Abro los ojos y lo único que puedo detectar es oscuridad total, o es que esta oscuro o mi sentido ocular ha dejado de funcionar, cualquiera de las dos opciones suena aterradora; mi piel detecta algo frío, con mucha dificultad logro ponerme de pie.
Comienzo a caminar poco a poco, utilizo mis brazos para guiarme y poder encontrar la salida, si es que la hay, de repente mis manos tocan lo que parece ser la perilla de una puerta, giro esta lentamente y tiro hacia adentro, una luz muy intensa se estrella contra mis ojos causando el que los cierre rápidamente y los vuelva a abrir pasados unos segundos, y así hasta lograr que estos se acostumbren a la claridad del exterior; una vez que la luz ha logrado entrar a la habitación en la que me encuentro, toda aquella cosa que reside en el interior de esta empieza a tornarse claro y brillante. Dentro de la habitación hay dos chicos más sobre el suelo frío y rígido, hay un sofá en la esquina derecha y sobre este se encuentra reposada una chica, su cabeza cae del respaldo, tan solo puedo percatarme de que respira por el acto de su estómago que se infla y desinfla de forma alternada y lenta.
Giro mi mirada un poco hacia el centro de la recamara y distingo a mi amigo que se encuentra recostado sobre la cama.
…
Ya comienzo a recordar, mi cerebro comienza lentamente a mandarme imágenes de lo acontecido la noche anterior, estábamos los dos bebiendo en un bar cerca de nuestra ciudad, quisimos ir para desestresarnos un poco del trabajo en la fábrica en donde laboramos, llevábamos ya varias horas ahí cuando de repente llegaron dos chicos y nos invitaron a la fiesta de un amigo, nosotros aceptamos después de pensarlo por unos minutos.
Llegamos al lugar y en este se encontraba un ambiente espectacular, la música al máximo volumen, luces parpadeantes e intensas nadaban sobre el espacio, nos presentaron a unas amigas y las invitamos a bailar, había alrededor de 50 personas, la mayoría bailando, bebiendo o fumando en algún rincón que encontraran desocupado, pero ninguno ponía mucha atención a lo que hacían los demás, se limitaban a pasársela bien y listo.
No recuerdo por cuanto tiempo más estuvimos bebiendo y bailando, solo recuerdo que las chicas nos invitaron a internarnos en la casa y nosotros aceptamos gustosamente sabiendo lo que pretendían, ingresamos a un cuarto casi completamente oscuro, pues había una vela que irradiaba un poco de luz en el centro de esta, los chicos que nos habían invitado a venir aquí se encontraban sentados sobre el piso, levantaron su rostro al vernos entrar, ellos nos saludaron y nos dijeron que había llegado la hora de llevar esa fiesta a otro nivel, entendía a lo que se referían y no quería formar parte de eso, uno de los chicos saco una pequeña bolsita de su pantalón y nos la mostro, yo me negué, pero las burlas molestas de los demás chicos presentes no se hicieron esperar, diciéndome que era un niñito sacón y un aburrido, mismas burlas me acorralaron en un callejón sin salida obligándome a participar y de esta misma forma también a mi amigo que había apoyado mi decisión principal, mi amigo y yo ya las habíamos probado antes y decidimos no volver a hacerlo, y aquí estábamos, contradiciendo nuestra palabra y fallándonos a nosotros mismos, solo para complacer a otras personas con el objetivo de evitar la famosa “carrilla”.
Iniciamos a animar la fiesta, todo iba bien, nos la estábamos pasando de maravilla, pero un gran problema se estaba avecinando desde el rincón más profundo, mi amigo se estaba excediendo, con cada oportunidad que tenía ingería más y más dosis, yo solo había ingerido una dosis y se podía decir que en esos momentos era el más consciente de todos, a pesar de la gran cantidad de alcohol que circulaba por mis venas en esos instantes, recuerdo que le pedí que nos marcháramos ya, pero el rechazo la petición, recuerdo cuando la chica con la que bailaba se recostó en el sofá, los demás chicos cayeron rendidos completamente y dejaron caer su cuerpo al suelo, mi amigo se levanto y se recostó junto con la chica en la cama que se encontraba a unos pasos de nosotros y yo…yo caí al igual que los demás en un sueño profundo, recuerdo la sensación de frio el momento en que mi mejilla se estrello contra el piso y a partir de ese momento, mi subconsciente se puso en pausa.
…
Me acerco a mi amigo y empiezo a moverlo para lograr que despierte, pero fracaso en el intento, toco su rostro y me percato de que esta completamente helado y pálido, coloco la palma de mi mano sobre su corazón y este no da señales de vida, mi mano tan solo se queda posada sobre su pecho, intacta, los ojos se me cristalizan y una lágrima resbala por mis mejillas, rápidamente me dirijo hacia su muñeca implorando que mis pensamientos estén equivocados, la presiono con mi dedo índice y desafortunadamente no sucede nada, mis ojos se convierten en un mar de llanto, varias gotas cristalinas se resbalan por mis mejillas estrellándose en su rostro joven y apacible. Mi mejor amigo esta muerto, una maldita noche de locura y fiesta me lo arrebato, él era prácticamente un hermano para mí, habíamos vivido tan aventuras juntos que mi cerebro y mi corazón se negaban a aceptar que aquí se extinguía el “nosotros” para dar paso al “yo” y continuar mi camino solo.
Por el estúpido hecho de quedar bien orille a mi amigo a hacer esto y ahora su cuerpo se encontraba sin vida sobre esa cama, por una mala decisión una persona murió.
Es tan increíble el como tu vida puedo acabar, tan solo cerrasre tus ojos unos instantes y ya no lograste abrirlos.
Tan solo hace unas horas nos encontrábamos felices y bien, nuestras madres siempre nos habían suplicado el hacer las cosas con moderación, ya que incluso el agua en exceso te puede matar, ¿cómo voy a decirle a su madre que su hijo murió? ¿cómo podré mirarla a los ojos de hoy en adelante?, les habíamos prometido el siempre cuidar uno del otro y yo fallaba en estos momentos a esa regla, sin ella saberlo, en estos instantes le arrebata una parte de su corazón, una parte…que jamás regresaría.