Los años transcurren rápido y cuando menos lo piensas, ya estás en el último año de secundaria. O al menos ese era el caso de Katy, quién aún no podía creer que ya cursaba quinto año. Ella podía jurar que tan solo ayer estaba en segundo año de primaria quejándose de que nunca sería mayor porque los meses pasaban lentos.
"Entonces, antes de que acabé verano, debemos hacer una salida en la playa"
Escribió su amiga Ursula en el grupo.
"Dale, pero lleven comida, eso es lo más importante"
Contestó María, posteriormente envío un emoji de una hamburguesa.
Tanto Ursula como María eran diferentes, la primera era más de que estar al tanto en las tendencias de redes sociales y subir contenido de su vida en Instagram, vistiendo siempre con ropa ligera y probando nuevos maquillajes, su idea de terminar la secundaria era más de que sean anécdotas inolvidables junto a sus amistades. La última prefería centrarse más en sus estudios, y en la comida, tal vez porque la familia de esta tenía un restaurante ubicado en una zona donde era frecuentada por turistas, su idea de terminar quinto año era ser la mejor alumna de todo su grado o al menos estar en dicha lista.
Katy también tenía sus diferencias, mientras que Ursula estaba metida en el mundo de la estética y María en los estudios, ella prefería centrarse en los deportes, especialmente el voley. Tal vez por eso era una integrante de la selección del colegio, yendo a otras instituciones para llevar gloria a su escuela.
"No se preocupen, yo llevo la pelota y el bloqueador"
Respondió y casi al instante recibió el mensaje de sus amigas con reacciones de risa.
Y es que mañana sería el último día de vacaciones de mitad de año, así que tenían que aprovecharlo al máximo. Porque estar en el grado superior era tener que lidiar con el estrés.
Fue así como el trío organizó todo en el último momento y salieron rumbo a la playa, con la esperanza de pasar un día divertido.
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Katy ya estaba en la escuela, o bueno, a un par de cuadras de la escuela. Aunque le había mandado un mensaje a su mamá de que estaba sentada en el salón. Su progenitora fue más inteligente, le pidió que le enviara un audio con sus amigas para comprobar si era verdad.
Decidió correr más rápido, teniendo el infortunio de chocarse con otra estudiante, pero no se detenio a disculparse, su madre ya estaba haciéndole una llamada. La de ojos verdes entró a las justas, cuando ya estaban cerrando el portón del colegio, con pasos apresurados se dirigió a su aula y extendió su celular. Pronto fue rodeada por sus amigas, quiénes entendieron la situación al instante y respondieron.
"Buenas tardes, señora" contestó Ursula, con un tono ligeramente coqueto.
La madre de Katy no era un chiste, a pesar de su edad, se conservaba correctamente debido a que era profesora de educación física en primaria. Era una mujer blanca y de cabello marrón, igual que su hija, aunque a diferencia de su descendiente, tenía abdominales en su estómago. Ursula la adoraba, todas las veces que había ido a la casa de su amiga y se había encontrado a su progenitora, se volvía un auténtico ángel.
"Buenas tardes, tesoro" respondió con dulzura "¿Por qué demoraron tanto en contestar" agregó con seriedad.
María se pasó la saliva, evidentemente nerviosa.
"Estábamos jugando en línea por el celular y por eso Katy no pudo responder ya que estaba a nada de ganar" explicó a modo de excusa.
"¿En serio?" cuestionó la señora, no lo iba a creer tan fácilmente "Entonces envíame una captura de pantalla del juego" añadió a modo de orden.
Su hija se quedó helada, pero Ursula fue más rápida. Había guardado capturas de pantalla cuando jugaban las tres juntas, así que no había problena en mandar la evidencia.
"Por supuesto, ¿ya le llegó?" el rastro de diversión no pasó desapercibido, por lo que la madre de Katy finalmente cedió.
"Bien, diviértanse este día, hasta luego retoños" y colgó.
Los ojos verdes de Katy recuperaron el brillo típico que la caracterizaba, ahora estaba fuera de los problemas.
Ursula se sentó en la carpeta y se volvió a arreglar el cabello. Era una chica de tamaño estándar, con la piel levemente bronceada y ojos marrones claros, el tinte rojo seguía en las hebras de su cabello, dándole una imagen de estudiante problemática. Tal vez por eso era frecuentemente regañada por los auxiliares que le decían que debía ser una alumna pulcra.
"¿Compramos algo de comer?" sugirió María, limpiando sus lentes.
Era un tanto divertido que la mayoría de jóvenes inteligentes portaran gafas, María no era una excepción. De piel triguela y estatura algo baja, el cabello negro y lacio resbalaba por su espalda, siendo sostenido por una liga de cola baja.
Katy se rió, en esas dos semanas había extrañado el estar con sus amigas en la escuela.
El resto de estudiantes llegaban poco a poco, llenando el aula con la bulla común de los adolescentes. El que sea un colegio mixto también tenía inconvenientes, los chicos a veces hacían el ridículo para impresionar a las chicas. También había visto conflictos por culpa de las infidelidades entre parejas.
La docente no tardó en llegar, por lo que cada uno se sentó en su respectiva carpeta. La profesora de inglés seguía siendo temida, tal vez porque nunca dudaba en poner una "C" para reprobar al que no presentaba tareas y tampoco participaba en clases.
"Buenas tardes, chicos, espero que la hayan pasado bien en sus vacaciones, porque ahora si tienen que ponerse serios para no desaprobar mi curso y otras materias" habló mientras escribía la fecha y el título del tema en la pizarra.
Unos cuantos atrevidos empezaron a escribir en unos papeles pequeños y los pasaron al resto de la clase. Ursula se dio cuenta de eso y hizo un gesto de asco, le molestaba tener que abrir hojas que otros habían agarrado con sus manos sucias para ver el contenido, era toda una chismosa.