Hola, mi nombre es Gabriel. Es la primera vez que escribo un diario, usualmente los diarios son privados. Solo de uso personal, pero mi diario no es de ese tipo. Verán soy alguien reservado y tímido que no le gusta relacionarse con muchas personas, pero quiero cambiar eso, empezando por aquí.
Me he dado cuenta que me expreso mucho mejor escribiendo que hablando. Así que decidí escribir un diario e ir contando mí día a día para ayudarme a obtener confianza poco a poco. No quiero que mis pensamientos, ocurrencias e ideas sean solo para mí, por eso a su debido tiempo compartiré con todos este diario. Así que solo me queda decir:
"¡Bienvenidos al orfanato!"
Espero que puedan entretenerse leyendo parte de mi miserable, atroz, y aburrida vida. Me abandonaron en el "Orfanato de San Diego" (OSD, para abreviar) a la corta edad de 2 años, desde que tengo conciencia las monjas han cuidado de mí. No recuerdo nada antes del orfanato, de igual manera eso no tiene importancia para mí.
¿Por qué me importaría alguien que se deshizo de mí al igual que una bolsa de basura?
Tengo 14 años, aunque no aparento mi edad, siempre he sido más flaco y más bajo que los demás, por ello me han molestado toda mi vida. Haciendo que las bromas, golpizas, humillaciones e insultos sean parte de mi rutina diaria.
Me describiré físicamente para que tengan una imagen mental más o menos detallada de mí: Como ya dije anteriormente soy muy flaco y bajo, no creo llegar a los 1,65cm. Soy extremadamente pálido ya que nunca salgo, me siento más cómodo en los interiores del edificio o mejor dicho en mi habitación. (Los niños pequeños dicen que soy un vampiro, aunque lo único que tengamos en común sea nuestro odio mutuo por los rayos solares. Me sorprende mucho cuanta imaginación tienen.) Mi cabello oscuro, rebelde y salvaje. En algunas ocasiones imposible de peinar. Mis grandes y llamativos ojos de un color para nada usual: Verde agua se han convertido en un gran problema para mí. Siempre destacó por ellos, causando que todos tengan su atención puesta sobre mí, lo cual es incómodo y definitivamente no me gusta. Mi rostro delgado, perfilado, lleno de pequeñas pecas. Otra cosa por la que también resalto son mis brackets. El año pasado las monjas reunieron algo de dinero para instalármelos ya que los necesitaba con urgencia, mis dientes eran chuecos y disparejos. Pase un completo infierno para poder acostumbrarme a ellos, pero valió la pena ya que hoy en día mi dentadura es casi perfecta, además quitaron insultos como: "Dientes de conejo", "Piraña" y "Dientón" de la lista de insultos que me dicen a diario, aunque todavía esa lista parece no tener final.
Cualquier chico que de mi edad que tuviera estas características (Exceptuando la estatura.) sería un perfecto "Don Juan", pero debido a mi timidez no he podido dirigirle la palabra a ninguna chica que me guste. Aunque hay alguien que no he podido sacarme de la cabeza desde hace algún tiempo. Ella tiene muy poco tiempo en el OSD, su nombre es Luisana.
Sus padres tuvieron un accidente de tráfico en el cual desgraciadamente perdieron la vida. Dejando a la pobre sola porque no tenía familiares cercanos y no tuvieron más remedio que enviarla aquí.
Algún día encontrare la confianza y el valor para decirle lo que siento por ella, pero sinceramente ese día lo veo en un futuro muy lejano. Seguramente se estarán preguntando: Si nunca le has dirigido la palabra. ¿Cómo sabes tanto sobre ella? Bueno, cuando ella llego, todo el mundo hablaba sobre ella. Debido a su impactante belleza. Podré nunca salir de mi habitación, pero tengo mi fuente confiable de información, mejor conocida como Paula, la conocerán más adelante.
Las tres terribles personas que se encargan de hacer pésima, terrible e insoportable mi estadía en el OSD son: "Los hermanos esteroides", qué es como los bautice, sinceramente es un nombre muy ingenioso, porque el nombre les queda perfecto. Los hermanos esteroides están conformados por: Jacob, se puede decir que es el líder ya que es el más grade y corpulento, pero entre los tres es el menos inteligente.
Caleb, el hermano del medio. Tiene un temperamento explosivo, todos le temen, aún más que a Jacob. A pesar de eso es astuto. Siempre está ideando nuevas maneras de hacer daño (Ya sea tanto física como emocionalmente.) a los chicos más débiles y pequeños.
Abraham, el menor. Es callado, sin la más mínima voluntad propia, en otras palabras, la marioneta de sus hermanos mayores, lo controlan y lo obligan a hacer todo lo que ellos quieren.
No se dejen engañar por sus nombres procedentes de la biblia, son maldad pura. Puede ser muy cliché pero son los típicos "bullies". Cuando no están amenazando, molestando o golpeando a algún pobre chico, se la pasan en detención con la hermana Teresa, Ella es la única que puede controlarlos, ellos la consideran prácticamente su madre. Aunque no solo ellos, todos en el OSD la consideran una figura materna, además de que es la directora, se lleva muy bien con los niños, es gentil, cariñosa, pero a la vez seria y estricta, cuando se requiere. Es imposible no amarla.
Los hermanos esteroides fueron abandonados a muy corta edad al igual que yo, pero lo que me diferencia de ellos es que nunca he molestado a nadie ni buscado problemas, siempre he sido alguien tranquilo que evita los conflictos. Además no tuve el privilegio de tener hermanos. Desde el principio estuve solo.
Debido a que el pasatiempo favorito de los hermanos esteroides, es molestarme las monjas me permitieron dormir en el ático del edificio. Tener una habitación solo para mí contradice todos los estereotipos de ser huérfano, pero soy el único que puede tener ese beneficio, todos los demás duermen en habitaciones del tamaño de cajas de fósforos, donde apenas entran. Todos en el orfanato le tienen miedo al ático, desde pequeños nos han dicho que esta maldito, lleno de demonios y fantasmas, el lugar donde realizaban exorcismos antes que esto fuera un orfanato, los típicos rumores e historias infantiles. Yo no opino lo mismo, al contrario, el ático es mi pequeño pedacito de cielo, en pocas palabras, es perfecto. Es un lugar espacioso, con techos altos y dos grandes ventanales a cada extremo de la habitación, por ellos puedo ver el amanecer y el ocaso perfectamente. Son mis momentos favoritos del día.