El Diario de James Mildway

CAPITULO III: LAS ARENAS

He pasado los últimos 5 años en estos lugares que llamo mi hogar, arenas como en la antigua Roma donde dejaban que los humanos pelearan contra las Rivens Beasts y los Cold Hunters cada día, yo debía luchar para poder obtener dinero de las apuestas y poder comer, no era mi pasatiempo favorito, consideraría que amo leer como pasatiempo, gracias a mi pasión por la lectura pude aprender sobre el mundo actual y el mundo de hace siglos. Las arenas eran peligrosas muchas veces iban personas que eran adictas a apostar, algunas con mucho dinero otras sin tanto pero dispuestas a pagar por ver muerte y sangre, yo en lo personal no era muy amigable con nadie, sentía la necesidad de estar ahí aunque sabía que no era mi lugar, en mi primera pelea sentía nervios pero me ayudó a recordar la alquimia y la magia que utilizaba, estaba frente a un Cold Hunter en frente de mí el ruido de las personas gritando era demasiado fuerte, recuerdo que esa bestia casi me destrozaba pero gracias a mis espadas y la alquimia pude cortar la cabeza de esa maldita bestia, ese día me rompí un par de huesos supongo a esto se rebajó la humanidad peleas llenas de muerte y sacrificio esa basura no era lo que yo quería para mí pero no había otra manera para poder comer. Aunque el ambiente era muy pobre, había bastantes cosas interesantes algunos habían formado clanes en las arenas y a veces esos clanes se enfrentaban entre ellos y un par de Cold Hunters o Rivens Beasts, yo solía convivir con el clan Miston eran un grupo de tipos musculosos pero muy agradables solo convivía por necesidad de estar acompañado, pero no era mi intención llevar una amistad con ellos, aunque me pedían que me les uniera. Supongo que yo soy feliz a pesar de todo, en los tiempos antiguos a los alquimistas nos llamaban perros militares porque servíamos al monarca y a su ejército, no puedo recordar si yo era parte de esos perros militares o era un alquimista independiente, sinceramente supongo que fue como ahora un poco aislado de todo. Pasaban los días, las semanas los meses, día a día luchando por mi vida y para comer, en las últimas semanas había sentido que alguien me observaba y justamente mi percepción es muy exacta ya que esa persona es por quien empieza todo hasta el día de mi muerte, justamente esta noche, viernes 26 de octubre del 2050 el día que conocí a Maximillium Cleever… 



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En el texto hay: ciencia ficcion, romance, fantasa

Editado: 05.04.2020

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