El diario que no planeé

Peligrosa ilusión

Una emoción desconocida,

una duda que te desgarra la vida;

un corazón necio imposible de domar,

sumiéndote sin permiso alguno en un abismo de ansiedad.

 

Un campo de brotes chinos,

llevándose mi atención consigo,

susurrándole al corazón mencionar tu nombre a cada latido,

e ignorando bruscamente mi hiriente suplicio.

 

Un cruce de miradas,

una esperada llamada,

diciéndome todo y al mismo tiempo nada,

sometiéndome de un solo golpe a beber una sensación amarga.

 

Un escenario que brinda esperanza,

una pregunta invocando a la verdad,

y una respuesta cargada de un aliento frío no se hace esperar;

acarreando consigo una fuerte matanza,

mi corazón y emoción muriendo en un juego de azar.

 

Una alegría pasante,

una emoción vibrante;

un giro inesperado,

que apacigua a un corazón desesperado.

 

Un mensaje que resucita,

a un cuerpo inerte y sin vida;

una sonrisa que abre las puertas,

a posibilidades anteriormente desiertas.  

 

Un apapacho cálido,

que aleja el sentimiento solitario;

una sonrisa amena,

consiguiendo sin traba alguna que quiera entregarte mi vida entera.

 

Gritos silenciosos,

silencios ruidosos,

arrojándome lejos con un destello de furia omnipotente,

a lo que es mu cruel, frío, y triste presente.

 

Un eco familiar,

poniendo a todo mi cuerpo a vibrar,

orillándome a recordar,

que existe un alguien a quien intento amar.

 

Un chico ansioso,

indeciso y temeroso,

paseando su mirada de un lado a otro,

rebuscando de entre el cobre el oro,

quizás dando mil y un pasos en falso,

pero sin cesar de buscar a un amado.

 



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En el texto hay: reflexion, motivacion

Editado: 25.08.2022

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