El destino de los guardianes - Kathrinna

Capítulo 4 - Las cavernas, ciudad y sombras

El grupo avanza hacia el interior con cierta cautela, pronto el camino empieza a hacerse más amplio, una zona de excavación se abre ante sus ojos, una enorme cámara sostenida por poderosas columnas, una mezcla de arquitectura antigua y elementos de minería, algunos hombres trabajan en la lejanía en un pequeño campamento.

Llegan a unas escaleras y empiezan a ascender, allí encuentran un refugio abandonado donde deciden tomarse un descanso. Kathrinna limpia la herida de Egios mientras Yovun habla con Barleif y Nom lo suficientemente alejados como para no escucharlos.

-  Viste, te dije que eran confiables. – le dice Kathrinna.
-  Dejaron que me cayera esta cosa encima, yo no le diría a eso confiable

Kathrinna le sonríe mientras termina de ajustarle la venda.

-  ¿Robaste... esa caja Kathrinna?
-  ¿Qué?.. claro que no la robé... te lo dije, el sacerdote me la dio.
-  Eso es lo que me dijiste, pero esos hombres...
-  ¿Confías más en ellos que en mí? – dice ella interrumpiéndole – te dije que asesinaron a mis amigos.
-  Yo,... bueno, realmente dime,... dime lo que sepas de la caja.
-  No sé mucho, te lo he contado – dice ella mientras se sienta a su lado. - No sé de dónde la sacó el sacerdote, quizás sus súbditos la robaron para él, no tengo idea de cómo la obtuvo.
-  Si,... es todo muy raro, supongo que las cosas se resolverán cuando la entreguemos.
-  ¡Eso espero!

Egios retira la mirada, pero sus ojos muestran cierta confusión, como si no entendiera por qué aquellos hombres la llamaron por su nombre, ¿la conocían de antes? Acaso ella misma pertenecía a aquel grupo y huyó con su más preciado tesoro, pero la miraba y su rostro de cierta forma no reflejaba el de una mujer que hubiera hecho parte de tal secta. A pesar de ser una vampira, veía cierta calidez en su mirada.

-  ¿Te parezco bonita?
-  ¿Qué? – dice Egios retirando la mirada y sacando su peine para ajustarse el pelo. – ¿Por qué lo preguntas?
-  Llevas un buen rato mirándome fijamente.
-  Fueron como 2 segundos.
-  Kathrinna se ríe de él - quien diría que te sonrojarías por algo así.
-  ¿Quién está sonrojado?
-  Ven, diviértete un poco, no puedes ir como amargado todo el viaje.
-  Déjame tranquilo.
-  Por cierto, quería preguntarte.... ¿Cómo es que alguien como tú, conoce tantos caminos alternos?
-  Trabajé en mi juventud con un contrabandista, bueno de hecho, era mi padre. Viajaba mucho con él, pero empecé a detestar el trabajo luego de un tiempo, eran horribles las cosas que ocurren en ese mundo.
-  ¿Qué pasó con él?
-  No lo sé, cuando mi tío murió, sus viñedos necesitaban alguien que los cuidara, fue mi oportunidad para alejarme de ese mundo. Es por eso que te digo que tengo muchos conocidos de mala fama. Aún me buscan.
-  Quizás es hora de que hagas amigos de otro tipo.
-  Sí, es posible.
-  Hey! – escuchan a Yovun gritando, luego ven a Nom saltando también – ¡Vengan aquí!, ¡descubrimos algo!

Kathrinna ayuda a Egios a ponerse en pie y caminan hacia el grupo, Nom ha encontrado lo que parece ser una aldea dentro de las cavernas.

Algo incrédulo Egios reclama ir de primero, Nom los guía por los pasajes hasta que llegan a un lugar, el techo es alto y una sección ha caído permitiendo a algunos rayos de sol llegar al lugar, el resto es iluminado con antorchas. Muchas personas se alojan allí, han construido sus casas con piedra, pieles y maderas, algunos solo tienen una pequeña choza donde dormir junto a una hoguera, mientras otros han erigido estructuras más grandes. Parece como un pequeño y poco iluminado mercado, numerosos objetos se ostentan por doquier, carros llenos de menas, geodas, carbón y piedra. Cruzan por el lugar, la gente pareciera que ni los notara, es normal que todo tipo de personas entren y salgan del lugar, cada uno viene por un tipo de tesoro diferente.

Llegan hasta una hoguera donde un hombre y una mujer cocinan y venden a los que allí llegan, los comensales se sientan sobre maderos y sillas viejas. El grupo se acomoda y piden algo para comer.

-  ¡Vaya lugar! ¿No creen? – dice Nom – tanta gente, viviendo bajo tierra.
-  Es normal, mientras las minas y las ruinas tengan recursos ellos seguirán aquí, cuando se agote, se mudarán a otro lugar – añade Egios.
-  Yo digo que estarán aquí un buen tiempo – dice Nom
-  Y yo digo que busquemos un guía que nos saque de este agujero pronto – dice Yovun – No sé ustedes, pero creí que tenían prisa.
-  Yo puedo ir a buscar uno – dice Barleif
-  No! – responden todos al unísono.
-  Ya lo hiciste con la enana esa – dice Kathrinna
-  Sí, mejor que vaya otro – añade Egios.
-  Pero... - dice Barleif bajando la mirada – si ustedes lo dicen.
-  Está bien que vaya conmigo – dice Kathrinna.
-  Si, yo te ayudo -Dice Barleif.
-  Ah no, nada de eso, yo iré – dice Egios.
-  Pero tu pierna – añade Kathrinna – no debes forzarte.
-  Si, mejor te quedas a cuidar tu pierna – dice Yovun.
-  No... no quiero quedarme acá sentado, iré a ver que hay, consíganme algo que sirva de muleta y ya está.
-  Sí, que eres un masoquista, ¿sabes? – le dice Yovun
-  Sólo, consígueme lo que necesito.
-  Esto puede servir – dice Nom pasándole un madero.
-  Ah sí, perfecto - dice Egios.
-  Yo voy contigo – dice Yovun – se mezclarme mejor entre esta gente y tengo más carisma que este de acá – dice refiriéndose a Barleif.
-  ¡Yo también quiero ir! – añade con entusiasmo Nom.
-  Ustedes se quedan con la chica, no queremos que esa caja ande por ahí dando sospechas, y la cuidarán si algo ocurre.
-  Si, la cuidaré con mi vida – dice Barleif.
-  No tardaremos. – dice Egios.
-  Tengan cuidado – les dice Kathrinna.



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En el texto hay: misterios y leyendas, magia, epico

Editado: 13.09.2018

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