LAMENTOS. CONFIA MÁS EN DIOS

En ese momento, Joel va hacia la calle que vio esa sombra. Cuando escucha a varias personas lamentándose, pero no ve a ninguno de ellos. Y sigue caminando y pasando cadáveres cada vez uno tras otros. Cuando ve a una persona a lo lejos, la cual está sentada llorando.
De inmediato, Joel se alegra un poco, diciendo:
— ¡No estoy solo!
En ese instante, Joel corre a dónde está el señor. Cuando esté se pone a lamentarse por la pérdida de sus seres queridos. Y se arrodilla ante una imagen de Jesús hecha de porcelana.
Joel lo queda observando. Cuando le dice:
— ¿Qué haces?
El Señor se asusta al escuchar la voz de un hombre y mira Joel, y le responde:
— Estoy pidiéndole a Dios que me lleve también. Que no se olvide de mí… esto es muy duro.
— Pues lo estás haciendo mal.
— ¿Por qué? Le estoy rezando a Cristo.
Joel se enoja con el hombre, y le dice:
— Tienes que orarle al Dios invisible, el Dios que no podemos ver. Es al que tenemos que adorar con nuestras alabanzas, orar y tener fe.
En seguida, el hombre se enoja con Joel y se levanta, diciéndole:
— Yo he tenido fe toda mi vida. ¡Y mira! Me he quedado en la tierra, todo parece indicar que Dios vino por su Iglesia… pero yo me quede en esta tierra de sufrimiento y dolor.
— Te quedaste por estar adorando figuras en vez de hacer lo correcto.
De inmediato, el hombre empuña la figura con su mano derecha, y se acerca a Joel, diciendo:
— Tanto que estás hablando y tú también te has quedado. ¿Por qué no le dices a tu Dios invisible que te lleve?
— Tú ignorancia es muy grande y te hace cometer errores, con los cuales podrías sufrir aún más. No permitas que el enemigo hable por ti.
— No logre escucharte bien, repite lo que dijiste.
— Que no permitas que el enemigo hable por ti.
— ¡No logro escucharte! ¡No logro escuchar te!, ahh… ¿qué me pasa? ¿Por qué no puedo escucharte?
Joel se asusta un poco al ver que el hombre suelta la figura. Y se tira al suelo. Cuando ve que este comienza a dar muchas vueltas, diciendo:
— ¿Qué me está pasando? Siento mucho calor.
Joel intenta coger al hombre, pero escucha lamentos de muchas personas cerca del, y mira hacia atrás, pero no ve a nadie. Cuando le dice el hombre:
— Tranquilízate y cree en le Dios verdadero, Jesucristo es nuestro salvador, desecha todas esas creencias de idolatrías que llevas arrastrando en toda tu vida y cree en Jehová Dios, él es tu único Dios.
El hombre se calma un poco, y le expresa a Joel:
— Eso lo pude escuchar… ¿y tú qué vas a hacer?
— No pienses en lo que yo voy a hacer, piensa en agradarle a Dios.
— Creo que es tarde para eso.
— Si eso es lo que crees, entonces será tarde para ti. Porque no tienes fe. aún en estos momentos tan duros.
El hombre vuelve a sentirse muy mal. Cuando Joel ve repentinamente el cielo. Y se percata que el firmamento se vuelve aún más a naranjado...