Día 115.

Estos días han sido como el infierno.

Mis manos estaban ansiosas por escribir, pero no podía.

Daryl y yo entramos en un pequeño pueblo. Las pistas sobre su hermano nos llevaron a ese lugar así que decidimos separarnos y buscar.

Perdí de vista a Daryl, no sabía donde estaba. ¿Qué hubiera pasado si encontraba a Merle y no sabía donde estaba su hermano Daryl? Nunca lo encontré así que decidí arriesgarme.

Habían algunos cuantos Caminantes, pero no eran tantos por lo que fue fácil de "matarlos".

Ingresé en un edificio de ladrillo de unos cuatro pisos. Busqué en cada habitación, rincón, armario, incluso en los baños y estaba el lugar vacío. Subí hasta la azotea, pensé que tal vez de esa manera si Merle estaba cerca, entonces podría verlo desde arriba. Luego pensé que no conocía el rostro de Merle así que cualquier persona que encontrara, para mí, sería él.

Bueno, eso fue lo que pasó. No tienes ni idea de como se puso Daryl cuando grité "ahí está" y no era su hermano.



 

...



 

- Lo siento. -dije avergonzada por mi error.

- Deberías de sentirlo. -dijo enfadado y con toda la razón del mundo.

- No sabía que no era tu hermano. No me diste una descripción de él. -excusé.

- Ya no importa. -su voz sonaba más tranquila, pero era obvio que se contenía. Él sabía que era verdad lo que le decía.- Ahora, debemos pensar qué hacemos con él.


 

...




 

Cuando grité el hombre salió corriendo asustado y Daryl fue tras él. También pensó que era su hermano. Yo bajé del edificio y fui detrás de ellos. Cuando Daryl lo atrapó se dio cuenta de que no era él. Habíamos estado siguiendo las pistas de otra persona.

El pobre se tropezó con una piedra y cayó al suelo, y se golpeó la cabeza. Lo atamos a una columna de cemento dentro de unos edificios. Cuando despertó estaba asustado, pensó que éramos malas personas. Le hicimos algunas preguntas, al final resultó que sí conocía a Merle, pero al parecer él fue malo con el chico y lo abandonó en un edificio lleno de muchos Caminantes mientras Merle salvaba su vida usando al chico de carnada. Eso había pasado cuatro días antes.

Seguimos las pistas correctas después de todo.

El chico se llamaba Billy, tenía más información sobre a dónde iría Merle, pero no quiso decir nada. Daryl me pidió que me marchara de ahí y después no supe más. Solo recuerdo algunos gritos.

No justifico las acciones de Daryl, pero lo entiendo. Quería esa información a cualquier costo; sin embargo, no estoy de acuerdo con sus métodos. Sé que él es mucho mejor que todo esto. Sé que dentro ese caparazón fuerte, hay una pequeña tortuga amable y cariñosa. Es sólo que hay que ganarse su confianza para que salga de su caparazón y sea libre de nuevo.

Mientras Daryl se fue a buscar pistas nuevas del posible paradero de su hermano, yo fui a darle un poco de agua que encontré en un refrigerador que estaba en el segundo piso.




 

...




 

- Toma un poco de agua. -le dije a Billy que seguía atado a la columna.- Necesitas hidratarte. -le di de beber.

- Gracias. -dijo con voz entrecortada.- Tú sí eres gentil. -su rostro estaba ensangrentado e hinchado.- ¿Por qué estás con un hombre tan violento como él? -Traté de curar sus heridas.

- Sé que tiene su carácter fuerte, pero... -me detuve un momento.- por dentro es una gran persona con un gran corazón.

- Sí, pues muy en el fondo. -dijo en tono de burla.- ¿Él... te lastima? -levanté la mirada y lo miré a los ojos.

- No. Nunca lo ha hecho y nunca lo hará.

- Te gusta, ¿no es cierto? -mis mejillas se pusieron coloradas al escuchar sus palabras.

- ¿Por qué lo dices? -dije nerviosa.

- Por la forma en que hablas de él. -dijo.- Para ser honesto, no sé como alguien como tu puede interesarse en alguien como él.

- ¿Alguien como yo?

- Sí. Una mujer tan hermosa y gentil.

- Eso no es verdad. Yo también tengo mi pasado.

- Todos tenemos uno, preciosa. Así como todos tenemos el mismo futuro.



 

...


 

Sus palabras me tomaron por sorpresa.

Después de eso me fui y lo dejé solo. Le aconsejé que no se resistiera y que le dijera donde estaba Merle a Daryl o sería peor.

Pasaron dos días y Billy no soltó palabra alguna. Yo iba cada noche a curar sus heridas hasta que Daryl se dio cuenta la tercera noche.

Estaba con Billy hablando mientras trataba sus heridas con un poco de agua. Daryl entró de sorpresa. En ese momento Billy se había soltado y me tomó por la fuerza con su brazo en mi cuello y apuntó mi cabeza con la navaja que había usado para cortar la cuerda.

Daryl traía su ballesta en la mano y apuntaba hacia él.


 

...



 

- Deja la ballesta en el suelo. -Daryl lo miraba con los ojos llenos de rabia. Seguía apuntando a Billy.- ¡Suéltala o te juro que atravieso su cabeza con la navaja! -seguía apuntando hacia mi cabeza.

- ¡Daryl, no lo hagas! -y no lo hizo. Pero Billy me iba a atravesar con la navaja, así que Daryl la bajó y la dejó en el suelo.



 

...



 

Billy caminó hacia una puerta que había al fondo y me llevó con él. Daryl nos siguió, pero Billy le advirtió que se quedara donde estaba. Abrió la puerta. Hizo un poco de ruido para atraer a unos Caminantes.