi vida miserable.

En medio de mi agonía, he aprendido a amar, a perdonar,

He intentado de todo, pero el sufrimiento no cede, no se va.

Espero dormir y que mis sueños me lleven a un lugar

Donde pueda vivir mil vidas sin tener que despertar.

Agradezco a la niña de ocho años que se refugiaba en libros,

Y a la de nueve, por empezar a escribir, sobre granjas enormes.

Mi alma y corazón lloran al recordar cómo mataron

A esa niña llena de sueños, metas e ilusiones.

Mi mayor deseo es descansar en paz, encontrar el alivio,

Pues en estos once años he intentado seguir adelante sin éxito.

Soy un cascarón, como la crisálida de la mariposa,

Esperando mi muerte y el descanso del alma, ansío el reposo.