De acuerdo con todo lo que ha pasado ya en el último año y estos meses que han transcurrido, todo lo que estuve viviendo era demasiado nuevo para mí. La verdad, no entiendo como es que continúo siendo en muchas ocasiones un poco torpe con las cosas de la vida diaria. Ah~, pero lo que me queda hacer es seguir disfrutando estos momentos que se están produciendo día a día e irlos guardando en mi memoria y, gracias a que logramos comprar una cámara con tu mamá, ahora contamos con fotos de ti. Bueno, no es lo mismo tener en el teléfono una foto como también el tenerlo en una cámara que lo hace mucho mejor. Esta vez, siendo mi día de descanso, puedo estar otra vez un poco más de tiempo junto a ti. Será que hemos de poder obtener alguna nueva sorpresa en este día. Aunque me encuentro cansado y sólo desee descansar en mi cama o sentarme y quedarme completamente quieto con la tranquilidad del día, no puedo ignorar que después, cuando ya hayas crecido, ya no volverás a querer estar un momento conmigo y me dejaras descansar. De verdad, en este momento pienso que me estoy volviendo muy viejo tan rápidamente o será que estaré siendo más responsable, no lo sé con certeza.
En este momento, mientras te miro ir de un lado a otro, ahora caminando, sólo se me pasa en la mente algunas cosas como el que podría ser de ti en el futuro, como me he de sentir cuando llegues a tener muy poco tiempo para nosotros. Lo que siempre me ha de asustar es el simple hecho de que te termines olvidando por completo de nosotros. Si, es cierto que es algo irónico lo que estoy pensando y si tu mamá me llegara a escuchar decir estas palabras tendría que escuchar su sermón hasta que termine arrepintiéndome por lo que estoy pensando. Por otro lado, tal vez si me adelante demasiado en el futuro, pero esto es lo que podemos decir "el temor por lo que prepara el futuro". Si fuera un poco más firme con mis decisiones, tal vez no tendría que estar dudando en varias ocasiones.
Bueno, como sea, lo que estoy admirando desde el asiento eras tú que ibas con tus peluches y te acercas a mí. No me puedo imaginar que es lo que esperas hacer a continuación. Pero, sin que este tan relajado por si tratas de hacer alguna cosa que te pueda lastimar, al fin llegas frente a mí y dices – Papá, juegas –. No puedo creer que ahora te acercaste sólo para poder jugar. Bueno, vamos a jugar un rato los dos juntos.
Mientras tu mamá se encuentra haciendo la comida, tu me das uno de tus peluches y empiezas a moverlo como queriendo decir que el juego a empezado. Como no soy bueno en saber lo que estas jugando, voy a tratar de seguirte la corriente y ver que es lo que deseas que juguemos.
Empiezo a mover el peluche mientras digo – hola, soy el conde de este lugar. Dime, ¿Cómo te llamas? – mi querida Kimora sólo se ríe mientras dice – no, no, es papá – yo sólo me rio y continúo diciendo – dime ¿quién es papá?, yo sólo soy el conde – al parecer no quieres ceder y me vuelves a decir lo mismo. Aunque eres graciosa cuando tratas de mantener firme lo que piensas, no voy a seguir haciéndote enojar sino vas a terminar llorando. Así que, moviendo de forma graciosa el peluche, digo – está bien, yo soy papá – me sonríes y dices – ¡sí, papá! – y mueves el peluche y lo acercas contra mí.
El tiempo de verdad ha estado pasado volando, en este momento ya puedes pronunciar algunas palabras más. Pienso que, si continúas así, muy pronto podrás hablar bien y podremos tener una charla mucho, pero mucho más larga sobre lo que quieres.
Me siento en el piso, mientras tú vas por otros juguetes y los vas poniendo junto a mí. Una vez ya habías traído varios juguetes, te sientas en mi regazo y tomas dos juguetes y los mueves, al parecer acabo de quedar fuera del juego. Bueno, ahora que lo pienso más detenidamente, parece que sólo deseabas que estuviera ahí sentado y ser como tu silla mientras continuabas jugando. Pero, si eso era lo que querías, que más le vamos hacer, lo que importa es que estás entretenida jugando y te estas divirtiendo. De verdad que eres una niñita muy lista, voy a acompañarte un poco más antes de que llegue la hora de comer.
Durante este tiempo que pasamos jugando y, después de almorzar, fui a mi habitación y saqué un pequeño cuaderno de dibujos. Si no lo sabes, pues tu papá es un gran dibujante. Sólo diré que era el número uno en la escuela cuando se trataba de dibujar. Está bien, has de conocerme bien, yo no soy un buen dibujante ni fui el número uno de la escuela, pero sé que me gusta a veces estar dibujando algo.
Pero, mientras miro mi cuaderno, debo de pensar en algo que pueda dibujar. Miro de un lado a otro y vuelvo a pensarlo hasta que apareces caminando hacia mí. En el momento en que te vi di con esta gran idea – ya sé, te voy a dibujar a ti Kimora –. Mientras me mirabas, yo tomé el lápiz y empecé a dibujarte, pero al parecer no dejabas de moverte después de un rato.
Ahhh, no puedo creer que esto sea un poco difícil, lo que tendría que hacer es encontrar una forma de que te mantengas quieta por un pequeño tiempo para lograr dibujarte. Con un poco de ingenio, solamente un poco sería suficiente para poder hacer que te quedaras en el mismo lugar y me permitieras terminar todo el dibujo, pero creo que me hace falta todavía bastante para que eso funcione.
Tu mamá, que se dio cuenta como intentaba de hacerte quedar en un solo lugar inventando cualquier excusa que te hiciera hacerme caso, se rio para luego decir – hija, ven aquí un momento – en ese momento corriste hasta llegar a sus brazos y, quedándote quieta, te dormiste. No puedo creer que te hayas agotado al fin. Para serte sincero, parecías como una maquina imparable de energía que no deseaba detenerse por nada en el mundo. Yo, siendo un poco cauteloso, era más mi preocupación por que algo te pasara que el simple hecho de decir "Gracias por que mi hija esta sana y por ello puede tener la suficiente fuerza y energía como para encontrar su propio camino durante la vida, así que espero que pueda continuar igual cuando crezca".