Querido Diario:
Me duele no decirle al mundo cuánto amo a Lucas, pero comprendo que cuando el mundo se entera; hay quienes se meten a la relación y arruinan todo. En ese caso estoy de acuerdo con Lucas. Aunque es muy extraño estar ocultándose. Hoy tuve mi segunda cita formal. Lucas me invitó a un restaurante fuera de la ciudad donde había hasta pista de baile. Él me dijo que pidiera lo que quisiera porque lo pagaría todo. Ambos pedimos carne de res bañada con salsa de chanpiñones y arroz pre cocido con ensalada de pepino. Lucas compró un vino con poco licor.
Mientras comíamos, él me preguntaba ciertas cosas de mi vida y me contaba la suya. Llegamos a tal punto que me contó que ya no soportaba a su ex novia, Clara. Luego de eso me invitó a bailar; le dije que yo no podía, pero él me tomó de la mano y me llevó a la pista. La música de fondo, era Say So de Doja Cat. Luego siguieron pasando canciones hasta que sonó una lenta, Someone You Loved de Lewis Capaldi. En ese momento tuvimos un instante incómodo, entonces le dije que no importaba; nos podíamos ir a sentar, pero él cambió de parecer y dijo que bailaramos.
Entonces me tomó de la cintura y yo coloqué mis brazos en sus hombros. Estaba nerviosa y sé que él también. De repente perdí la noción del tiempo al acostarme en su hombro y él suspiró. Después sentí como su cabeza se acostaba en la mía. Realmente ese momento fue el más maravilloso de mi vida. Fue la primera vez que estuve más cerca de él y el momento más lindo que tuve con él y espero que no sea la última.
Te escribe tu enamorada, Diana.
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Esta vez mi corazón se desgarra con cada palabra que escribió Diana, mi Diana. Me duele el saber que ese día que pasaba ese momento, mis sentimientos eran falsos y ahora que ya no la tengo junto a mí; la amo y la extraño tanto. Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer. La tomé de la cintura y ella de mi cuello, se acostó en mi hombre y sentí algo extraño. Al sentir su cálido cuerpo, me había sentido con una paz enorme; sin embargo, pensé que todo eso era efecto del licor del vino porque me había tomado tres copas. En cambio, ella se tomó una. Yo pensaba que ella era fea hasta en su cuerpo, pero al tomarla de la cintura y tenerla pegada a mí, me di cuenta que tiene buen cuerpo. No obstante, quite esos pensamientos de mi cabeza y supuse que era por el licor.
Estoy aquí en mi habitación; ¿la razón? No quise ir a estudiar y mucho menos después de la discusión que tuve con Juan; además de que no pude dormir pensando en lo que me dijo sobre Fernanda, Diana y Cindy. Estuve llorando como un idiota, pero me lo merezco por haberle hecho daño a la mujer de mi vida. Nunca lo quise admitir; sin embargo, en el fondo, yo siempre sentí algo por ella y por eso no podía dejar de verla cada día, aunque me comportara como idiota; la quería ver y ahora mucho más.
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Me encontraba a punto de irme a recoger mis cosas para largarme de la casa cuando Juan me dice que escuchó mi conversación con Diana por teléfono.
—¿Por qué te metes en lo que no te importa? —le preguntó, pero era un reclamo.
—¡Oh, mi hermanito está enamorado! —exclamó y estaba colmando mi paciencia.
—¡Y si estoy enamorado! ¿QUÉ? ¿Te afecta en algo? —le grité muy furioso.
—Calma hermanito, tampoco es para tanto —se rió—. ¿Quién iba a decir que la hija nerd de la familia Gang, te iba a atrapar con sus "encantos"?
Lo último lo hizo moviendo los dedos para decir sus supuestos encantos. Y yo enfurecí. Ninguno de mi familia sabía que estaba saliendo con ella por la guitarra.
—¡Por lo menos, ella tiene más cerebro que tú y yo juntos! —le exclamé. Entonces él empezó a reírse y aplaudir como si esto fuera un teatro.
—Bravo hermanito, al fin te has dado cuenta que jugar con las mujeres; te hace un idiota y cuando menos te lo esperas, llega esa mujer que te hace poner los pies en la tierra —me dijo seriamente y yo me puse nervioso porque estaba jugando con Diana.
—¿Por qué me dices eso? —le pregunté confundido.
—Porque yo fui como tú y cuando llegó esa mujer que me hizo poner los pies en la tierra; no lo hizo como lo está haciendo Diana contigo —pude ver dolor en su mirada y no entendía.
—Lo siento hermano — fue lo único que podía decir.
—Más lo siento yo, porque ella terminó siendo peor que yo y se metió con lo más preciado de mi vida, aunque no lo demuestre —me confesó. Se tapó la cara en señal de frustración. Entonces decidí acercarme a él como lo hacía antes cuando él y yo no discutíamos mucho. No entiendo cómo es que antes eramos tan unidos y de la noche a la mañana, él se alejaba de mí al punto que lo empecé a detestar en ciertas ocasiones.
Me acerqué y le puse una mano en el hombro y él me vio con la mirada nostálgica. De repente él se levantó y me abrazó; era algo extraño en él. Lo escuché llorando.
—Perdóname hermano —me empezó a decir y yo no entendía por qué me decía eso. Era raro en él, pero descubrí que estaba borracho.
—¿Por qué me pides perdón? —le pregunté.
—Por ser tan cruel contigo cuando no tienes la culpa de mis estupideces —me respondió y yo seguía sin entender el porqué me estaba diciendo esas cosas. ¿A caso le había picado un mosquito? Sin embargo, eso era efecto del alcohol y mañana no se recordaría de nada.