El Diario de James Mildway

CAPITULO XI: ALEXANDER KOKONE

Escuché pasos en el jardín, pensé que era Annie y me di la vuelta para saber qué quería pero en vez de eso vi a un hombre de pelo negro y ojos cafés claros, llevaba una espada larga y una vestimenta azul parecida a mi ropa solo que su chaqueta era más grande al vernos cruzamos miradas, sentí algo extraño como si ya nos conociéramos como si fuese un viejo amigo y a la vez mi peor enemigo.

-¿Quién eres tú?- Pregunté listo para todo. Observó por unos instantes la insignia en mi brazo derecho.

-Alquimista dime qué hace una basura como tú en esta honorable casa- desenfundó su espada y al momento por reflejos tomé mis espadas para protegerme.

-Escucha bien maldito Alquimista, mi nombre es Alexander Kokone y yo acabaré contigo para que no seas una amenaza para los Cleever- en sus ojos veía un gran odio, pero ¿Qué sabía de mí? ¿Cómo conoce a los alquimistas?

Corrió hacia mí y en ese momento escuchamos una voz que llamó a Alexander.

-¡Alexander! Llegaste antes- Al oír esa voz se detuvo, se sonrojó y se dio la vuelta rápidamente guardando su espada. Allice le había llamado y con ella estaba también Maximillium.

-Allice...jejejeje...hola- después de verlo como guerrero lo vi como un estúpido corriendo como niño con su madre cuando llora. ¿En verdad era Alexander Kokone? Era demasiado estúpido para serlo.

-Disculpe James ¿Dónde está Annie?- Preguntó Maximillium.

-Señor Cleever no me diga que este maldito alquimista está a cargo de Annie.

-Señor está en su cuarto descuide ella está bien.

-Gracias James hace usted un excelente trabajo, por eso Alexander él está a cargo de la seguridad de Annie.

-Señor con todo respeto este alquimista no se merece tal honor.

Maximillium no dijo nada. Annie llegó y vio a Alexander con una mirada muy perdida era más que obvio que Annie estaba enamorada de Alexander y al parecer era por eso no quería ser comparada con su hermana, yo no podía creer que ese idiota fuera en verdad Alexander.

-Veo que ya conociste a James, ¿te ha caído bien, Alexander?-dijo Maximillium al ver mi reacción por la actitud de Alexander con Allice.

-Disculpe señor Cleever entiendo que le preocupe la seguridad de sus hijas pero dígame ¿Por qué confiar en un alquimista para protegerlas? Usted sabe bien que...- en ese momento Maximillium interrumpió de golpe

-James, Alexander por favor quiero hablar con ustedes a solas. Annie, Allice ¿nos permiten?-Al decir esto noté una sonrisa nerviosa por parte de Maximillium se le veía emocionado y a la vez preocupado, me pregunto qué trae entre manos.

-Sí padre iremos a ver algo en la casa-dijo Allice y se retiraron.

-James, Alexander por favor quiero que se lleven bien ya que ambos van a proteger a mis hijas y sus peleas personales pueden afectar la protección de mis hijas.

-Señor Cleever entiendo cómo se siente pero este alquimista no va a ayudar ellos sólo saben destruir, usted recuerda el incidente de hace 200 años...

-Si tienes algo contra mí solo dijo directamente y déjate de estupideces, no eres más que un mimado que sólo se cree mejor pero no eres más que un inútil.

-¡¿QUÉ HAS DICHO MALDITO ALQUIMISTA?!-sabía que se iba a descontrolar, en ese momento desfundó su espada y yo las mías, estuvimos a un centímetro de lastimarnos el uno al otro pero Maximillium detuvo nuestros ataques con sus manos sin recibir ningún rasguño, tampoco perdió su porte y elegancia

-Les repetiré esto por última vez, por favor no hagan la estupidez de querer pelear entre ustedes sin razón.-Levantó los brazos y nos apartó a ambos, su fuerza era increíble.

-Señor Cleever por favor le suplico que me diga qué pasó en ese incidente hace 200 años- insistí a Maximillium pero no obtuve respuesta suya.

-James, Alexander quiero pedirles que peleen solo en una circunstancia y será la única vez que los dos peleen. Espero les haya quedado claro.

-¿Es sobre la espada señor?- Pregunté a Maximillium.

-¿Espada? Señor no me diga que...- Preguntó Alexander.

-Así es Alexander, quiero darle esa espada a uno de ustedes dos- dijo Maximillium sonriendo.

-Pero señor, éste maldito alquimista no se merece tal honor...

-Por eso es que van a pelear, recuerden que la fuerza no lo es todo- añadió Maximillium- Por favor los espero después del almuerzo aquí- después de decir esto se retiró y se fue.



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En el texto hay: ciencia ficcion, romance, fantasa

Editado: 05.04.2020

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