Emma Myers
En cuanto dejé a Thomas en el estacionamiento, fui a los vestidores a cambiar mis tenis y terminar de arreglarme. Guardé los tenis que traía en mi casillero, dejé mi teléfono y me dirigí por el pasillo hacia el campo.
Me detuve unos segundos para comprar un agua en la máquina de la escuela.
—¿Dónde estabas? ¿Por qué nunca contestas el celular? —preguntó Declan al verme—. Sophie y Julia están como locas buscándote.
—Acabo de salir de los vestidores. Le pedí a Derek que me trajera los tenis para que combinara todo y dejé mi celular en mi casillero.
—Ya. Vamos entonces, el juego está a punto de empezar —Declan tomó mi mano y me jaló por el pasillo hasta el campo.
Los gritos de la gente se podían escuchar aun sin siquiera salir y antes de cruzar las puertas que separaban los pasillos y el campo, mis nervios se hicieron presentes, así que me detuve abruptamente, haciendo que Declan también se detuviera.
Necesitaba tiempo para poder tomar el valor suficiente y procesar todo lo que tenía que hacer.
Mis emociones estaban vueltas locas.
¿Cómo deje que me convencieran de esto?
Malditas.
—¿Estás bien? —preguntó Declan al ver que me quedaba parada.
—Dame un momento.
Inhalé profundo un momento, maldije un poco más a las chicas y luego asentí.
—Vamos —tomé de nuevo la mano de Declan y juntos salimos al campo.
Era impresionante como la ciudad completa se volvía loca por los juegos. La mayoría estaba presente y todos parecían emocionados, lo que me provocó más nerviosismo.
—Demonios Emma, te estuve buscando. Pensé que después de colgar vendrías directamente al campo.
—Sophie tranquila. Solo estaba terminando de arreglarme.
Declan sin soltarme se acercó a Sophie y le dijo algo que no fui capaz de escuchar, ella asintió y dejó de reclamarme, solo me dijo que me esperaba con las demás. Volteé a ver a Declan con la intención de preguntarle al respecto, pero antes de que pudiera hacerlo, me dio un beso en la cabeza y se inclinó un poco hacia mi oído para que lo escuchara.
—Mucha suerte mvp —susurró, pasando su mano por mi cintura para abrazarme—. Por cierto, te ves hermosa.
No tuve tiempo de contestar porque Julia me jaló de manera brusca hacia las demás animadoras y me colocó en mi posición.
Esperamos unos minutos hasta que vimos a los chicos salir. Max siendo el mariscal lideraba el equipo. Ian y Greg salieron detrás de él, igual que todos los demás jugadores.
El volado salió a nuestro favor, por lo cual el equipo decidió iniciar con la defensiva. Los primeros once jugadores, que parecían medir el doble que yo, se posicionaron en la yarda 50 y después de eso todo paso muy rápido.
Solo sé que los del equipo contrario no lograron avanzar las 10 yardas necesarias para que continuaran con la ofensiva después de cuatro intentos, lo que le permitió a nuestro equipo tomar ahora la ofensiva.
Los chicos que formaban parte de la ofensiva se posicionaron en el campo. Ian y Greg incluidos. Los dos se veían muy concentrados a las indicaciones que daba Max, cuando estaban en el campo se veían totalmente diferente a cómo eran cuando estaban con nosotras, se veían imponentes y rudos. Dispuestos a llegar a su objetivo sin importar nada.
El silbato volvió a sonar y uno de los chicos le pasó el balón a Max, este midió por un segundo y cuando vio la oportunidad le lanzó el balón a Ian. Él, sin ningún problema, lo atrapó y empezó a correr a toda velocidad.
—¡Corre Ian, tú puedes amor! —escuché a Sophie gritar.
—¡Corre, Ian, corre! —Julia también gritó.
Yo, en cambio, me mantuve callada. Estaba tan emocionada de verlo correr lo más rápido posible que no pude formular ni una sola palabra. Ian se encontraba muy cerca de llegar a la zona de anotación y todos estábamos a punto de festejar hasta que un chico de la defensiva lo tacleó.
Demonios, el chico parecía pesar el doble que Ian y la forma en que lo tacleó fue impresionante.
La cara de Sophie cambió de inmediato al ver la escena y la preocupación se asentó en su rostro, pero al ver que Ian se levantaba con la ayuda de Greg, como si nada hubiera ocurrido, ella volvió a sonreír.
Aun cuando Ian no había logrado llegar a la zona de anotación, sí había corrido lo suficiente como para continuar. Después de eso, el tiempo pasó volando, cuando me di cuenta ya estábamos en el medio tiempo y el equipo iba ganando.
Había llegado el momento de hacer la rutina y yo no podía estar más nerviosa. Respiré y me coloqué en mi posición, estaba segura de que podía hacerlo, pero antes necesitaba ver a alguien.
Levanté un poco la vista para buscarlo entre la gente, pasé mis ojos muy rápido por toda la multitud hasta que en una de las esquinas lo encontré.
Tenía una sonrisa enorme en su cara y me miraba fijamente con esos ojos verdes que tanto me gustaban.