Me levanto con un dolor en mi espalda, nunca pensé que me pasaría algo así, pero esto me supera. Mi piel, mi maravillosa piel rasgada por el látigo de cuero.
Después de que estuvieran media hora dándome latigazos Bjorn se metió por en medio contradiciendo las órdenes de su padre me descolgó y me llevó a la habitación. Limpio mis heridas con cuidado mientras yo no dejaba de quejarme y llorar. Me curo con un potingue viscoso y se acostó rodeando mi cintura, mientras me cantaba en su idioma, la canción trataba sobre un lugar maravilloso, donde la gente era libre. Me quede profundamente dormida, pero antes de caer en la inconsciencia lo escuche.
-Eres mi pequeña luz.- Dijo Bjorn y yo solo pensé que era parte de mi sueño.
Me incorporo como pudo, mientras ese dolor punzante no me deja pensar bien. Abren la puerta y aparece Bjorn con un plato con comida y un cuenco de leche.
-No te levantes, no estas para moverte, tu espalda está muy dañada.- Me dice con amor.
En resumen, estoy en un sitio donde no quiero estar y me toca aguantar, me esclavizan y me azotan, cuando ni mi madre en su sano juicio me a pegado por levantarle la voz. Más bien mi madre ya da miedo con la mirada por esa razón mi hermano y yo somos niñas muy buenas que no queríamos que mi mama nos riñera nunca.
-No volveré a dejar que mi padre te toque.- Suelta de repente Bjorn sorprendiendome.- Nose que me pasa contigo pero no puedo verte sufrir.
-Nunca pensé que me dijeras eso, siempre me dijiste que soy tu esclava y me tratabas con ignorancia.- Dije mirándolo a los ojos.- Pero no quiero que me veas así.- Le digo agachando la cabeza.
-Jade- Levanta mi rostro tocando mi mentón.- Eres mía, no dejare que nadie te toque, solo te puedo tocar yo y tu solo puedes tocarme a mi.
-Solo me utilizas como esclava por tus necesidades no porque de verdad te importe.
-Jade, nose como seria en tu tiempo pero tu si me importas.- Lo miro sorprendida.- Se que nos conocemos de unos pocos días pero me importas y mucho, lo siento aquí.- Se señala el corazón.- Dentro de mi y cuando vi lo que te hacía mi padre dolía, pensé que soportaría ver como te castigara mi padre, porque pensé que estaba bien, pero no pude aguantar más, era como si me clavaran una daga aquí dentro.
Toqué su rostro con amor, nunca pude imaginar que un bruto pudiera ser tan amoroso con una persona.
-Aquí se encuentra el corazón y cuando duele es porque te importa una persona, ese es el sentimiento que demuestra que sientes algo por ella.- pongo mi mano encima de la suya.- Nose si lo que me dices es verdad, pero se lo que se siente cuando te rompen el corazón y si te entrego el mío a ti no quiero volver a sentir ese dolor Bjorn.
-Nunca te haría daño Jade.
-Soy tu esclava Bjorn, para ti no soy tu igual y eso no me gusta me siento menospreciada.
-Voy a hablar con mi padre, quiero que seas mi mujer.- Vale eso me pilló de sorpresa.
-Como?! Bjorn nos conocemos de días nada más, no puedes casarte con una desconocida así porque sí y más te recuerdo que tienes prometida un matrimonio concertado.
-No quiero estar con ella, quiero estar contigo, me da igual que hayan sido días, no quiero que otro hombre te vea con lujuria, porque quiero que solo estés conmigo.
Vamos a ver, vamos a ver, esto es de locos por dios, yo quiero volver a mi era y este se quiere casar conmigo, pero esto que es destino puñetero. Me pones a un dios del Olimpo para enamorarme, volverme loca y lo tengo a mis pies, vale lo entiendo, pero que se quiera casar ya, estamos locos o que. Pero sabéis que yo también debo de estar loca porque para que sea de otra, que sea solo mío, me ha hecho mojar las bragas con solo una mirada, eso significa que es el indicado y mi pulso se acelera cada vez que estamos cerca.
-Bjorn.- Me mira fijamente.- Si me quiero casar contigo mi dios del Olimpo.