Después de regresar a su hogar, Alejandro Rios se sumergió en la investigación. Pasaba horas inmerso en libros antiguos y relatos sobre objetos malditos. Descubrió que el espejo estaba relacionado con una antigua leyenda que hablaba de un pacto oscuro hecho por un poderoso hechicero. Según la leyenda, el hechicero buscaba un medio para atrapar las almas y obtener poderes inimaginables.
A medida que profundizaba en sus investigaciones, Alejandro Rios se dio cuenta de que el espejo era solo la punta del iceberg. Existían rumores de otras reliquias y artefactos relacionados que podrían desencadenar aún más caos y horror en el mundo. Rios comprendió que debía encontrar estos objetos y proteger a la humanidad de sus terribles consecuencias.
Con esta nueva misión en mente, Alejandro Rios se embarcó en un viaje por diferentes países y culturas, siguiendo las pistas que lo llevarían a las reliquias malditas. Cada paso que daba lo acercaba más a la verdad, pero también lo exponía a peligrosos seguidores del hechicero que buscaban proteger sus secretos oscuros.