El Diluvio I I I Volver a la Tierra

Parte 2

— Para que veas que no soy tan malo acepto. Tu eres legalmente mi esposa, nunca nos separamos — Manuel la miró fijamente — ¿No lo entiendes? Fuiste humana, Sofia era nuestra hija.

— Era en realidad mi... — la robot lo miró con odio — me mientes, soy de metal, Alberto me escaneo, no hay un nada de carne, ni sangre en mi sistema, no me engañes.

— Veo que no me creerás hasta que desbloquee todo.

Fue a un escritorio, tomó un control extraño, apuntó a la mujer, ésta sintió como si en su cabeza explotó una bomba.

— Ahora lo recuerdo todo — susurró la mujer, mientras una gruesa lágrima cayó de sus ojos.

"El problema de la capa de ozono se había vuelto más complicado, Marian recién se había casado con un hombre en un gran puesto en el gobierno de su país, ambos pusieron su empeño para tratar de salvar a las personas de las quemaduras y malformaciones por las radiaciones, en ese momento tuvieron un bebé, una linda niña a quien le pusieron de nombre Sofía. Por ella la madre redobló sus esfuerzos, era una de las científicas encargadas de inteligencia artificial, y desarrollo de robot, su idea era poder crear servo trajes, y androides que pudieran salir al clima inhóspito y hacer las tareas que mataría a los humanos, todo iba bien hasta que una noche la niña tuvo mucha fiebre, Marian buscó en los cajones del escritorio un número para llamar a su esposo que todavía no había vuelto a casa, ya que su celular estaba apagado, entonces descubrió la gran mentira, Manuel quería evacuar a la tierra, su hija tendría implantada en su mente ordenes, en el momento adecuado se desbloquearían y tomaría como fuera el gobierno de los que vivieran allí. 

Su padre se quedaría en la Tierra con los que estaban con heridas y malformaciones. Diseño la idea de que a los que viajarán les implantarían recuerdos, para que durante el viaje no hicieran problemas, los harían creer que era familias.

— ¿Qué haces aquí? — rugió el hombre que ya usaba una tela para cubrir parte de su cara.

— La niña... quería comunicarme contigo, está con mucha fiebre, tiene alucinaciones.

— Ya se le pasara, es solo por el procedimiento.

— ¿Qué le hiciste? — recordó lo que leyó, el día anterior el hombre se hizo cargo de la niña, cosa rara en él, Marian se alegró que por fin su esposo demostró interés en pasar tiempo con su hija.

— Nada malo, mañana estará bien, su mente está algo confundida, pero pronto las instrucciones que le di serán asimiladas, cuando lleguen a Super Tierra recién saldrán al consiente.

— Eres un monstruo ¿Cómo pudiste? Es nuestra hija — le atacó tratando de golpearlo.

— No hice nada malo, salvaré a la humanidad — le tomó las manos para detenerla.

— No nos uses de escusa, eres un ambicioso, un ególatra, y pensar que te amo.

— Por tu amor hacia mí y "nuestra hija", será mejor que guardes silencio.

Ella se fue callada, pero empezó a pensar como revertir lo que ese hombre que amo tanto que podría haber dado la vida para salvarlo pensaba hacer, por suerte la niña, tal como dijo Manuel al otro día despertó normal.

Desde ese momento él la mantuvo vigilaba, pasó un mes y ella no había hecho nada, por eso relajo las medidas de cuidado hacia su esposa. Pero Marian estaba en contacto con algunos de los compañeros en quienes tenían mucha confianza, todos habían decidido poner en conocimiento de la gente lo que planeaba hacer Manuel, pero no contaban que uno de ellos los traicionaría.

Milenko le dijo todo al dictador, quien urdió una venganza terrible contra su mujer y el grupo que la apoyo. En la última reunión antes de exponer todo a la ciudadanía los apresaron.

— Traidor — le gritó uno de los presos al delator.

— Lo hice por mi familia — replicó para justificarse el soplón.

— Tendrás tu recompensa, no te preocupes por eso — Manuel se dirigió a los guardias — llévenselos a todos, solo dejen a mi querida esposa aquí, con ella empezaré el castigo. Nos veremos más tarde Milenko.

Cuando quedaron solo Manuel y Marian, a la mujer la llevó a un cuarto lleno de instrumentos por todos lados, y una camilla a la que la amarró.

— ¿Me vas a torturar antes de matarme? — pregunto ella asustada.

— Claro que no, ya que tienes tantas ganas de ayudar a la humanidad, te incluiré en mi plan... no solo a ti, sino a todos tus amigos.

— ¿Cómo? — no sabía que esperar de él.

— ¿Recuerdas tus avances en los robots? Son magníficos, la piel parece real, incluso tienen la sensación de hambre y sed,  pueden realizan todas las necesidades biológicas de un humano — destapó un ser artificial, que era exactamente como ella — otros científicos descubrieron como pasar las mentes de las personas a uno de estos, así solucionamos los problemas de inteligencia artificial. Es un procedimiento largo y doloroso para el espécimen. También sirve para alterar los recuerdos de las personas como yo quiera.

— No puede ser... ¿Eso le hiciste a nuestra hija?

— Ella ya está programada, cuando lleguen a Super Tierra, se empezarán a activar los comandos que le implante, sabrá donde buscar mis mensajes, hará lo necesario para ser la gobernadora, como yo sobre el resto de estos desagraciados que quedarán en la Tierra. Ustedes serán "los infiltrados", algunos servirán para mantener la cohesión de los que tengan suerte de poder viajar, en familias simuladas, todos serán vigilados por robot que yo programaré, cuando lleguen a destino caerán como muertos, pero en realidad solo se desactivarán al cumplir con su cometido.

— ¿Por qué no iremos todos?

— Muchos están como yo, desfigurados, o con enfermedades, demasiados problemas para que los "sanos" carguen con nosotros, mejor nos quedaremos.



#2538 en Ciencia ficción

En el texto hay: miedo, angustia, esperanza

Editado: 10.03.2021

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