— Fue fastidioso hacer de príncipe encantador para un ser tan vulgar como tú. Eres muy tonta.
Al ver como la mujer no podía creer lo que pasaba, el hombre se sintió interiormente satisfecho.
— No... Armony — Alicia trato de entrar a la nave, pero los hombres la sujetaron y la tiraron fuera de la plataforma — hija... tranquila... te salvaré.
— ¿Tú y cuántos humanos más? No podrás salir con vida de aquí . Acepta tu destino, cariño. Adiós.
— Nooooo... hijaaaaaaa... — el aire del impulsó inicial de la nave, la tiró varios metros.
El mundo le dio vuelta, estaba mareada, con ganas de vomitar, en un segundo su vida perfecta se arruinó, ahora su hija iba camino a convertirse en la ofrenda de un ser horripilante, que lamentablemente era su padre.
— Acepta tu destino, acepta tu destino... — se repitió una y otra vez Alicia — NOOOOOOO — cayó de rodillas — no lo acepte antes, ahora menos. No sé cómo, no sé qué haré, pero salvaré a mi niña, nadie me detendrá — comenzó a caminar siguiendo las huellas del jeep que la trajo a ese punto del desierto.
Pero de las palabras a los hechos hay mucho trecho, Alicia caminó y caminó, el calor y el frío de dos días y dos noches en el desierto la hicieron agotarse, al final solo podía gatear, esa tarde término arrastrándose, su boca estaba reventada por las llagas, sus ojos estaban cerrados para evitar el doloroso reflejo del sol en la arena.
— Armony... Armo... ny... Mi des...tino no es este... ni el tuyo... debo salvarte — susurró y perdió el conocimiento.
Horas más tarde despertó en una lugar fresco, sintió la presencia de alguien a su lado, a quien pidió agua.
— Tome despacio y poco, sino le hará mal.
— ¿Estoy en un hospital?
— ¿Es usted Alicia? — el joven hizo como que no había escuchado la pregunta.
— Sí — miró alrededor, todo era blanco, estaba en una camilla, no había ventanas — ¿Quién es usted?
— Soy Rony, de los rebeldes a la tiranía del Emperador de la Galaxia.
Al escuchar esa frase recordó todo de golpe.
— Ese animal quiere matar a mi niña, debo detenerlo — trato de pararse, pero se mareó.
— Nosotros solo podemos esperar a que necesite renovar su energía para tener la posibilidad de destruirlo, muchos de nosotros están en diferentes planetas del universo, a la espera que tengamos suerte y él aparezca para enamorar a una nueva víctima, lamentablemente para nosotros puede cambiar su apariencia, por eso no podemos descubrirlo hasta que se da a conocer el mismo — espero que la humana se sentará para continuar — alguien en este planeta creyó descubrirlo, así que pusimos un dron a seguir al objetivo, vimos cuando la dejó para morir. El comandante decidió recogerla, esperaremos que oscurezca para dejarla cerca de su hogar, recién entonces nos iremos a nuestro planeta a prepararnos para atacarlo.
— No me iré, déjenme acompañarlos.
— No servirá de nada, mejor espere que nosotros...
— Debo salvar a mi niña.
El joven miró a la cámara que había en una esquina del lugar, complicado, comprendía las motivaciones de la humana, pero ella no tenía posibilidad contra los soldado del dictador.
— Iré a hablar con el comandante, espere un momento por favor — Alicia no sabía que esperar, seguramente la dejarían y se irían para siempre.
"No, si me quieren dejar me abrazaré al comandante, debo ir con ellos".
Angustiada, espero media hora hasta que el hombre volvió a entrar, su expresión era inescrutable.
— El comandante acepto, así no perderemos tiempo en dejarla, pero no podrá salir de este lugar hasta que hayamos destruido al tirano, o estemos muertos.
— Acepto — pensó un mini segundo — De verdad quiero ayudar ¿Podría por favor hablar con alguien para que me entrenen? Quiero ayudar a salvar a mi hija. No quiero ser un estorbo.
Rony miró a la cámara de nuevo, ésta se movió ligeramente, como asintiendo.
— Duerma unas horas — apretó un botón y apareció una cama — vendré temprano a ayudarle, seré su instructor. Si quiere ir al baño acá esta — tocó una parte de la pared y se abrió una puerta.
— Gracias, de todo corazón le agradezco su ayuda.
— Espero pueda resistirlo. Si no puede ganarme, no podrá contra los soldados de las fuerzas imperiales.
— Por mi niña, haría cualquier cosa.
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Mientras tanto en la nave del tirano, la pre adolescente estaba conmocionada, solo abrían la puerta para dejarle agua y comida, el resto del tiempo estaba sola, así que se sentaba en un rincón del cuarto, asustada.
— Mamá, por favor ayúdame — susurraba, mientras lloraba amargamente.
— Eres una gran tonta, eso lo sacaste del lado materno — Manuel rio al ver la angustia de la pequeña, salió al pasillo mientras una de sus subordinadas le dejaba algo de comer a la prisionera — tu mamita... esa humana ya debe ser alimento de las alimañas.
— ¿Qué le hiciste a mamá? — su tristeza se convirtió en rabia.
— Nada, la deje libre en el desierto — su expresión inocente cambio de un segundo a otro — no es mi culpa que no haya encontrado agua en estos días.
— Eres un monstruo...
— No cariño, soy tu padre — se volvió hacia sus subordinadas — cuiden que no atente contra su vida, no lograré volver a crear un nuevo sacrificio a tiempo.
En la nave de los rebeldes, Alicia no pudo dormir mucho, se la pasó pensando en todo lo que había pasado, amaba a su esposo, nunca sospecho que le ocultaba algo, siempre creyó todas sus mentiras. Llegó a la conclusión que nadie en el planeta podría pensar que era un ser de otro planeta... tiritó horrorizada al pensar que así como resultó ser un tirano de otro mundo, podría haber sido un pedófilo.
"Soy una tonta... ingenua... debo salvarla — apretó tanto los dedos en sus palmas que le empezaron a sangrar — espérame, mamá pronto llegará".
Justo en ese momento llegó Rony con una bandeja entre sus manos.