El timbre sonó y bajé las escaleras lo más rapido que pude. Lena me observó ansiosa, era evidente que estaba algo sorprendida por la bomba que acababa de soltarle.
-Entra.
Entró con paso firme y ni siquiera me miró de nuevo. Esta Lena no me gustaba, sabía que sólo tendria regaños, regaños y más regaños.
-Me dirás qué rayos pasa.
Su voz sonaba muy fria y cortante, pero por suerte para nada molesta.
-¿Alex, con quién estas?
Daniel me llamó desde su estudio y al salir su cara se iluminó. Lena le dedicó una sonrisa de comercial, dejando atrás la extraña actitud con la que había llegado.
-Hola señor Raven- saludó y besó ambas mejillas- Lamento haber venido sin avisar.
-No te preocupes hija- Daniel la condujo a la sala- Siempre me alegra que vengas.
Los seguí y escuché a Janine y Emma. Venían totalmente enfrascadas en una conversacion que no pude alcanzar a oir y en especial porque al verme, se callaron de inmediato.
-¡Lena!
Janine siempre se ponía eufórica cuando veía a Lena. Era algo así como un iman que los atraía a ella.
-¿Asi que tú eres la famosa Lena?
Emma le dedicó una mirada maternal y la saludo brevemente. Lena tenía una delicadeza sin igual y estaba segura que bastaría al menos una hora para que se echara a mi querida tía al bolsillo.
-Es un placer, Helena Craiden.
-Emma Smith, la tía única y favorita de Alexia.
Sonreí por el comentario, pues era verdad. Era la única.
De un momento a otro la sala se llenó de una conversación en donde sólo participaba Lena y Emma, ya que las dos siendo de Londres, podían compartir ciertas experiencias. Incluso me sorprendió cuando Lena pudo seguir el fluido francés de mi tía.
Todo era risas y chistes, y en esos momentos me preguntaba si Lena se había olvidado el motivo por el cual le había pedido que viniera.
Luego descarté la posiblidad, pues me dedicaba unas miradas algo intimidantes. No lo había olvidado.
Me removí incómoda en el sillón asi que decidí ir al baño. Necesitaba espacio. Cerré la puerta del baño y respiré profundamente. ¿Qué rayos iba a hacer?
La oferta de Emma era tentadora en un 100%, pero por otro lado me aterraba iniciar de nuevo y dejar a mi familia atrás. ¿Cómo reaccionaria Daniel cuando le dijera la noticia? ¿Y Janine?
Oh Dios mio, aún no había dicho nada y sentía que las palabras que aún no pronunciaba no salían de mi boca.
Me lavé el rostro con la esperanza de despejarme un poco pero creo que todo seguía igual. Mierda.
Mi celular comenzó a sonar. No conocía ese número. Consideré el no contestar pero la curiosidad me venció.
-Hola Vicky- ¿De nuevo?
-Hey, Peter, ¿qué ocurre?- pregunté de la manera mas calmada.
-Bueno, me preguntaba si hoy en la tarde te apetecía dar un paseo, necesito hablar contigo.
¿De que rayos quería hablar conmigo?
Me había ignorado durante días y ahora sólo asi de repente quería hablar. Era más idiota de lo que me imaginé.
-Escucha, no es buen momento, tenemos visitas y no puedo irme.
-Perfecto podemos hablar en tu casa, estoy a dos cuadras. Te veo en unos minutos.
-Pete espera...- Mierda.
Daniel se pondría furioso si veía a Peter. Aún no le había preguntado el por qué de su actitud pero era claro que el chico no le caía nada bien.
Salí del baño y bajé las escaleras con toda naturalidad.
Mierda, ¿qué tenía que hacer? ¿Qué es lo que Peter quería?
El timbre sonó y me apresuré a la puerta. Antes de que me diera cuenta Lena ya estaba a mi lado y me observaba curiosa.
-¿Más visitas?- preguntó con un tono algo molesto.
-No lo sé- mentí.
Abrí la puerta y ahí estaba Peter con su deslumbrante sonrisa. La cual le duró alrededor de 5 segundos pues al ver a Lena su rostro perdió toda emoción y alegría.
Lena sonreía con suficiencia. Lo estaba retando. Y no creo que Peter fuera tan idiota para seguirle el juego. ¿O si?
-Vaya, parece que esta será una comida con variedad- dijo Lena divertida.
Pero la verdad yo no encontraba nada de esto gracioso.