¿Que qué hago aquí?, es lo mismo que yo me pregunto, hoy no debería estar aquí, hoy no debería estar soltando palabras y creando líneas en este libro, según mi agenda mental y sin ningún temor a que se equivoque, deberíamos estar en “Ariel y Uriel – Almas hermanas”, pero bueno, por una triste razón no lo estamos, quizás se pregunten el por qué, quizás ni siquiera pase por su cabeza, quizás lo único que pase por ella es el que yo mate la curiosidad del por qué hablo de ello aquí, bien, daré la respuesta más enfocada que puedo crear en estos momentos; mi inspiración ha estado algo ida en los últimos tres días, regularmente no consigo obtener respuesta del por qué pasa esto cuando se lo pregunto a mi mente, en medio de un augurio suplicante; lo único que tengo claro justo ahora es que soy incapaz de crear algo sólido, soy incapaz de describir un pasaje más de uno de mis personajes, no estoy a la altura justo ahora y solo arruinaría su anécdota, haría de una experiencia interesante, algo aburrido, y no es justo. No es la primera vez que me pasa, y tal vez con esto muchos digan e incluso puedan llegar a asegurar que estoy acostumbrado, pero no es así, y no sé si sea igual con los demás escritores, pero yo no logro, ni creo poder acostumbrarme a esto…me consume, no consigo encontrar algo que atrape mi atención, y solo estoy dando vueltas, física y mentalmente.
Para mí estar así es un martirio, emocionalmente hablando yo vivo de lo que veo, escucho y puedo sentir incluso, dentro de mi mente, si alguien me pusiera en un supuesto en el que algún día fuera a perderlo todo y solo pudiera rescatar una cosa, yo elegiría mi imaginación, todo el mundo que he creado en mi mente, lo elegiría una y mil veces, sin pensarlo, es mi mundo, es mi vida entera. A diario, yo me encuentro con escenas de diferentes personajes, con diferentes historias que luego he de plasmar en el papel; algunas tristes, algunas tremendamente cómicas, otras reflexivas, otras románticas, en fin, son escenas, imágenes con las que mi subconsciente choca mientras se encuentra navegando en el mar de mi imaginación, escenas que me hacen reír a más no poder, escenas que me permiten escapar de lo que muchas veces es mi triste realidad, para mí el quedarme sin esos pasajes, es estar sumido en un profundo martirio.
En mi trabajo, los demás empleados me ven un tanto o quizás muy raro, pues cuando una imagen consigue tomar posesión de mi pensamiento y colocarse en primer plano, me logra atrapar y no pongo la más mínima resistencia, tan solo dejo que me hunda en sus aguas, y me agarro a carcajadas, yo solo, sin la más mínima pizca de pena. Uno que otro sí se ha acercado a preguntarme el por qué me rio tanto, me limito a explicarle de manera muy general el por qué sí se es una persona a la que no conozco demasiado, otras tantas se han acercado a decirme que admiran la gran felicidad que me ven mostrar a diario, y otras más me consideran un loco, un total y completamente loco, y sí, la verdad es que no lo niego, soy un loco andante, pero noticia de última hora, es mi locura, y nada más mía, y es precisamente esa locura, la que me hace sentir con vida, día a día.
Soy un tanto complicado en muchos aspectos, cuando me encuentro o estoy pasando por un momento de crisis como lo es este, tiendo a alejarme de las personas en quienes confío, cuando irónicamente debería hacer todo lo contrario, debería acercarme más a ellas para que me ayudaran a salir de esto más pronto, pero jamás lo hago, llego a ser muy egoísta conmigo mismo, pues creo que en momentos como este, no soy lo mejor para ellas, aunque siempre, permito que solo, y solo una persona permanezca a mi lado, más, sin embargo, nadie más.
Las personas a mí alrededor siempre me ven feliz, y trato de que siempre sea así, aunque muchas veces esté desecho por dentro, pero siempre he creído que la gente a mi alrededor no tiene la culpa de lo que pasa en mi vida, no puedo desquitarme con ellas, de manera que trato de siempre mostrarles una sonrisa y tal vez cambiar su día. Eso es lo que yo hago, quizás tonto, quizás abnegado, en realidad no lo sé, no sé si es correcto o si es incorrecto porque yo no decido ni determino ninguna de las dos variables, solo soy una simple ficha más dentro de esta sabía y traicionera partida que se llama vida, soy tan solo un simple peón que no cesa de preguntarle al cielo o al terreno que pisa hacia dónde he de moverme, si voy bien, si voy mal, si estoy en una casilla que me pone en peligro…tan solo soy eso; lo único que puedo decir respecto a todo esto es que lo que ves por fuera, no siempre es lo que se vive dentro; he escuchado e incluso me he puesto a alegar con una persona que asegura con una enorme convicción el hecho de que las personas siempre se dan cuenta de si estás pasando por un momento triste o de vacío, y al menos en mi opinión, eso es incierto, personas como yo nos volvemos todos unos actores profesionales y sabemos disfrazar la miseria que vivimos en un determinado momento, con tan solo una sonrisa. Sería increíble el que una persona estuviera sonriendo honestamente todo el tiempo, de verdad que lo sería, pero debemos recordar, siempre, que dicha persona sigue siendo humana y también pasa por problemas, también se pone triste y se devasta, e incluso se enoja, grita de furia, y empapa su almohada con llanto, y muchas veces sería tan bueno, tan reconfortante el que alguien se acercara y a pesar de que por fuera lo ve bien, le preguntara “¿cómo estás?”, “¿está todo bien contigo?”, ese es un consejo que puedo dar, y en adición, te aconsejo que no te rindas tan fácilmente, créeme que una pregunta así, tan espontanea, tan sorpresiva, ha de sacarlo de lugar, anonadarlo, y lo primero que hará sin lugar a dudas es responder que se encuentra bien, que no hay ningún problema, pero si tú crees que no está siendo sincero, insístele, e incluso puedes recurrir a la psicología inversa, intentando llegar a tu destino, por un camino distinto, y si después de todo eso no logras nada, detente, algunas personas temen mucho de abrirse emocionalmente, y eso es muy comprensible, solo ellas saben por lo que han pasado, así que ve un paso a la vez y presiona el freno en ese momento o saldrá corriendo asustado y no va a volver, y si en verdad quieres ayudar, entonces has de tener y mostrar paciencia.