Capítulo 28: El Antepasado De Melraim

Universo: Eifell

Ubicación: Desconocida.

En una ubicación desconocida del planeta Eifell a comparación de Chloe que está apresada en el reino Shamaqa. Rislek sigue bebiendo y comiendo grandes cantidades de diferentes tipos de alimentos, ya que extrañamente siente un gran apetito, pero se da cuenta que Melraim lo observa con una sonrisa silenciosamente mientras que avanza el tiempo.

Decide detenerse en ese momento para poder dirigirse hacia el extraño hombre.

—¿No tienes hambre? —pregunta Rislek, tratando de sacarle platica al extraño que le ha ofrecido anteriormente su ayuda por medio de los alimentos y bebidas.

Melraim sonríe en silencio mientras que voltea a ver un trozo de pollo, decide quedarse callado en ese momento, aunque después él dirige su mirada hacia Rislek con una sonrisa.

—No, Rislek… Aun no, ya que mi alimento es otra cosa —responde Melraim, dejando confuso al ex capitán.

—¿Otra cosa? —pregunta Rislek, comenzando él a tener curiosidad.

—Es un tema bastante extenso y medio complicado, ya que es parte de mi vida del pasado, quizá me lleve tiempo explicarte para que entiendas —responde Melraim.

—No importa, me gustaría conocer esa historia —dice Rislek, queriendo saber más del pasado de Melraim.

—Bueno, está bien… por donde empezaré…. —comenta Melraim, quedándose callado por unos momentos mientras que voltea a ver silenciosamente el trozo de pollo que antes había observado—. Hace muchos años atrás para no exagerar, ya que realmente fueron bastantes, existieron seres bastante poderosos de diferentes universos… Siendo interrumpido por Rislek en ese momento.

—¿Universos?

—Así es, ¿Cómo podría decirte?... —quedándose pensando Melraim por unos momentos—. Sí, es mejor, mira este planeta tiene un nombre especial dado por los dioses, así como existen otros planetas con vida. Sorprendiendo a Rislek en ese momento.

—¡¿Existen seres de otros universos?! —pregunta Rislek asombrado.

—Así es, pero después te lo explicaré con más detalle, ahora quiero contarte mi maldición, bueno… como verás —responde Melraim, dándose cuenta que Rislek está atento hacia él—. Hace muchos años atrás, fuimos elegidos muchos tipos de seres extraños que poseíamos habilidades que nos diferenciaban, podríamos decir que éramos seres bastante poderosos y especiales. Dándose cuenta que Rislek bebe un gran vaso de cerveza mientras que lo escucha—. El detalle de todo esto, es que todos nosotros éramos considerados como seres malévolos, ya que nuestro trabajo estaba enfocado en tener que crear destrozos en ciertos planetas; con el fin de que el bien y el mal, siempre estuvieran nivelados. Decidiendo pararse de su sitio para comenzar a caminar alrededor de Rislek—. Podríamos decir que entre esos dos siempre debe de haber un orden, hubo un tiempo en que a todos los seres malévolos nos convocaron a una junta especial, de los cuales, el supremo dios más poderoso y malévolo de todos los universos, nos puso una simple condición a todos. Callándose en ese momento mientras que llama la atención de Rislek.

—¿Cuál condición? —indaga Rislek, dándose cuenta que Melraim decide dirigirse silenciosamente hacia su lugar para sentarse nuevamente.

—Un torneo, una prueba o como quieras llamarlo, ya que muchos han decidido llamarlo de diferentes formas —argumenta Melraim, añadiendo—. Al principio no entendíamos por qué nos había convocado a todos, hasta que él mismo dio a conocer los detalles de forma más clara. Una prueba con el fin de elegir a sus alumnos más poderosos y malévolos de todos los universos, de ese pequeño grupo que fuera elegido, solo uno iba a ser entrenado por él personalmente para ser convertido en el segundo dios más malévolo de todos y los demás, iban a ganarse el rango de dioses malévolos sobre otros, pudiésemos decirlo que tendrían más privilegios a comparación de los demás. Sorprendiendo a Rislek en ese momento.

—Eso quiere decir que tú… ¿eres un dios?

—Hmm, podríamos decirlo de esa manera por el gran poder que poseo, pero aquí el detalle más malo, bueno… Más difícil que todos tuvimos es que; el torneo fue una completa masacre, ya que miles de seres malévolos comenzaron a participar para ganar ese privilegio —responde Melraim—. Existieron millones de seres malévolos considerados como supremos asesinos, incluso Dioses de la muerte, un rango bastante alto que no cualquiera puede llevar. Algunos eran conocidos como dioses menores, por ejemplo: un dios de la muerte tiene la capacidad de asesinar a miles de tropas de un ejército conformado por más de cien mil en tan solo pocos segundos, algunos usan su gran agilidad y otros; simplemente poseen diferentes tipos de habilidades como son: la magia, fuerza sobrenatural, entre otros. Volteando a ver seriamente hacia el trozo de pollo—. Yo era el ser malévolo de clase número cinco de tipo absorber poderes, un dios menor con una gran desventaja a comparación de otros seres. Comenzando a ver enojado la mesa en ese momento.

—¿Absorber poderes? —inquiere Rislek.

—Así es, gracias a mi medallón, puedo absorber todo tipo de hechizos e incluso encerrar a algunos seres dentro de este para obtener su fuerza vital entre otras cosas, el problema de todo esto es que… Todo tiene un límite y no lo he perfeccionado aun, ya que en ese tiempo, todos los dioses a los que me enfrenté eran mucho más poderosos que mi medallón. Al principio el dios más malévolo de todos los universos se fijó en mí, ya que era yo un excelente candidato, pero… ¡maldita sea, todo tiene un límite y un precio bastante alto! —responde Melraim, dirigiendo su mirada hacia otro lado completamente enojado—. Maldito Lius, maldito Ginjo, malditos todos ustedes. Se aprovecharon de mi límite. Sorprendiendo a Rislek en ese momento.

—¡¿Ginjo?!

—Así es, existen seres malévolos mucho más poderosos que yo en esta vida, para ser exactos, son seres de otros planetas mucho más poderosos que andan deambulando libremente por poseer su grandioso título de: Dioses malévolos. Se dieron cuenta de mi poder y aprovecharon la oportunidad para poderme derrotar, incluso mis compañeros que me defendían; fueron completamente derrotados —argumenta Melraim.