Frente a frente contra Jin Zhuang, aquel a quien todos sus subordinados llaman Green Dragon, me preparaba para mi pelea. Me quité los zapatos. Estaba en Jeans y franela. Espero que mi habilidad en combate no se vea reducida por mi vestimenta. Y después de estirar solo un poco, me puse en guardia izquierda.
-El término "Kenpo", significa "Puño Método", que conceptualmente se traduce como "método de luchar a mano vacía". Si bien en el Kenpo Juho los ataques no son fuertes, te voy a mostrar cómo me desenvuelvo en combate.
-¿Esto es una pelea o un curso? Porque hablas demasiado.
-¡Haré que te tragues tus palabras!
Justo cuando pensé que iba a atacarme y contraje mis músculos... nada paso. Green Dragon estaba frente a mí en guardia sin apartar su vista de mis ojos. Al parecer, esperaba que le atacara.
-¿Esperas que te ataque? Serás idiota. El que ataca primero es el que se desespera. –le dije.
-El que te ataca primero es el que tiene más posibilidades de ganar. Pero no contra el Kenpo.
-¿Sabes? Ya me tienes harto con tu tontería del Kenpo. Estoy muy molesto. ¡Secuestraron a mi amiga solo para pelear contra mí! Y eso no se los voy a aceptar. –listo para pelear, me acerqué hacia Jin. Lentamente... le ataqué. -¡Bailemos!
Le di un Kizami Tzuki (Golpeo con la mano de enfrente) a Jin en la cara. Lo desvió fácilmente. Un golpe tras otro, tras otro, tras otro, el los bloqueaba y los desviaba. Por un momento me puse serio y empecé a atacar más fuerte y más rápido. Pero como una serpiente en un palo, sus brazos se enrollaban en mis brazos y repelían las técnicas que le lanzaba. No importaba que golpe tirara, de alguna forma, él lo bloqueaba. Ya cuando el combate llevaba unos segundos, lanzó sus manos hacia arriba para despejar mis puños y dejándome sin guardia, me empujó con ambas manos y me derribó.
-¡Eso es Green Dragon! ¡Vence a ese tonto! –gritaban los pandilleros que observaban la pelea.
Cuando me levanté y lo miré, note una sonrisa en su rostro y su espíritu de confianza al máximo. Él en serio confiaba tanto en su arte marcial que no le notaba preocupado por el combate. Entonces volví a atacar. Esta vez con varios golpes en diferentes direcciones. Defendió su flanco izquierdo, derecho, arriba, abajo, diagonal, derecha de nuevo... y todo sin apartar sus ojos de mi rostro. En un momento, me fijé en sus pies. Sus pasos eran firmes y describían ciertas posiciones características del Kenpo. Pero algo noté: Él no usaba sus pies. Entonces con un Ashi Barai lo derribé. Haciéndolo caer al suelo, logré mi primer golpe acertado. Jin se levantó algo avergonzado para solo decir simples palabras:
-Una técnica algo sucia para quien esta en desesperación.
-No, es una técnica limpia de alguien que ganará una pelea.
-No presiones tu suerte.
Le ataqué de nuevo con un Ashi Barai, pero este si se lo esperaba, evitándolo de un salto hacia atrás. Entonces cuando me acerqué para golpearlo con mi puño derecho, el tomo mi mano con su mano izquierda y con su palma derecha abierta, me atacó en el estómago muy fuerte. Se escuchó un ¡Plap! En todo el estacionamiento y aunque no me sacó el aire, sentí mucho dolor. Seguido de su contraataque, el me lanzó otra palmada a la cara, la cual defendí, y con el mismo puño que defendí, le ataqué.
-¡No entiendes que el Kenpo es lo supremo en defensa! –dijo mientras bloqueaba mi puño.
-¡No puedes ganar una pelea si no atacas! –lo pateé con una Yoko Geri.
Él tomó mi pie antes de que lo impactara con ambas manos y lo retorció a su izquierda para rompérmelo. Al darme cuenta de lo que iba a hacer, giré hacia mi derecha, para que no me lesionara y la pierna que era de base, la lancé contra el en ese gran giro y le impacté en su cara. Tras mi ataque, muchos dijeron "Wow" y yo caí sentado en el suelo. Me levanté rápidamente y me puse en guardia.
-Buena patada Byakko. Buena patada.
-Hay más de donde salió eso.
Empecé a atacarlo con varias patadas. El las desviaba a los lados y buscaba atrapar mi pie de nuevo. Como esta vez pateaba más rápido, no le daba tiempo de reaccionar para atajar mi pie. Y cuando ya lo había acostumbrado a las patadas, le lancé un golpe. Sabía que no lo vería venir. Y tuve razón, porque le clavé mi puño entre ceja y ceja y lo hice caer.
-Uah... estúpido, te voy matar.
-Pssh... todos dicen eso.
-¿Qué esperas Jin? ¡Acaba con el! –dijo Inari desde su lugar.