Todos estaban aqui. El equipo de futbol, la cuadrilla de porristas y cualquier otro que pudo haber sido invitado. Vanessa no se habia movido ni un milimetro. Estaba en shock probablemente. Y el lugar se veía de lujo.
Habían hecho un buen trabajo decorando esto. En los árboles colocaron esferitas brillantes de coleres y tiras de papel. En una mesa había bebidas, botanas y más bebidas.
Esperaba en verdad que el tema del alcohol se controlara, pues no eramos muy buenos midiendonos. Una vez que comenzabamos, era dificil parar.
Anthony, el hermano de Lena y mariscal del equipo de futbol corrió hacia donde estábamos. Tomó a Vane entre sus brazos y dio vueltas con ella. Al igual que Lena, él parecía eufórico con esto.
-Feliz cumpleaños nerd.
Su brillante sonrisa apareció y besó ambas mejillas. Vanessa estaba roja como un tomate.
-¿Qué es todo esto?- Vane no salía del asombro.
-Sólo una pequeña sorpresa- Lena la abrazo- De parte de todos ¡¿no es así?!
Todos alzaron sus brazos y vitorearon. Tony tomó a Vanessa de la mano y la llevó entre la multitud. La abrazaban, besaban y entregaban regalos. Bueno, todo marchaba sobre ruedas.
El sol brillaba intensamente y hacía un calor infernal, asi que estábamos en un lago, tenía suficiente agua frente a mi, era tiempo de un champuzon.
-¡Alex!- Nath venía hacia mí con una cerveza en la mano.
Y de repente sentí más calor del necesario. Se veía buenisimo. Sólo vestía una bermuda roja y tenía su esculpido pecho descubierto. Tal vez no estaba igual de fortachon que Anthony, pero se defendía.
-Hey, aquí estas.
Me entregó la cerveza y me la tomé de un solo trago.
-Oye tranquila- Nath parecía divertido- No empieces la fiesta tan temprano.
-Lo siento- me disculpé sin sentirlo en absoluto- Vamos al auto de Lena quiero cambiarme.
-Ok.
Subimos hasta llegar al auto y vaya, esto era inesperado.
Tres chicos varados en la orilla de la carretera y un auto que parecia se iba a prender en llamas. Ojalá y no lo hiciera pero sacaba bastante humo y me hacía dudarlo.
El hecho de que mis nervios estuvieran más alterados de lo normal creaba una gran desconfianza. Traté de analizarlos con cuidado y...demonios.
Nath y yo caminamos hacia ellos, parecían sorprendidos. Tal vez nadie se había acercado a ayudarlos.
-Hola- saludó Nathan- ¿Problemas con el auto?
-Si, hola- contestó el chico de cabello castaño.
Tendría tal vez 17 o 18 años. Era muy alto, de tez bronceada pero lo que más llamó mi atencion fueron sus brillantes ojos grises. Mi análisis surtió efecto y esto no me gustaba.
-Me llamo Peter, ellos son Robert y Cedric- señaló a los otros dos chicos.
Lo sabía.
Ambos eran rubios, al igual que Peter se veian un poco bronceados, quiza por las vacaciones o algo asi.
El que señaló como Robert tenía el cuerpo de un luchador profesional. Era ese tipo de personas que te estrangularian en un abrazo y no a propósito. Tenía una sonrisa muy bonita. Dientes perfectos. Estaba segura de que este chico era un rompecorazones.
Y el otro, si, era atractivo, algo desgarbado, pero tenía lo suyo. Y eso suyo eran unos raros ojos de color violeta, o no tanto, sólo noté que eran muy intensos.
Aunque su pose de chico malo le restó todos los puntos que pudo haber obtenido.
-Bueno me llamo Nathan Weber- les dió la mano- Y ella es Alexia Raven.
Los tres abrieron los ojos como platos.
¡Bingo! Su actitud fue la errónea desde un principio, asi que no me molesté en saludarlos siquiera. Lo único que lograron fue aumentar mi desconfianza hacia ellos.
-Bueno, am, ¿saben de alguien que pueda ayudarnos?
-Llamamos a una grúa y no vino nadie.
Robert alzaba su celular trantando de conseguir señal. Ja. Buena suerte.
-No, pero tengo un amigo que tal vez si y...
-Pero estamos en una fiesta- interrumpí- Asi que ya debemos irnos.
-Alex espera.
Nath tomó mi mano. Rayos. Sólo esperaba que no se le ocurriera...
-Vengan a la fiesta por una cerveza y los ayudaremos más tarde.
Genial. Invitalos. Podían ser unos malditos maniáticos pero Nath ya les había dado entrada libre. Vacilaron un momento. Si, claro, tres segundos.
Me solté de Nath y comencé a caminar adelante de ellos. Quería que la tierra me tragara en esos momentos.
-¿No te ibas a cambiar?- Nathan trataba de alcanzarme.
-No quiero.
Cuando bajamos de nuevo todo seguía en orden. Alcancé a ver como Vanessa bailaba alegremente con Selma -la melliza de Nath- y con otras chicas de la escuadra.
A pesar de no estar en la escuadra de porristas, Vanessa se llevaba muy bien con ellos y en parte se debia a nosotras. El ser amiga de Lena y de las hijas del alcalde -Dëni y yo- era algo súper importante.
Aunque le daban más importancia a Dëni y a Lena. Yo era amable y me llevaba bien con ellos, pero al parecer el hecho de que fuera una "recogida" como muchos me llamaban, ocasionaba que yo no merecía su preciada aceptación. Pero tenían que hacerlo o enfrentar a Lena. Mi caballera blanca en la escuela.