El Egocentrista

Otra Etapa Comienza, Empieza la Universidad

La fiesta había resultado de maravilla, ya el primero del año, todos estaban en sus respectivas casas alistando lo último que tendrían que llevar. Marck estaba en la comodidad de la sala leyendo un libro de historia en eso su móvil empezó a sonar; el joven con una mano tomó el celular para luego observar en la pantalla que era Micaela, sin ninguna pisca de expresión alguna el joven puso el celular en silencio y continuó con su lectura. Leía muy apaciblemente cuando sintió que una mano acariciaba su cabello, al alzar la vista distinguió el rostro de Kika, la mujer lo reparaba con cierta tristeza; el joven puso un separador para cerrar el libro.

- ¿Qué ocurre Kika? –preguntó el joven incorporándose.

- Nada mi niño, solo que me siento muy contenta y al mismo tiempo triste, ya no voy a ver a mi niño –los ojos de la mujer lo veían con ternura, estaba al tanto del cariño de la mujer hacia él, la conocía desde que tenía uso de razón.

- No te pongas así, no me voy para siempre.

- Sí, pero… por una larga temporada.

- Te prometo que así como llamaré a mis padres, también a ti. Bien sabes que te queremos un montón.

- Yo te quiero un montononón a ti mi niño.

- Yo a ti Kika, tú sabes que en esta casa eres especial. No te pongas triste, al contrario sonríe que algo bueno se acerca, bueno para mí, yo estoy loco por terminar mis estudios y tomar las riendas de mi vida.

- Yo sé que te irá muy bien eres tan inteligente mi niño.

La mujer se levantó y se fue de la sala para continuar sus deberes, por lo que el joven retomó su puesto.

 

Ya el dos los tres jóvenes estaban en el aeropuerto con varias maletas por cada uno, las que llegaron a dejarles fueron sus madres; por lo que al anunciar el vuelo estas los abrazaron de una manera apretujante. Después los jóvenes abordaron. El vuelo partió a las siete en punto. Ya cuando todos los movimientos del despegue terminaron, pidieron un café.

- Aun no me lo creo que vamos rumbo a Nueva York para la universidad –musitó Henri en tanto le daba un sorbo a su café.

- Tú eres muy dramático amigo –dijo Louis.

- Yo no soy dramático.

- Claro que sí.

- Nada.

- Ya basta.

- Uy… andas de mal humor porque Ximena vendrá después y no aquí junto a ti.

- Eso no es cierto, ni que fuéramos chicles.

- No, parecen un par de sanguijuelas.

Louis le lanzó una mirada desintegrante, a Mantica que le importaba, ese no era su problema, el rostro del joven Prego se enrojeció de disgusto, lo que hizo a Marck lanzar un suspiro de aburrimiento. Al ver que Louis se dignaba a responder y no algo agradable Chamorro intervino.

- Vasta los dos. En primera, el noviazgo de Louis no es tu problema Henri, sé respetuoso. Segundo tú Louis no exageres por un comentario tan tonto además que le conoces como es él. Y tercero déjense de pleitos, porque son amigos y dejen de hacer el drama.

 

Alondra se dirigía rumbo a la casa de Zohe, se había ofrecido a recogerla para ir al aeropuerto juntas; la joven en un principio se negaba pero ante la insistencia de la joven cedió. Alondra estaba emocionada con su nueva amistad que hasta atrasó su vuelo de primera hora para ir en el mismo, además de viajar en turista ya que no logró convencer a Zúñiga de que viajara en primera clase invitada por Alondra.

El chofer miró por el retrovisor a la joven, la joven miraba por la ventana, estaba viendo con los ojos muy abiertos, se habían introducido a una calle que dio a un barrio bastante deteriorado. Observó cómo unos niños jugaban en un charco formado por una tubería rota, los chicos se notaban sucios a causa del lodo ya que esa calle era tierra, no estaba pavimentada, ni siquiera adoquinada; las casa algunas estaban agrietadas, la verdad que la pobreza se percibía en un nivel alto.

- La economía –musitó Pablo (el chofer).

La joven volteó al lado del hombre. En eso recordó el tema de la fiesta, el que tocó Marck…

- La economía está tambaleando –dijo el muchacho– las empresas están buscando diversas estrategias para hacer frente, sin embargo esto amenaza en convertirse en una recesión económica, y no dudo que llegue a eso, por el rumbo.

- De verás que critico –había dicho la joven aparentando interés, en tanto realmente estaba en el limbo.

- Pero sabes lo que realmente me preocupa si el país entra en una nueva recesión, es que las acciones en que siempre incurren de manera inevitable las compañías es la minimización de la nómina, es decir, despido de personal. Eso golpeará peor la situación… y la verdad pobre gente…

Hasta ahí se acordó –valla un patán y engreído, pero cuánta razón tenía –pensó Alondra.




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