La reina Zamirah había dejado casi todo su maquillaje en el pañuelo que le habían proporcionado al llegar a palacio, era un total fastidio tener que aguantar las miradas de todos llenas de preocupación y lamentos falsos. Al menos el rostro de Daegan estaba sombrío, alejado de los demás luego de escuchar la terrible noticia con la que Zamirah llegó.
Entre lágrimas y casi desmayos les contó lo que había ocurrido en su trayecto hasta palacio. Les confesó que su querida hija, a quien adoptó con mucho cariño luego de la muerte del rey, en una de sus aventuras por el bosque fue atacada y asesinada junto a un soldado de gran confianza por las bestias que residían en el bosque invernal, y de las que tanto se hablaba.
Al escuchar eso, Daegan se había dado la vuelta ocultando su rostro entre las sombras acompañado de su mejor amigo y consejero, Garrett. Zamirah tomó aquello como una señal, posiblemente el príncipe conocía los peligros que ocultaba su reino, si la noticia acerca de la bestia logró ser llevada hasta él, asumiría la culpa y no tendría otra alternativa más que la compensación.
—Mi pobre niña —dijo Zamirah entre sollozos—, hubiera deseado ver más de su bella sonrisa.
Bleu lloró en silencio a su lado. El rey Sidefire mantuvo su posición.
—Mi más sentido pésame, Majestad, no sabe cuánto lamento la pérdida de la joven princesa.
—No, Rey, usted no sabe lo que es perder a un hijo —hizo una pausa para eliminar una lágrima en su mejilla sin arruinar más su maquillaje—, el dolor que provoca.
—Ojalá se pueda hacer algo. Buscar su cuerpo para darle un entierro digno o…
—¿Buscar su cuerpo? —repitió con dureza—. ¡Fue la bestia del invierno el causante de esto! ¡No hay ningún cuerpo qué encontrar!
El rey pareció anonadado.
—¿No lo sabe, Majestad? —preguntó ella—. Acerca de la bestia.
—Tengo conocimiento de ello, pero…
—Creyó que solo eran rumores. Majestad Sidefire, ¿cree que estoy mintiendo?
Zamirah le dirigió una mirada amedrentadora, él negó con la cabeza.
—En absoluto. Es solo que, durante todo mi reinado nunca he escuchado acerca de la bestia. Sin embargo, no puedo quedarme de brazos cruzados, deseo calmar su dolor.
—Negociaremos eso después —espetó—. Por ahora quiero ir a mis aposentos a descansar.
—Por supuesto —miró a sus sirvientes, estos avanzaron hacia ella, pero la reina los detuvo con una mano.
—Mis propios sirvientes pueden llevarme, gracias.
Guiada por Bleu, Zamirah avanzó sosteniendo el pañuelo aún a la altura de sus ojos, la sala permaneció en un silencio incómodo hasta que todos salieron por fin. Daegan tomó del brazo a Garrett y lo arrastró fuera del lugar, fue en dirección opuesta a la reina avanzando con pasos rápido.
Cuando Garrett empezó a sentir que no estaban yendo a ningún lado detuvo a Daegan.
—¿De qué estamos huyendo?
—De las miradas y oídos de todos.
Estaban cerca de los jardines, posiblemente el príncipe buscaba un lugar tranquilo donde hablar. Garrett asintió y lo siguió al exterior, cruzaron por el camino de piedra rodeado de rosales forrados de nieve, unas bancas de mármol blanco adornaban el camino, había fuentes de beber para aves, casas hechas de madera construidas por ambos cuando Daegan enfermó de una gran fiebre a los diez años y no pudo hacer más que permanecer en cama, en ese entonces Garrett recurrió a algunas opciones que pudieran gustarle, y al final se quedó con la carpintería. Diez años después aún permanecían en su lugar.
Fueron hasta un invernadero solitario, estaba bien cuidado y las plantas irradiaban vida aún entre el frío del lugar, aunque adentro hacía calor. La luna se colaba por una ventana de cristal.
—¿Viste a esa bruja? —preguntó Daegan sentándose en una banca.
—¿La reina? Creo que todos la vimos.
—No había ninguna muestra de que su dolor fuera real.
—¿Qué quieres decir?
—Está mintiendo, Garrett.
—Caelina también habló de que su amiga esté posiblemente secuestrada por una bestia, entonces, ¿crees que ella también miente?
—No, no lo creo. Si Azure está de su lado es porque confía en ella —movió la pierna nervioso—. Pienso que Zamirah miente en el hecho de que Ebony está muerta.
—Ciertamente dudo de eso. Pero mentir hubiera sido un riesgo para ella, considerando que solo es reina por casarse con el rey. Sería sospechoso que la princesa Ebony, estando en una edad para asumir el trono, de pronto desapareciera.
—Zamirah planea algo, Garrett, debemos descubrir qué es, quizás eso podría llevarnos también a encontrar a Ebony.
—Pero tengamos cuidado, ella podría darse cuenta.
—Está bien, no puede estar en todos lados como un fantasma.
La imagen se distorsionó, Zamirah dejó el espejo sobre la mesita. Un sirviente se acercó proporcionándole un nuevo pañuelo con el que se limpió la sangre de la mano. Ya había visto suficiente para saber que Daegan presentaba una amenaza, no iba a ser fácil controlarlo, sin embargo, no quería hacerlo. No lo necesitaba.
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retelling de cuentos infantiles, realeza y plebeya, romance drama
Editado: 28.05.2021