Capítulo 4
Abrí suavemente la ventana y sentí como esa refrescante brisa fría se llevaba momentáneamente mis preocupaciones, como si me sacara por unos instantes de mi realidad y eso era justo lo que necesitaba.
Los días pasaron y así mismo los meses y mis 9 años se encontraban en pie, todo seguí como siempre a excepción de la llegada de un nuevo familiar quien viviría con nosotros un tiempo; este era un primo a quien nadie en la familia le interesa por el hecho de tener unas malas mañas y con esto me refiero a robar; llego a nuestra casa por no tener donde quedarse, así que Mama Yenis decidió que se alojara donde nosotros.
Era un joven de 24 años, alto cabello largo y liso de color negro, voz un tanto gruesa y de apariencia a vándalo, o eso era lo que pensaban los que llegaban a verlo.
Habían pasado dos meses y Mama Yenis tuvo que hacer un viaje a Barranquilla, así que quede al cuidado de su hijo Kevin y de mi primo Daniel; sin embargo, Alex debía trabajar toda la mañana hasta el medio día y luego regresar nuevamente por la tarde para finalizar jornada por la noche; así que estaba más al cuidado de mi primo.
Kevin: ¿crees que puedas quedarte con ella?
Daniel: si, ella no es que moleste- dijo mientras miraba su teléfono
Kevin: bueno hay deje algo para que hagas el almuerzo, regreso a medio día... recuerda que debes llevarla a la escuela a las 6:30
Kevin salió de la cocina para a su auto, quien ya se encontraba en las afueras de la casa, dejándome sentada en el comedor desayunando a mala gana.
Daniel me llevo a la escuela a la hora asignada y regreso por mí al final de la jornada, misma hora en la que regresaba Kevin a almorzar. Tomamos el almuerzo juntos sin dirigirnos ninguno ni una sola palabra.
Al finalizar todos tomamos una siesta a excepción de Kevin, quien debía trabajar nuevamente a las 2 por lo que solo descanso un rato para luego irse nuevamente.
Kevin: no se te olvide levantarla más tarde para que haga sus tareas
Daniel: ok yo la levanto
Yo mientras tanto me encontraba más despierta que nunca escuchando cada palabra que decían, pro al escuchar a Kevin irse decidí levantarme y dirigirme a la cocina donde estaba Daniel quien al verme me dijo
Daniel: ¿y si jugamos a las escondidas?
Ángela: ¿y si gano qué?
Daniel: te doy un premio... ¿Y si yo gano qué?
Ángela: pide lo que quieras igual, no te lo voy a dar dije mientras arreglaba mi cabello
El chico dio una sonrisa a tal respuesta y sin más empezó a contar.
Decidí esconderme debajo del lavabo cerrando muy bien a puerta, pero al parecer ya conocía todos los lugares donde solía esconderme. Abrió la puerta y diciendo de una coqueta te encontré, me tomo entre sus brazos llevándome a su cuarto.
Empezó a hacerme cosquillas mientras llevaba sus manos hasta mi pecho.
Ángela: ya no quiero más cosquillas – dije al sentir sus manos sobre mi pecho
Este solo acerco su rostro a mi cuello depositando un beso en él
Daniel: vamos a jugar un juego, ¿quieres?
Ángela: ¿qué juego?
Daniel sonrió ante mi respuesta y quitando mi blusa y licra de la escuela respondió
Daniel: es un juego divertido créeme
Dejo a un lado mi ropa y prosiguió a quitar su pantalón y bajar un poco su bóxer
Daniel: este de aquí es un amigo que quiere jugar contigo, dijo mientras sobaba levemente su miembro y salían suaves gemidos de su boca.
Ángela: no creo que sea buna idea jugar esto... a mama yenis no creo que le guste este juego –dije mientras trataba de tomar mis prendas nuevamente- yo le diré a ella si puedo jugarlo contigo
Daniel arrebató mis prendas de mis manos y con un tono elevado dijo
Daniel: NO PUEDES DECIRLE ESTO A ELLA O SE MOLESTARÀ CONTIGO ENTIENDES
Si mama yenis se llegaba a molestar conmigo, era probable que me golpearán con la psicóloga, por lo que solo asentí a lo que me dijo.
Sus manos recorrieron mi pequeño cuerpo hasta llegar a mi intimidad y su mirada penetrarme con su seriedad.
En parte mi conciencia se sentía culpable por algo, tal vez era porque esto haría enojar a mama yenis o porque me negaba a hacer lo que mi primo tramaba, que juraba que no era nada bueno. Pero todo lo que pensaba se derrumbaba con cada palabra que salía de su boca mientras me tocaba.
Daniel: quiero sentirte mejor, dijo tomando su miembro mientras lo rozaba con mi intimidad.
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Editado: 17.04.2023