Capítulo 2
Ángela: no, esas son cosas de grandes exclamo la niña mientras tomaba distancia entre ellos
Alex: como quieras, respondió a la pequeña mientras ambos salían debajo de la cama.
Xxx: que hacían hay debajo? Pregunto su tía abriendo la puerta del baño mientras que con una de sus manos sostenía su teléfono.
Yo permanecí en silencio unos minutos mientras trataba de no entrar en nerviosismo por tal aparición de mi tía Jessy, quien aún nos miraba con una cara de confusión esperando una respuesta de nuestra parte.
Alex: estábamos tratando de asustarte jugando a las escondidas, pero eres muy valiente al no querer salir del baño rápido tía
Gire rápidamente mi cabeza en dirección a su rostro, tratando buscar algún tipo de expresión en su rostro mientras él respondía a nuestra tía, pero este solo permanecía sereno con una mirada perdida.
Jessy: con que eso era... traten de no permanecer tanto tiempo hay o Yenis se molestara cuando ensucien su ropa.
Dicho esto salió de la habitación mientras miraba su teléfono; me acerque un poco a mi primo para cambiar el tema de hace unos momentos, pero este rápidamente me tomo de la mano logrando que mi vista sea dirigida a él.
Alex: ¿crees que sea malo casarnos cuando seamos más grandes?
Ángela: ¿eres bobo? Mama Yenis no lo permitiría, somos muy molestosos para casarnos –respondí mientras trataba de separar nuestras manos
Alex: entonces estudiaré más para poder casarnos los dos –dijo mientras apretaba mi mano
Su mirada reflejaba confianza en cada palabra que decía, logrando que mi corazón se estremeciera un tanto.
Ángela: deja de decir babosadas
Solté su mano y me senté en mi cama mirando hacia la televisión, a lo que él también se dispuso a hacer. A las 6 pm, hora que siempre lo pasaban a recoger, era como si quedara un vacío tanto en mi corazón como en la casa; eran más largas las noches, los minutos se hacían eternos como si trataran de alargarse como cada segundo que pasara.
Mi habitación se convertía en una mucho más grande, sentía esa soledad en la que lo único qué pedía era un abrazo. Constantemente en las noches solía asomarme desde la ventana a mirar como permanecía la noche, mostrando su esplendor tanto en las estrellas como en la luna.
Me preguntaba como esta podía brillar tanto en medio de la oscuridad y fue cuando entendí que toda luz tenía su oscuridad, pero en mi caso no sabía quién era mi luz o que era yo para las personas: ¿oscuridad o luz?
Me recosté nuevamente en mi cama, tapándome completamente con la manta, deseando que amaneciese rápido para salir de la soledad que ya sentía que me asfixiaba.
Usualmente, me despertaban a las 6 para tomar el desayuno y enviarme a las clases, pero esto era un martirio para mí, ya que no me gustaba desayunar a tempranas horas, por lo que siempre terminaba vomitándolo.
Mi tía Vanessa solía recogerme a mí en su moto mientras llevaba en su espalda a mi primo, quien al verme salir de casa con una cara de amargada por el desayuno colocaba una sonrisa de oreja a oreja.
Alex: ¿No has querido desayunar otra vez?
Ángela: ¿Eso te sorprende?
Negando con su cabeza tomo mi pequeño bolso mientras mama Yenis me ayudaba a subir a la moto de mi tía quien solo me sonreía.
Al llegar a la escuela ayudábamos a mi tía con la organización de las sillas y las mesas mientras ella esperaba en el portón a los demás niños de su clase. Cada uno tenía un lugar asignado y el mío era nada menos y nada más que en la primera mesa junto a mi tía, mientras que mi primo se encontraba detrás de mí. Así permanecíamos toda la mañana hasta que era el momento de receso.
Vanessa: los que ya terminaron la actividad salgan a realizar sus necesidades
Ángela: ¿Puedo ir al baño? Pregunte mientras mis piernas se cruzaban torpemente por mi necesidad
Vanessa: no hasta que termines la actividad, estuviste perdiendo el tiempo y aún no la terminas
Salió del aula a vigilar a los chicos quien realizaban sus necesidades en un pequeño monte, ¿por qué? Pues nuestra escuela aún estaba en sus comienzos, por lo que solo contaba con el comedor, cinco salones de clases y la dirección.
Tome mi lugar nuevamente con tal de terminar mi tarea rápido e ir al baño, pero no aguante y termine haciéndome en mi ropa.
Al todos entrar al aula llamaron a mi tía para que se diera cuenta lo que había hecho, está al notarlo me aisló del resto hasta el final de la clase mientras tomaba mi merienda o mas bien el desayuno, lo único que sentía además de vergüenza era la mirada de Alex quien sentía que me fulminaba cada vez más con tal de que lo mirara.
Al terminar las clases y enviar a los niños a casa, mi tía tomo una bolsa de basura y me envolvió para evitar ensuciar su moto, a ella y a mi primo. Llegamos a casa y me entregaron a mi tía dándole el “regalo” que no había tenido un buen comportamiento en clases.
Me bajaron de la moto y adentraron a casa rápidamente, no quería ver el rostro de nadie, sentía pena, pero en parte estaba enojada porque esto no había pasado tanto por mi culpa sino también por la de mía tía, quien se negó al permiso, pero mis pensamientos fueron saqueados al escuchar su voz
Alex: no vayas a llorar, si lo haces mi esposa se volvería fea, aunque yo te quiero tal y como eres enana.
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Editado: 17.04.2023