10.

He leído como cinco hojas del diario de Diana en mi cuarto, Solo para tratar de no pensar en lo que pasó con mi hermano, las últimas hojas que leí hablaban de los momentos que pasabamos estudiando juntos. Me siento peor y mazoquista al leer este diario que me ha desgarrado el corazón desde el momento que empecé a leer.

Yo fui quien empujó a Diana a que me ayudara con mis estudios porque yo se lo había dicho indirectamente. Y la razón por la que ella no me vio por una semana; no fue porque yo estaba con mis amigos estudiando, estaba... ya ni siquiera puedo decirlo. Me siento fatal, pero tengo contarlo... estaba con Clara y haciendo lo que nunca debí hacer, teniendo relaciones.

Nunca medí mis consecuencias y ahora lo estoy pagando con el rechazo de Diana ¿Qué clase de hombre soy? Un idiota supongo.

Aparte de todo eso. Leí que ella hablaba tantas cosas bellas sobre mí y yo hablando mal de ella con mis amigos. Le envié las flores aquellas para que no se levantara sospecha de que solo jugaba con sus sentimientos, pero en realidad nunca jugué con los de ella; sino con los míos.

Una hora después de que guardé el diario en la gaveta; me entró un mensaje.

“Cariño, me dejaste plantada anoche y ahora no estás en la universidad; realmente no sé qué te pasa últimamente, me preocupa. Te extraño mucho”.

Leo el mensaje y dejo mi teléfono a un lado. No pienso hablar con Clara, ella es otra víctima de mis engaños, pero también sé que ella anda saliendo con otros a mis espaldas. Luego suena mi teléfono de nuevo y pienso que es otra vez Clara, pero no es así.

“Conéctate al chat, tengo muchas cosas que hablar contigo y es urgente; por favor”. Es Ale. Entonces me meto al chat y me doy cuenta que tengo muchos mensajes de Miguel, Samuel y Alejandro. Los de Miguel decía: “Conéctate hijo de la chingada tengo que hablar contigo urgente y un montón de malas palabras”, el de Samuel decía: “¿Qué diablos pasa contigo Lucas? ¿Por qué jodidos no estás aquí en la universidad?”. Y Alejandro volvió a escribir: “Hermano, me parece extraño que no estés aquí, iré a tu casa más tarde”.

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Miguel: ¡Al fin te conectaste, idiota!

9:00am

Yo: ¿Qué es lo que quieres Migue?

9:01am

Miguel: Hablar contigo. ¿Qué más?

9:02am

Yo: Dime.

9:03am

Miguel: Bueno... 1. ¿Qué es lo que te está pasando últimamente?; 2. ¿Puedo saber por qué Alejandro ahora dice que es amigo tuyo? Y 3. ¿No habrá fiesta tampoco hoy?

9:06am

Yo: A tu primera pregunta te respondo que no me está pasando nada grave, solamente que no he tenido ánimos, a tu segunda pregunta te puedo responder que es verdad Alejandro y yo fuimos amigos desde pequeños y nos peleamos por una mujer; y él tercero, la verdad no creo porque no me siento bien como te dije.

9:09am

Miguel: ¿Sabes algo? No pareces mi amigo Lucas de hace tiempos.

9:11am

Yo: Ese Lucas es una basura, hermano.

9:12am

Miguel: ¿De qué hablas?

9:13am

Yo: Nada. Adiós, tengo que irme.

9:14am

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Por poco rebelo todo lo que estoy pasando. Como dije antes, ellos no saben nada de lo que siento por Diana y todo lo que me afecta el haber sido un gran idiota con todas las mujeres y haberme metido sin averiguar que ella me quería No voy a olvidar eso jamás.

Le respondo a Samuel que también intenta saber también qué me pasa y Alejandro me dice que vendrá verme.

Me levanto de la cama para ir a bañarme y quizás así me puedo relajar con todo esto. Entro al baño y me despojo de mis prendas. Pongo un pie en la ducha y enciendo la regadera. Empiezo a sentir como el agua recorre todo mi cuerpo. Coloco mis manos en mi cara para enjuagarme y luego los paso por mi cabello. En ese momento me empiezo a recordar de todas las cosas que pase con Diana. Y sin más que esperar, me puse a llorar como un niño. Mis lágrimas se confundían entre el agua. Me coloco en la pared y la empiezo a golpear con el puño.

Me quedo un gran rato pensando en aquella noche que invité a Diana aquí a mi casa cuando mis padres y mis hermanos no estaban. Era de aprovechar ese momento porque en esos instantes, yo empezaba a sentir algo por ella. Supongo que eso lo tiene en su diario que quiero buscar para saber qué era lo que pensaba en ese momento. Sin embargo, sé que fue un descaro más de mi parte.

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Mi familia salió y yo invité a cenar a Diana porque realmente quería tener un momento a solas con ella y en ese momento empazaba a sentirme diferente con ella.

 —Bienvenida a mi casa —le dije cuando abría la puerta de la entrada para que pasara.

 —Gracias por invitarme —me dijo con esa hermosa sonrisa que tiene. Ella comenzó a caminar unos cuantos pasos mientras yo cerraba la puerta. Ella veía toda mi casa como si fuera la primera vez.

 —Permíteme tu abrigo —le dije muy caballeroso.