Cinco años después del nacimiento de Aroha...
Gloria
-No me lo puedo creerrr... ¡no me lo puedo creer!- Salí de la habitación lo más rápido que pude, mi hermana Camille se la iba a cargar, siempre conseguía librarse de los castigos pero esta vez... ¡esta vez se había pasado! Entré al comedor e hice una reverencia para saludar a mis padres. –Padre, madre... creo que ha llegado el momento de tomar medidas con Camille.- dije intentando que mi voz sonara dulce.- Si sigue así no será posible presentarla en sociedad...
-Vas a morir traidor- Escuche el grito de Camille en el exterior.
-Os dais cuenta...-dije dejándome caer en la silla- No puedo seguir compartiendo habitación con ella... madre ayer por la noche volvió a irse y esta mañana todo el cuarto estaba lleno de barro.
Justo en el instante en el que mi madre iba a responder las puertas del comedor se abrieron estrepitosamente y Beorn entro corriendo seguido por Camille, ambos empuñaban espadas de madera e intentaban golpear al otro.
-Camille ...pero si pareces un hombre ...- Yo no podía soportarlo más, en pocos meses sería mi presentación en sociedad y cómo iba a prepararme yo en esa casa de locos.
-Niños...- dijo mi padre tranquilamente sin levantar la vista del periódico, es hora de desayunar.- Mis hermanos soltaron las espadas y sin siquiera lavarse las manos se sentaron a la mesa y comenzaron a devorarlo todo.
-Camille, una dama no se comporta así.- Esa niña era insufrible.
-Camille, una dama no se comporta así.- Replicó ella poniendo una voz chillona.
-Ya tienes casi quince años, deberías dejar de comportarte como una niña. – De verdad que yo lo hacía por su bien. Desde que fui consciente de que mi madre no nos instruiría más que en las lecciones básicas, había decidido aprender por mi cuenta todas las normas de cortesía y los protocolos sociales, pero por mucho que me había esforzado en enseñárselos a Camille era imposible.
- Si...-dijo maliciosamente-... todavía soy joven, no como otras... sabes que si en un año no te casas pasarás a ser una solterona.- Camille comenzó a reírse y Beorn se unió a ella.
-Que ganas tengo de que comience la temporada... .- Dije ignorándolos.
Mis padres, como era costumbre, no intervinieron, a ellos les encantaba que cuando Beorn venía de visita desde el internado pasara todo el tiempo posible con sus hermanas, pero yo sabía que eso no era lo correcto. No quería juzgar la educación que mis padres nos daban, pero Beorn hacia lo que le daba la gana, Camille parecía una salvaje y Aroha estaba siempre ayudando a la servidumbre, la única que se salvaba era Zuzanny, que era lo suficientemente pequeña como para no haber sido corrompida aun.