Capítulo 8.
Preparativos.
Alexandra.
Era increíble como un ser humano podía cambiar de emociones en una minúscula cantidad de tiempo, minutos antes estaba feliz de tener al mejor amigo del mundo y ahora solo queda el recuerdo pues de nuevo soy la depresiva chica que aparento no ser.
Adrián caminaba a mi lado, faltaba poco para llegar a casa, las lámparas de los postes empezaban a prenderse lentamente, había más oscuridad que luz por donde nuestras pisadas resonaban, el sol parecía querer huir lo más lejos de mí, como si supiera lo toxico de mi vida.
Un nudo estaba instalado en mi pecho, hoy mi mejor amigo conocería esa oscura parte que nadie quiere que los demás conozcan, iba a decidir permanecer a mi lado o alejarse de mi como el sol parecía querer hacer en ese momento, no quería que nadie más cercano a mí se involucrara, él no se lo merecía, nadie merecía eso.
¿Por qué dejar atrás tu bonita vida llena de ignorancia, de positividad y vida, para adentrarte en uno oscuro, cruel, en el que no sabes cuándo una vida será arrebatada? ¿Por qué dejar un mundo pleno por uno donde esa palabra prácticamente no existía?
Había pasado un par de años alejando a las personas para evitar que se relacionaran y las relacionen conmigo, pero simplemente las personas parecían no captarlo. Si los trataba mal, les decía algo que los lastimaría, ellos solían ignorarlo o decirme que no fuera tan perra y bajara todos esos muros que ponía, que estarían conmigo a pesar de todo, supongo que el hacer constantemente ese tipo de cosas termino por afectarme y me acostumbre a ser así con la mayoría de las personas, amable solo con quien tenía mi confianza, cálida con personas que lo merecían y una maldita con todos los demás.
También tengo una parte egoísta, porque una cuando una persona se ganó alguna clase de sentimiento por mi parte, ya no puedo soltarla. También es parte de mi culpa el que ellos decidan permanecer a mi lado.
Giré mi cabeza para ver a Adrián, veía la calle con una sonrisa formada en su rostro, el estómago se me revolvió al recordar mis acciones en el parque, no sé cómo fui capaz de hacer eso e insinuarme de esa manera tan… ni siquiera sé cómo describirla sin avergonzarme.
Le doy un golpe en el brazo. Para equilibrar mis emociones. – ¡¿Oye crees que si una persona te pega de la misma manera que yo, te insulta de la misma manera que yo y te maltrata de la misma manera que yo es capaz de sentir preocupación por otra persona?! – el me vio como si tuviera algo muy extraño en la cara, mientras se masajeaba donde lo había golpeado, sus cejas se arrugaron, seguramente pensando que estaba loca.
- En primera, qué clase de estado anímico es el tuyo. – Uno muy cambiante claramente. Negó con la cabeza aún desconcertado. – y en cuanto tu pregunta, Alexa déjame decirte que en verdad es estúpida. – Llevé a mi pecho una mano, sintiéndome ofendida. – Toda persona cercana a ti sabe que esa es tu forma de demostrar cariño a las personas.
- Es verdad, deberías sentirte privilegiado, eres de las pocas personas a las que daño a tal grado de causar su muerte.
- Se supone que eso debería hacerme sentir bien. – Exclamó con una bonita sonrisa, sus ojos luciendo un brillo más precioso del que usualmente tienen a pesar de ser casi de noche.
- por supuesto, si no te pego no te quiero y como a ti te pego mucho, entonces te quiero mucho. – Dije con arrogancia, pero con sinceridad escondida en mis palabras.
- Claro. – Musitó Adrián con un hilo de voz, Giró su rostro para que no lo viera, fruncí el ceño analizando mis palabras, ¿había dicho algo que le molesto o que lo ofendió?
Seguimos caminando en silencio, mas no caminamos ni diez pasos cuando Adrián decidió hablar.
- Oye Alexa no me quieres proporcionar un adelanto de lo Gema me va a contar. – Después de un silencio relativamente corto era lo único que se le ocurrió decir, no pudo sacar a la plática un tema menos complicado y que yo no odie a tal magnitud de plantearme cambiar de mejor amigo. Tal vez debería convertir a Felipe y Gerardo en mis nuevos mejores amigos, ellos son geniales y son los chicos más cercanos a mí, son algo idiotas y aparentemente tienen una relación más allá de lo amistoso, sin embargo, eso no impediría formar una amistad.
Aunque si lo pienso mejor no sería agradable estar cerca de ellos cuando se pongan melosos, las muestras de afecto siempre me han incomodado y estando con ellos sería un mal tercio, además si lo pienso más a fondo yo no tengo tan poco corazón como para dejar a Adrián en el olvido.